Ya sabemos que el español tiene un buen puñado de palabras para al que los idiomas de otros países necesitan frases enteras para expresar lo mismo. Sin embargo, hay un término inglés que define a la perfección lo que quiero contar aquí: ese hallazgo que desafía la ley de probabilidades para convertirse en un evento casi imposible, de puro fortuito. Se trata de “serendipity”, que ya empieza a instaurarse en el castellano como “serendipia”.
A continuación, cinco serendipias difíciles de creer pero ciento por ciento verídicas:
(Imagen sin relación alguna con el luctuoso suceso)
5 El extraño caso de los gemelos finlandeses
Qué sucedió: El 5 de marzo de 2002 dos hermanos gemelos idénticos de 72 años murieron en dos accidentes diferentes en la misma carretera con sólo unas horas de diferencia. El primero murió atropellado por un camión cuando conducía su bicicleta en Raahe, un pueblo 600 kilómetros al norte de la capital, Helsinki. Dos horas más tarde, su hermano murió atropellado por otro camión, en un punto a 1,5 kilómetros del primero cuando cruzaba la misma carretera con su bicicleta.
Por qué resulta extraordinario: “Es una coincidencia histórica. La carretera tiene tráfico pero no tienen lugar accidentes cada día”, señaló el jefe de policía, que dudaba mucho que el segundo fallecido hubiera podido enterarse de la muerte de su hermano.
4. La novela que anticipó el hundimiento del Titanic… 14 años antes
Qué sucedió: En 1898, el escritor Morgan Robertson publicó su novela ‘The Wreck of the Titan or Futility’, en la que narra el hundimiento de un “transatlántico insumergible” llamado… Titán. La portada de aquel libro podría haber servido perfectamente para el storyboard del ‘Titanic’ de James Cameron, pero no: aún quedaban 14 años para que zarpara el verdadero RMS Titanic.
Por qué resulta extraordinario: Si la coincidencia en el nombre y en el tamaño (270 metros) pueden ser casuales, la ubicación del choque de ambos gigantes con un iceberg es simplemente asombrosa: el imaginario Titán chocó a 400 millas de Newfounland a 22,5 nudos, mientras el Titanic chocó a 400 millas de Newfoundland a 25 nudos.
Podía haber sido peor: En 1935, “William Reeves -quien nació el mismo día que desapareció el Titanic- hacía guardia en el Titanian. Atacado por un presentimiento ordenó detener el barco cuando llegaron al mismo lugar donde se habían hundido los otros dos; gracias a ello no fueron arrollados por un iceberg”.
3. La desdichada suerte de los hermanos Ebbin
Qué sucedió: En julio de 1975 un joven de 17 años, Erskine Lawrence Ebbin, murió atropellado por un taxi cuando conducía un ciclomotor en una calle de Hamilton, la capital de Bermudas. La situación no era nueva para el taxista: exactamente un año antes el hermano mayor de Erskine, Neville y también de 17 años, murió atropellado en la misma calle por un taxi mientras conducía un ciclomotor.
Por qué resulta extraordinario: El taxi estaba conducido por el mismo taxista…y llevaba al mismo pasajero. Los accidentes sucedieron con apenas 50 minutos de diferencia del mismo día (21 de julio) de 1974 y 1975.
2. La historia de un carrete superexpuesto con una guerra por medio
Qué sucedió: El psiquiatra Carl Jung, estudioso de las sincronicidades relata una de las más extraordinarias coincidencias que conoció en primera persona: Una madre alemana fotografió a su bebé en 1914 y llevó la placa individual a revelar a una tienda de Estrasburgo. El estallido de la Primera Guerra Mundial hizo imposible que pudiera recoger la fotografía. Dos años después, compró una placa de película en Munich, a 165 kilómetros de distancia para tomar una foto a su hija recién nacida. Al revelarla, el técnico descubrió una doble exposición: el retrato de la niña estaba superpuesto con la foto de su propio hijo.
Por qué resulta extraordinario: Por algún motivo, la placa original no había sido revelada y había sido revendida como si fuera virgen. La misma mujer, en dos ciudades distintas, había comprado la misma placa para fotografiar a sus dos hijos recién nacidos.
1. La chica desaparecida que apareció en la foto de “Tu familia te busca”
Qué sucedió: Liza Dick desapareció de su hogar al poco de separarse sus padres. Diez años después, su padre, Michael Dick, movió Londres con Manchester en su intento de reencontrarse con su hija. Como parte de la campaña decidió acudir al periódico Local, Suffolk Free Press, y tomarse una foto con sus otras hijas, en un intento de despertar en Liza la nostalgia del hogar.
Por qué resulta extraordinario: En la foto publicada en el periódico no sólo salía la hija, Liza, sino también la madre y ex mujer de Michael. En total, la familia completa, en dos planos distintos: los buscadores y las buscadas.
No podía haber ido mejor: Liza alucinó tanto al ver la foto de su padre y sus hermanas en el diario con la suya propia de fondo que accedió a reunirse con su padre.
Bonus track: me pasó a mí el pasado sábado
El sábado tuve la idea de escribir este artículo sobre casualidades, pero antes de empezar a documentarme hice lo que haría cualquier procastinador: ponerse a hacer limpieza de papeles en la habitación. Me encontré entonces un disco que me ronda desde hace diez años y nunca he escuchado, en seguida entenderéis por qué. Se trata de ‘El coñón del Colorado’, de Pedro Ruiz.
¿Cómo llegó a mis manos semejante obra? Un día cualquiera de 2004 leí en el periódico un pequeño anuncio que invitaba a los lectores a asistir gratis al recital de presentación del citado disco, a cargo del histrión Pedro Ruiz en el Teatro Lara de Madrid. Un investigador del fenómeno bizarro no podría perderse semejante ocasión, así que ahí fuimos, mi compañera de correrías en aquella época, Gemutxi, y yo mismo.
El espectáculo fue inenarrable y el disco… en fin, se quedó en una estantería guardando polvo, pues durante todo este tiempo tuve la intención de hacer una crítica sesuda, escuchando con atención las canciones (‘Las bragas’, ‘El pedo’ o ‘La muerte’, hasta 33 de esta jaez). Pero no fui capaz: aquella tarea era superior a mis capacidades y mi energía y allí fue quedándose el disco. El caso es que el sábado estaba tratando de decidir si tiraba al contenedor ‘El coñón del Colorado’ o no cuando empieza a sonar ¡en Radio 3!… ‘Ostras, Carolina, qué buena estás’, tema improbable donde los haya y que allanó el indulto del disco. Qué, ¿cómo se te queda el cuerpo?
Con información de Cracked, BBC, República Insólita, Listverse, Aunque usted no lo crea, Almanaque de la Infamia y Strambotic.
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