¡Cuántas veces se nos olvida que el agradecimiento es el mejor antídoto frente al resentimiento! Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Columbia en New York demostró que expresar agradecimiento por todo lo que tenemos en nuestra vida es un factor protector de la salud. Yo sé que en casi todos nosotros hay una tendencia natural a fijarnos más en lo negativo que en lo positivo. Por eso, hay que hacer un esfuerzo para buscar y reconocer lo que también hay de positivo en nuestras vidas. Los estudios en neurociencia muestran que el agradecimiento potencia la región prefrontal izquierda de nuestro cerebro. Esta región es la base de las emociones positivas, emociones como pueden ser la alegría y el entusiasmo. Cuando la región prefrontal izquierda se activa también se produce una estimulación de nuestro sistema inmunológico que nos protege de los ataques de los microorganismos. Además, cuando se activa la región prefrontal izquierda, hay simultáneamente una activación del llamado sistema nervioso parasimpático. Este sistema favorece que se produzca una buena recuperación del cuerpo durante el sueño.
Cuando, por el contrario, nos fijamos más en el lado negativo de las cosas y experimentamos por ello resentimiento, entonces se activa la zona prefrontal derecha, que es la base de las emociones negativas. Además, y como consecuencia de ello, se produce una activación del sistema nervioso simpático, el cual favorece la hipertensión y el insomnio.
Me ha encantado este mensaje, es de los que leeré más de una vez... Y por eso quiero compartirlo:
El hijo que muchas veces no limpia su cuarto y se pasa el tiempo viendo la tele, significa que... ¡Está en casa!
El desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, significa que... ¡Estuvimos rodeados de familiares o amigos!
Las ropas que están apretadas, significa que... ¡Tengo más que suficiente para comer!
El trabajo que tengo al limpiar la casa, significa que... ¡Tengo una casa!
Las quejas que escucho acerca del gobierno, significa que... ¡Tengo libertad de expresión!
No encuentro estacionamiento, significa que... ¡Tengo coche!
Los ruidos de la ciudad, significan que... ¡Puedo oír!
El cansancio al final del día, significa que... ¡Puedo trabajar!
El despertador que me despierta todas las mañanas, significa que... ¡Estoy vivo!
Finalmente, los mensajes que recibo, significan que... ¡Tengo amigos pensando en mí
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