¿Cuántas veces has pensado que serías completamente feliz si tuvieras una casa nueva, un coche mejor o el último modelo de tu diseñador favorito en el armario? Te equivocas si piensas que consiguiéndolo conectarías con la felicidad. Expresiones del tipo “Cuando tenga X, seré feliz” encierran un doble error que explica Félix Torán –experto en crecimiento personal– en su nuevo libro: El arte de ser y estar.
Según este doctor en Ingeniería Electrónica, frases como estas están equivocadas porque “la felicidad no tiene que ver con poseer (algo propio del ego) y además es incondicional (no depende de la obtención de logros)”. La felicidad, por tanto, se conoce en el presente y por experiencia directa, razón por la que resulta tan complicado transmitir la euforia de un determinado momento a alguien que no la ha vivido.
Entonces, ¿de qué depende la felicidad personal? “De nada en absoluto” es la contundente respuesta de Torán. “La felicidad siempre está ahí, lo que ocurre es que pasamos muy poco tiempo en contacto con ella”, explica este valenciano autor de 12 títulos, que continúa añadiendo: “Los éxitos se consiguen. La felicidad, no”.
Felicidad, bienestar y éxito no son lo mismo
Conviene por tanto diferenciar entre tres conceptos que suelen usarse indistintamente, pero engloban ideas muy diferentes. Según la definición que establece Torán en El arte de ser y estar, el éxito consiste en “alcanzar nuestras metas” y, por tanto, “tiene que ver sobre todo con el futuro, con alcanzar”.
Felicidad, éxito y bienestar no significan lo mismo (iStock)
La felicidad es algo mucho más profundo. “No se puede definir con palabras. Precisamente las palabras rompen la realidad en trozos, en conceptos, en partes. Algo incompatible con la felicidad”, afirma Félix Torán. En contraposición al futurible éxito, este estado de ánimo se experimenta en el presente, al igual que el bienestar (que también se puede alcanzar y tratar como un objetivo).
¿Es posible conectar con la felicidad?
Sí. En “El arte de ser y estar” se establecen varias pautas que pueden ayudar a romper con la negatividad, algo para lo que es necesario “desarrollar la habilidad para darse cuenta de que existen esos elementos tóxicos en nuestra mente”. Además, es muy útil fijarse una misión y una visión en la vida, que conseguirán que no nos sintamos perdidos.
El autor de este título recomienda practicar el mindfulness, un hábito que consiste en “tener una experiencia completa del momento presente, sin juzgar ni intervenir de ningún modo”. Se trata de no hacer más que observar dándonos cuenta de que observamos, sin intentar que lo bueno se quede o lo malo se vaya. No hay que buscar analizar, comprender, ni razonar… Tan sólo hay que contemplar con “completa ecuanimidad” para llegar a ese “espacio entre estímulo y respuesta que permite cambiar las reacciones por respuestas y cortar por lo sano con las cadenas tóxicas”, cuenta Torán.
Además, existen otras herramientas muy poderosas que pueden socorrernos en este intento por acercarnos a la felicidad. Entre ellas, la PNL o Programación Neurolingüística y la “higienemental”, que consistiría en tratar la mente como un jardín del que se arrancan las malas hierbasy se riegan las bonitas flores (eliminando pensamientos negativos y reforzando los positivos).
¿Cuáles son los sentimientos que más negativamente repercuten en la sociedad?
Según Félix Torán, los tres sentimientos más arraigados en la sociedad actual son la ira, la envidia y el miedo. Los dos primeros se tratan de forma práctica en su último libro sin pedir milagros al lector ni liarle con conceptos extraños para que pueda combatirlos.
Además, el valenciano tampoco se olvida de dos “peligrosos hábitos tóxicos” perennes en la actualidad: la procrastinación (ir aplazando las tareas para más tarde) y la queja. Para Torán, ambos conceptos “hacen mucho daño al individuo y a quienes le rodean” por su gran efecto de contagio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario