Entonces podrías volver a encontrarlos a partir de ti y reconocer sus caminos. Pero ¡qué debilidad! ¡Qué desesperación! ¡Qué miedo! No soportarás seguir tu camino. ¡Quieres tener al menos un pie en el camino ajeno para que no te acometa la gran soledad! ¡Para que mamá consoladora esté cerca de tí! !Para que uno te reafirme, reconozca, confíe, consuele, anime! Para que se te arrastre a una senda extraña, donde te extravíes de ti mismo y donde, aligerado, puedas hacerte a un lado. ¡Como si tú no fueras tú mismo! ¿Quién ha de realizar tus actos? ¿Quién ha de cargar tus virtudes y tus vicios? No llevas tu vida hasta el final y por ello los muertos te acosarán terriblemente. Todo, todo debe ser cumplido. El tiempo apremia, ¿Qué quieres al amontonar lo uno y dejar pudrirse lo otro?"
Liber secundus / El don de la magia.
Carl Jung
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