martes, 15 de marzo de 2011

Teoría sintérgica y Cognición Cuántica

Los seres humanos interactuamos con una matriz informacional o campo informacional que todo lo abarca y envuelve y que contiene en cada una de sus porciones toda la información. Es una matriz de tipo holográfico, no hay objetos separados unos de otros, sino que se trata de un extraordinario campo informacional de enorme complejidad.

Nuestro cerebro interactúa con ese campo informacional que en Cognición Cuántica se lo califica como campo cuántico, los físicos actuales hablan de un campo espacial o energía punto cero y la Teoría Sintergica de Grinberg (1981) la denomina campo sintérgico.

El cerebro interactúa con este campo y a partir de esta interacción, como resultado final del procesamiento cerebral, aparece la realidad perceptual, la que percibimos tal y como la conocemos, es decir, los objetos, formas, colores y texturas.

Grinberg expresa que: "el término experiencia es un todo inclusivo, aún de la conciencia . Todo lo que sentimos, vemos, oímos; todas nuestras emociones, sensaciones corporales, pensamientos, imágenes, son experiencias”. Grinberg (1981) ya no se refiere a técnica, ni memoria o aprendizaje, ni a una maduración psicológica o veteranía. Conciencia es la experiencia del darse cuenta. El neologismo de sintérgia surge de las palabras síntesis y energía.

El pensamiento cuántico, se caracteriza por considerar que:

• Los conceptos opuestos se unen sin perder su diferenciación y particularidad. Ambos se excluyen pero a la vez se complementan (principio de la duocomplementariedad)

• Los procesos del pensamiento se autoproducen y autoorganizan, en un mecanismo de retroalimentación permanente (principio de la autopoiesis).

• Los sistemas están constituidos de tal manera que las partes están en el todo, y a la vez, el todo está en las partes (principio hologramático ).

• El aprendizaje es un continuo proceso de interacciones de orden, desorden y organización (principio del caos).

• Combina el análisis cualitativo con el cuantitativo (principio holístico).

El aprendizaje cuántico es la consecuencia de la interrelación del individuo con el medio y de sus campos energético entre sí, determinada por cambios energéticos cuali-cuantitativos, generados en el sistema nervioso central; dando lugar a asociaciones entre los incentivos caotizantes nuevos y los campos existentes, desencadenando un caos en medio del campo formado por los conceptos previos, para generar un nuevo campo conceptual, a través de un proceso entrópico. Esto permite ampliar el horizonte de discernimiento, guiar las acciones y generar cambios en el medio.


Cómo se originan los campos energéticos

Todo cuerpo con carga eléctrica que se mantiene en movimiento genera un campo electromagnético a su alrededor, entonces el átomo, debido al movimiento rotatorio de sus electrones, exterioriza un campo de energía que trasciende su propia corporalidad y que podemos denominar Campo Energético Elemental, al unirse los átomos para construir moléculas, fusionan sus campos para disponer un campo incluyente que denominamos Campo Energético Parcelar. Las moléculas unen sus campos para constituir células que conforman el Campo Energético Ancestral, las células unifican sus campos al constituir órganos y determinan el Campo Energético Modular, y estos a su vez se organizan en sistemas que conforman el Campo Energético Reticular entre estos conforman el campo del individuo llamado Campo Energético Capitular y entre ellos se fusionan para conformar grupos que determinan el Campo Energético Gregario y entre todos los seres humanos conforman el campo de la humanidad que determinamos como Campo Energético Masal. Todos estos campos se manifiestan sobre una matriz llamada Campo Cuántico que los contiene e interrelaciona.

Según refiere Williams Bateson en su libro “Espíritu y naturaleza: una unidad necesaria (avances en teoría de sistemas, complejidad y ciencias humanas”,

“la mente, el espíritu, el pensamiento, la comunicación, se conjugan con la dimensión externa del cuerpo para construir la realidad individual de cada sujeto; el cuerpo trasciende la esfera de lo material a través de dichos aspectos, los cuales llegan a constituirse como las principales formas de cohesión psicológica y social humanas” Bateson W. 1976: 34).

Así es entonces que la actividad biológica y neuronal de las células nerviosas y sus axones (por donde circula estímulos eléctricos) generan un campo electromagnético que trasciende su anatomía y es en él donde se desarrollan los procesos del conocimiento. Al tratarse de un campo electromagnético se puede explicar la celeridad con que se producen las acciones y reacciones múltiples y simultáneas que desarrolla un individuo, las que difícilmente se pueden explicar por los mecanismos de transmisión interneuronal mediados por neurotransmisores. Claro que es indudable que ambos mecanismos coexisten y se complementan, no podría existir una sin la otra, la actividad biológica y la actividad energética.

