jueves, 6 de marzo de 2014

El Instinto de la Fuerza de Voluntad: ¿Qué es la fuerza de voluntad, y por qué importa?

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Primer capítulo del libro “El Instinto de la Fuerza de Voluntad” de Kelly McGonigal.

Sin más preámbulos, acá va el resumen de la primera parte del capítulo.

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EL INSTINTO DE LA FUERZA DE VOLUNTAD (Kelly McGonigal)

CAPITULO 1

Lo haré, No lo haré, Lo quiero: ¿Qué es la fuerza de voluntad, y por qué importa?

El poder de ‘no lo haré’ es tu capacidad de resistirte a la tentación.

El poder de ‘lo haré’ es tu capacidad de hacer lo que necesitás hacer, incluso si una parte tuya no quiere hacerlo.

Los poderes de ‘lo haré’ y ‘no lo haré’ son las dos caras del auto-control, pero no constituyen a la fuerza-de-voluntad por sí solas. Para decir ‘no’ cuando necesitás decir que no, y decir ‘’ cuando necesitás decir que sí, necesitás un tercer poder: la capacidad de recordar lo que realmente querés. Para ejercer el auto-control, necesitás encontrar tu motivación cuando realmente importa. Este es el poder de ‘lo quiero’.

La fuerza-de-voluntad se trata de domar los tres poderes de lo-haré, no-lo-haré y lo-quiero para que te ayuden a lograr tus objetivos.

Los seres humanos son los afortunados beneficiarios de cerebros que apoyan todas estas capacidades. De hecho, el desarrollo de estos 3 poderes puede que sea lo que nos define como humanos.

Otra característica singularmente humana es la auto-conciencia, la cual te ayuda a evitar las fallas de fuerza-de-voluntad.

¿Por qué tenemos fuerza-de-voluntad?

Las comunidades requieren de cooperación y de compartir los recursos – no podés tomar lo que querés así nomás. Incluso en la Edad de Piedra las reglas sobre ‘cómo ganar amigos e influir sobre las personas’ eran probablemente las mismas que hoy en día: un poco de auto-control. 

Para los humanos, hay todo tipo de formas de meternos en problemas con los instintos perennes del apetito, la agresión, y el sexo. Entonces, como ahora, teníamos la necesidad de auto-control. A medida que nuestros mundos sociales se volvieron cada vez más complejos, fue necesario un aumento equivalente del auto-control. Las necesidades de encajar en el grupo, cooperar y mantener relaciones a largo plazo, pusieron presión sobre nuestros cerebros para que desarrollen estrategias de auto-control.

¿Por qué importa esto hoy en día?

La fuerza-de-voluntad ha pasado de ser la cosa que nos distinguía a nosotros los humanos de los otros animales, a ser la cosa que nos distingue a unos de otros. La gente que tiene mejor control de su atención, emociones, y acciones está mejor provista para la vida en sociedad desde todo punto de vista. El auto-control es un mejor vaticinador del éxito que cualquier otra virtud o habilidad.

[‘Control’ aquí no significa ‘supresión’, sino la habilidad de auto-regularse].

La neurociencia de lo-haré, no-lo-haré, y lo-quiero

Nuestros modernos poderes de auto-control son el producto de antiguas presiones sobre nuestros cerebros con el fin de hacer de nosotros mejores vecinos, padres y cónyuges. El cerebro humano respondió a estas presiones con el desarrollo del la corteza pre-frontal.

Durante la mayor parte de la historia evolutiva, la función de la corteza pre-frontal del cerebro era la de controlar el movimiento. A medida que los humanos evolucionaron, la corteza pre-frontal creció y se conectó mejor con otras partes del cerebro. A medida que la corteza pre-frontal crecía tomaba nuevas funciones controladoras: controlando a lo que le prestás atención, controlando sobre lo que pensás, incluso controlando cómo te sentís. Esto la volvió incluso más adepta en controlar lo que hacés.

La tarea principal de la corteza pre-frontal moderna es sesgar al cerebro – y por tanto a ti – hacia hacer ‘lo más difícil’ (o sea, controlar tus impulsos de las estructuras más primitivas del cerebro).

La corteza pre-frontal (situada justo por detrás de tu frente y ojos) tiene tres regiones clave que se reparten las tares de lo-haré, no-lo-haré, y lo-quiero.

La porción superior-izquierda se especializa en el poder de lo-haré, o sea, te ayuda a comenzar y perseverar con tareas que son aburridas, difíciles, o estresantes. La porción derecha maneja el poder de no-lo-haré, o sea, te frena de seguir cada impulso o deseo que se te aparece. Juntas estas dos regiones controlan lo que hacés.

La tercera región, situada un poco más abajo y en el medio de la corteza pre-frontal, realiza el seguimiento y almacenamiento de tus objetivos y propósitos; o sea, decide lo que querés. Cuánto más rápido se enciendan y comuniquen sus células, tanto más motivado estás para tomar acción o resistir la tentación. Esta parte de la corteza pre-frontal recuerda lo que realmente querés, incluso cuando el resto de tu cerebro grita “¡Comete eso! ¡Tomate eso! ¡Fumate eso! ¡Comprate eso!”


BAJO EL MICROSCOPIO: ¿Qué es lo más difícil?

Cada desafío de fuerza-de-voluntad requiere de ti que hagas algo que te es difícil.

Imaginate enfrentando tu desafío particular de fuerza-de-voluntad: 

  •  ¿Qué es lo más difícil?
  •  ¿Qué lo hace tan difícil?
  • ¿Cómo te sentís cuando pensás en hacerlo?

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