sábado, 23 de noviembre de 2013

La paciencia, el diseño y la felicidad

http://jccubeirojc.blogspot.com/2013/11/la-paciencia-el-diseno-y-la-felicidad.html

¿Es lo mismo la serenidad que la paciencia? Aunque forman parte del mismo campo semántico (el de la tranquilidad del alma), serenidad y paciencia no son estrictamente sinónimos. La serenidad o autocontrol es una competencia, una cualidad de la inteligencia intrapersonal, que nos permite responder adecuadamente a estímulos negativos (los que en otras condiciones nos provocarían ira, tristeza, miedo, celos, vergüenza, bochorno o incluso asco). La paciencia es una virtud, más prolongada y, en principio, más consciente.
Ambas tienen en común que se pueden cultivar (por ejemplo, a través del coaching). Debemos ser conscientes de la necesidad de actuar con paciencia, de tomarnos las cosas con perspectiva, de actuar con alma y no por impulsos dañinos. No es tarea fácil, evidentemente, pero podemos generar nuevos hábitos ligados a la paciencia.
¿De qué nos sirve la paciencia? Son muy conocidos los experimentos de Walter Mischel de la universidad de Stanford con marshmallows (chuches, golosinas). Los niños de cuatro años que se esperaban y no se comían la golosina inmediatamente (por la promesa de recibir más un tiempo después) tenían, de adultos, mayor éxito en la vida. La paciencia es un gran predictor del éxito. Y se puede “diseñar”.
Si te interesa el Diseño (uno de los seis pilares de la Era Conceptual, Daniel Pink dixit, y por tanto del Talentismo), no te pierdas el número de la revista Fast Company dedicado al 10º “Annual Innovation by Design”, con un análisis del laboratorio de Apple (Jony Ive y sus chic@s), las lecciones creativas de Burberry, Fab, Google, J. Crew, Samsung, Warby Parker, Pinterest, Nike…, los 54 mejores diseños de 2013 y una guía en diez pasos para diseñar con éxito asegurado:
1.     El Diseño empieza en la Alta Dirección (ha de ser estratégico).
2.     El mito de Apple es tan poderoso como incompleto (sus productos no se han creado con gran colaboración interna, sino con proyectos separados y muchas veces secretos).
3.     El desastre de hoy es el triunfo de mañana (los dividendos no van por trimestres, como en las finanzas).
4.     No sirve el café para todos (además de un/a CDO –Chief Design Officer-, hemos de generar una cultura corporativa del diseño).
5.     Ir a por la pela puede hacerte perder una fortuna (cuidado con la “mezquindad” de algunos directores financieros respecto al ROI del Diseño).
6.     El hambre por el buen diseño ha de ser real (el cliente es hoy más responsable y está mejor informado que nunca).
7.     Siempre hay algo nuevo bajo el sol (en la era del “big data”, las innovaciones aparecen cada día).
8.     Un producto bien diseño no es lo mismo que una empresa bien diseñada (la belleza va más allá de la piel).
9.     El gran cuadro es un amplio conjunto de detalles (la experiencia de diseño ha de ser cotidiana).
10.  Cada día es el primero (Jeff Bezos, CEO de Amazon, utiliza la expresión “Day One” para señalar que no hay negocios maduros).

Estas diez lecciones se complementan con las “cuatro olas” de la Innovacion:
A.   Rétanos: Aunque los clientes somos criaturas de hábitos, nos encanta que nos propongan novedades.
B.    Destigmatiza la aflicción: Muchas innovaciones fallan no porque no sean útiles, sino porque no son atractivas.
C.    Reinventa la cadena de suministros: con las impresoras 3D y el packaging creativo, hay un mundo de posibilidades.
D.   Adáptate, de verdad, a los usuarios: desde la Wii a las sillas de oficina ergonómicas, los éxitos empresariales nos enseñan que debemos profundizar en la introspección sobre lo que los clientes necesitan. 


Desde el Diseño, volvamos a la paciencia. Sabemos, gracias a la Dra. Sonja Lyubomirsky, que la felicidad no se busca (solo el 10% depende de factores externos), sino que se construye. Como buen@s arquitect@s, para construir una obra debemos primero diseñarla. En el caso de la felicidad, hemos de hacerlo sobre doce pilares, que algunos llamamos “las doce campanadas de la felicidad”.
¿Tienen alguna conexión con la paciencia? De las 12 claves, tres tienen que ver con el “aguante”: la resiliencia, la capacidad de perdonar (eliminar el resentimiento) y no darle demasiadas vueltas a las cosas (“pasar página”). La paciencia influye y se ve influida por estos tres aspectos. Otros tres son los “motores” de la felicidad: la gratitud, el optimismo inteligente y la fluidez. Resulta menos evidente, pero también están conectados a la paciencia. La práctica de la gratitud deriva de un enfoque hacia lo positivo; el optimismo inteligente, afrontar lo que sale bien –y agradecerlo- y lo que tenemos que cambiar para que salga mejor; la fluidez se obtiene a partir de un reto, de un desafio, de un proyecto vital por el que elevamos nuestras capacidades (la paciencia nos enseña que podemos obtener lo que queremos, pero que no sabemos cuándo lo obtendremos, que el tiempo no está de nuestra mano).
El siguiente trío de campanadas de la felicidad tiene que ver con los vínculos con otras personas: fomentar las relaciones personales, practicar la amabilidad y saborear las alegrías de la vida. La paciencia como virtud –que, en el fondo, es una lección de humildad- se fomenta siempre con l@s demás y es más llevadera cuando aprendemos a disfrutar momentos, detalles y recuerdos.
Y el último trío, el del cuidado personal (comprometerte con tus objetivos, practicar tus valores y ocuparte de tu cuerpo y de tu alma), aunque aparentemente puedan parecer desconectado de la paciencia, son formar de cultivarla. A través de la actividad física y mental, de los propios valores, de perseverar en lo que consideras más valioso en tu vida. Llegará, antes o después, si lo peleas como merece.

Vivimos en una sociedad impaciente; por ello, la paciencia debe formar parte de nuestra seña de identidad. Mi gratitud y admiración a la gente valiente y paciente. No te rindas, no te rindas, no te rindas.          

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