domingo, 4 de agosto de 2013

Mente Cuántica

http://jccubeirojc.blogspot.com/2013/08/posees-una-mente-cuantica.html 

En Mente Cuántica, Félix Torán se propone, con éxito, divulgar los principales conceptos de la física cuántica y su aplicación al crecimiento personal y profesional, a modo de viaje de transformación interior. Y para ello estructura el texto en nueve claves:
1. ¿Qué es la física cuántica? Llamada inicialmente mecánica ondulatoria, es la rama de la física que explica el funcionamiento de la materia y de la energía. Sus inicios son de 1900, con el “cuerpo negro” (la radiación) de Max Planck. La energía es e=hf, es decir, la constante de Planck por la frecuencia de la radiación. El principal hallazgo de Planck es que la energía no se transmite de forma continua, sino a través de paquetes (cuantos). En 1926, Gilbert N. Lewis llamó a esos “cuantos”, fotones. En 1907, Ernst Rutheford rebatió el modelo del átomo anterior y mostró que básicamente está “vacío” (un núcleo y electrones girando alrededor). En 1913, Niels Bohr, discípulo de Rutheford, perfecciona el modelo: un electrón puede absorber un fotón, con lo cual aumenta su energía. Tres años más tarde, Sommerfeld demuestra que los electrones se mueven en órbitas circulares y elípticas. Con Werner Heisenberg (1925), Erwin Schrödinger (1926) y Niels Bohr (1927), la física cuántica adquiere características no determinísticas. Todo un cambio de paradigma.
2. Lo que no es la física cuántica. No es la “ley de la atracción”, no creamos materia al observar. No hay teletransportación, como si el espacio no existiera.
3. Todo es energía en vibración. La energía es un palabra del griego que significa actividad, movimiento, fuerza, acción, trabajo. En el universo, todo es energía en vibración y movimiento. Por la teoría de la relatividad de Einstein, sabemos que la energía y la masa están relacionadas. Edwin Hubble mostró que el universo está en constante expansión. “Nuestra energía vital, que se mantiene en constante vibración y flujo, se identifica con el aire desde tiempos milenarios” (espíritu, qi, chi, pneuma, ruaj). Para Félix Torán, la clave está en la meditación. “El sufrimiento es igual al dolor multiplicado por la resistencia” (Sinzhen Young).
4. La dualidad onda-corpúsculo. En 1924, Louis de Broglie presentó su tesis doctoral, en la que conectó la famosa Ecuación de Einstein (E=mc2) con la ley de Planck (E=hf), de forma que la energía equivale a masa (la luz son partículas, como decía Newton) y a frecuencia (propiedad de las ondas. Debemos aplicar esa dualidad a nuestras relaciones interpersonales (por ejemplo, en los debates con diferentes opiniones). “Nuestra realidad no es una imagen fija, sino una sucesión de imágenes en el tiempo”.
5. El problema de la medida. Heisenberg nos presentó su “principio de incertidumbre”: mientras dependamos del observador para conocer la verdad, no podemos conocer la verdad. Es nuestra influencia, esencial, como observadores.
6. El principio de superposición. Para Schrödinger, no sabemos nada en mecánica cuántica hasta que no medimos, por lo que es una probabilidad (el “gato de Schröndinger”, que no sabemos si está vivo o muerto hasta que abramos la caja).
7. El efecto túnel cuántico. Cuando una partícula se encuentra frente a una barrera de potencial (energía que se opone al movimiento de la partícula), la traspasa. En la naturaleza hay “saltos cuánticos”. Y en nuestra vida, si visualizamos nuestros objetivos y vamos a por ellos. Albert Einstein, Boris Podolsky y Nathan Rosen formularon la teoría de los “entrelazamientos cuánticos”: podemos crear partes de partículas en un estado entrelazado. Es la sincronicidad.
8. El vacío está muy lleno. Conectamos con el vacío a través de la meditación, los sonidos (silencio), etc.
9. ¡Da el salto cuántico hacia el éxito! Félix cita a Buda: una visión más clara de la realidad (más serena) nos permite entender la verdadera naturaleza de la realidad. Completa tus canales sensoriales, añádele emociones e incluye tus pensamientos (positivos) y tu mente. Pregúntale a lo más profundo de tu ser.
“La felicidad no se puede medir directamente”, escribe Félix Torán. “Indirectamente, podemos medir los efectos de la felicidad, pero no la felicidad propiamente dicha. Ésta tan solo se puede experimentar. Es por ello que quienes la han experimentado no pueden definirla perfectamente con palabras, puesto que eso vuelve a ser una observación, una aproximación hasta donde el lenguaje nos permite llegar. Quienes experimentan la felicidad coinciden en que se encuentra en nuestro interior y no es nada que tengamos que alcanzar ahí fuera. También coinciden en que se encuentra en el único momento que existe realmente: ahora. Y también están de acuerdo en que lo mejor que se puede hacer con nuestra felicidad es compartirla, pues al hacerlo la felicidad se multiplica”.

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