miércoles, 5 de noviembre de 2014

La Organización Sin Fronteras

http://www.claseejecutiva.cl/blog/2014/11/la-organizacion-sin-fronteras/ 

Las barreras antes infranqueables dentro y fuera de la empresa se han desmoronado.


¿QUIÉN ES LA PERSONA MÁS IMPORTANTE DE LA EMPRESA?

Las organizaciones de hoy no tienen límites y las barreras antes infranqueables de sus unidades, departamentos y divisiones se han desmoronado. Nada es capaz de resistir el avance incontrolable de las redes sociales, las que han penetrado como hidra por todos los rincones de la organización y han extendido sus tentáculos al exterior, hacia otras organizaciones.
Dadas estas circunstancias, ¿quién es la persona más importante de la empresa?
El más importante es el jefe. Pretender que la organización funciona como lo indica el organigrama es utopía pura. Las personas más importantes no son necesariamente las que están en la cima de la jerarquía.
El más importante es el que sabe.  En esta era del conocimiento, el que sabe tiene un rol central. En la “organización que aprende”, quien tiene información y habilidades que son escasas, es una persona muy requerida por todos. Su correo se llena, su teléfono no deja de sonar, e interactúa de otras mil maneras por medios electrónicos, contando para ello con plataformas tecnológicas que facilitan la colaboración en tiempo real. En la organización entendida como una red de comunicaciones, este especialista es un “nodo de alto tráfico”.
Hoy, gracias a la tecnología y la mayor capacitación y autonomía de las personas, la emergencia de redes informales que se extienden a todos los rincones de la organización y que incluso saltan sus límites hacia otras instituciones, es una forma normal de funcionamiento. Estas facilitan la colaboración dentro de la organización y entre esta y otras entidades.
El más importante es quien se relaciona con clientes, proveedores y otras audiencias relevantes de la empresa. En esta era de la centralidad del cliente y la responsabilidad social, el que atiende las necesidades de las audiencias relevantes tiene un rol central. No es necesariamente quien tiene asignado el rol de “vendedor” o “encargado de asuntos corporativos”, pero es considerado un “embajador” de la empresa. Es un verdadero “explorador”, que trata de pulverizar, por ejemplo, las barreras que separan a la empresa de sus clientes y proveedores, pues quisiera conseguir una adhesión y vínculo indestructible con ellos.
Los hiperconectados manejan un gran flujo de información, lo que los hace poderosos en cualquier organización.
Y como todo buen embajador, se asegura de que la comunicación que establece es de doble vía. Su rol es particularmente importante cuando sus conexiones le permiten tener acceso a elementos o información que su empresa no posee, como ocurre cuando el proveedor tiene un conocimiento tecnológico que resulta crucial para el desarrollo de un nuevo producto, y al cual tiene acceso gracias a su red de contactos.
El más importante es quien controla el flujo de información. Algunos dirían no solo que es el más importante, sino el más poderoso. Porque “información es poder”. ¿Cómo llega una persona a ocupar un lugar tan privilegiado en los flujos de información, que se constituye en un verdadero nodo por el cual se transmite todo lo relevante en la marcha de la organización o de alguna de sus unidades? Son quienes “viralizan” la información que se comparte. Son personas hiperconectadas. No necesariamente ocupan un cargo formal, pero con ellos se comunica todo el mundo. Son fuente de información confiable y ayudan a sus compañeros de trabajo cuando se presenta un problema, porque saben a quién dirigirse y tienen habilidades sociales para facilitar la interacción.
¿Quién es el más importante? Participe en el foro en www.claseejecutiva.cl/forotareasejecutivos3.
¡Hasta el miércoles!
La profesora ayudante de este curso es Lídice Majluf.

PUNTO DE VISTA: LOS ROSTROS, LA MIRADA, EL HOMBRE Y LA MÁQUINA

Por el Dr. Sergio Canals L., psiquiatra.
El año que viene, por primera vez en la historia, habrá más teléfonos móviles que personas en el planeta.
“Bienvenido, hijo mío. Bienvenido a la máquina” cantó en 1975 Pink Floyd. Bienvenido el 2015 a la “identidad digital”, al “inconsciente digital”, a la “psicopolítica digital”, al “Big Data” (grandes datos), a la sociedad y a la cultura digital, donde todo se vigila, se informa, se digita y se calcula.
Retrocede melancólica, la narrativa “sutil” del pensamiento reflexivo, que medita y se solaza en la búsqueda del sentido y el misterio.
Texto guía sin costo para los matriculados
No queda claro si el hombre mirando fascinado y de forma casi amorosa una pantalla se enamora de su celular, o el celular, impasible y mirándolo fijamente, lo enamora a él.
Heidegger, visionario, en 1959 nos advertía que “el sentido del mundo técnico se oculta” en el misterio, y que la revolución técnica que se avecina “pudiera fascinar al hombre, hechizarlo, deslumbrarlo y cegarlo de tal modo, que un día el pensar calculador pudiera llegar a ser el único validado y practicado”.

¿MIENTRAS MÁS IMÁGENES, INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN, MEJOR?

Descrito en 1966, el IFS (Information Fatigue Sindrome) se produce por exceso de información. Los afectados se quejan de creciente parálisis de la capacidad analítica, perturbación de la atención, inquietud general o incapacidad de asumir responsabilidades.
Nuestro conocido autor Byung-Chul Han, en su libro “En el enjambre”, nos advierte que el celular, como máquina digital, “ofusca la mirada de larga duración y lo lento” (donde habitan el alma y el espíritu).
La comunicación digital para él sería “pobre en mirada” y nos alejaría cada vez más del rostro real del otro, y aún de la misma realidad. Al domesticarse de forma consumible las imágenes, serían “privadas de su locura”; es decir, “privadas de la verdad” (humana y de los dioses).
La esencia del hombre parece remitir esclava de una necesaria, pero excesiva tecnología digital, que nos consume la espiritualidad, y el celular “como espejo” (narciso) nos araña el alma ¡Atrás chupasangres del misterio, depredadores de la (real) realidad!

LOS MEDIOS SOCIALES Y LA BRECHA GENERACIONAL

SU GRAN EFECTO MOVILIZADOR ES UNA OPORTUNIDAD QUE NINGUNA COMPAÑÍA DEBE DESAPROVECHAR.

Columna Marcos Lima
Armando una reunión entre personas de agendas muy recargadas se me ocurrió insinuarle a uno de ellos que nos conectáramos por Skype, a una hora determinada. Me respondió que nunca había usado el sistema, pero que si recibía instrucciones, estaba disponible. 
Sacarle una foto a lo que estamos comiendo y subirla a Facebook compartiendo el momento con cientos o quizás miles de personas, algunos de los cuales comentan, es impensable para alguien de mi generación, pero muy común en los jóvenes de hoy. Lo mismo tener que llamarles la atención una y otra vez porque se distraen mirando sus smartphones, lo que es muy desagradable para quienes hacemos clases a universitarios.
Estos ejemplos sirven para mostrar el cambio radical que se ha producido en el comportamiento de las personas. Las redes sociales no son una moda pasajera; es un cambio fundamental en la forma en que nos comunicamos y que el mundo de los negocios no ignora.
Poner el oído en lo que están diciendo de sus productos o de sus servicios en las redes sociales es imprescindible. No existen empresas importantes que no cuenten con “community managers” que pesquisan todo lo que se habla acerca de ellas. ¿Se imagina el efecto demoledor de ser trending topic a propósito de una mala experiencia?
Cuando Facebook alcanza 1.200 millones de usuarios, Twitter es cada día más popular y Google se hace indispensable, las redes sociales son el canal de márketing más relevante. Sin embargo, cuando se recomienda actuar como un “organizador de fiestas”, o un “agregador” o como un proveedor de contenidos para tener éxito en una campaña, los talentos necesarios son distintos a los de un marquetero tradicional.
Y qué decir del uso interno de las redes sociales en la empresa. La tarea de aprovechar su potencial para identificar la organización informal, detectar líderes y promover el compromiso con el proyecto empresa a través de su gran efecto movilizador es una oportunidad que ninguna compañía debe desaprovechar.
Entender ese mundo es tarea difícil para quienes no nacimos como nativos digitales. No dominamos el metalenguaje, las motivaciones ni los intereses de estos nuevos trabajadores hiperconectados, y la brecha generacional se agranda, como no ocurría en mucho tiempo. ¿Será la hora del relevo?

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