Juan Antonio Mussa


Otra prueba a favor de la Mecánica Cuántica


Área: Física —
Un experimento realizado en Suiza muestra, de nuevo, que la “acción a distancia” de la Mecánica cuántica existe y que además se puede dar a distancias considerablemente grandes.

En Mecánica Cuántica no existen partículas, sino las funciones de onda de las mismas, que además pueden estar en varios estados posibles. La función de ondas puede incluso contener varios estado a la vez, formando lo que se llama una "superposición de estados". En ese caso, cuando se realiza la medición la función de ondas colapsa hacia uno de los estados posibles.

Si una partícula está en una superposición de dos estados AB, una vez que “medimos la partícula” la función de ondas puede colapsar en el estado A o en el estado B con una probabilidad que supondremos igual. El estado deja de ser indeterminado para pasar a ser determinado.

Según la Mecánica Cuántica se puede tener un estado entrelazo de estados cuánticos correspondientes a diferentes partículas, y se puede además conseguir que una partícula en superposición de estados viaje en una dirección mientras que la otra lo haga en otra y que aun así sigan entrelazados. Como ambos estados están entrelazados, lo que le pase a uno le afectará al otro. De este modo, si colapsamos uno de ellos colapsamos el otro al instante, por ser en realidad el mismo sistema, colapsando todo el conjunto a la vez.

Pongamos por caso que tenemos dos partículas entrelazadas, cada una en una superposición de estados AB. Entonces, después de un tiempo de vuelo, las dos partículas se pueden haber separado una distancia enorme (sobre todo si son fotones viajando a la velocidad de la luz). Si Alice, pongamos por caso, recibe uno de estos estados y al medirlo lo colapsa a B (no puede elegir cuál colapsará), sabrá que Bob (a incluso años luz de distancia) recibe el mismo estado. Todo esto, claro está, en teoría.

Este resultado no gustaba a Albert Einstein porque aparentaba violar la causalidad relativista, ya que parece que una señal viaja de Alice a Bob a mayor velocidad que la de la luz. Esto se conoce como paradoja Einstein-Podolsky-Rosen. En realidad, esta capacidad de las partículas cuánticas de organizarse aparentemente a mayor velocidad de la luz no viola causalidad relativista porque este proceso no transmite información de Alice a Bob, de la misma manera que si Alice recibe una carta con el contenido “otra carta como esta ha sido mandada a Bob” no transmite información de Alice a Bob o viceversa. Sin embargo el efecto es, cuanto menos, intrigante y misterioso, más si cabe cuando consideramos que ver quién mide primero (y por tanto quién colapsa la función de ondas) depende del sistema de referencia del observador.

Hace ya tiempo que se demostró que este resultado es real, manifestándose en electrones y fotones volando en el espacio vacío del laboratorio. Durante décadas los físicos han tratado de saber qué es lo causa esta “acción a distancia”. Se ha demostrado su existencia, pero no se sabe mucho de sus propiedades o por qué sucede, simplemente se asume como un hecho medible.
No obstante, esta “acción a distancia” sólo se había medido en las cortas dimensiones de los laboratorios.

Ahora unos científicos suizos han demostrado, realizando este experimento con un tamaño kilométrico, que si existiera esa señal que viajase de Alice a Bob, debería de ser como mínimo varios miles de veces más rápida que la luz.

El experimento fue realizado por Nicolas Gisin y sus colaboradores de la Universidad de Ginebra. Desde Ginebra se lanzaron fotones entrelazados en sentidos opuestos por dos fibras ópticas hacia dos detectores separados por 18 Km, uno situado al este y otro al oeste. Los detectores consistían en sendos interferómetros. Comprobando si se cumplían las desigualdades de Bell, los investigadores podían saber si el colapso en un lado afectaba instantáneamente al otro.

En principio, podría suceder que hubiese algún tipo de señal entre un fotón y otro, porque no está garantizado que las medidas sean sincrónicas desde el punto de vista de un sistema de referencia en movimiento. Es decir, podría haber un intervalo temporal para poder lanzar la señal debido a la Relatividad Especial.

El experimento fue realizado a los largo de un periodo de 12 horas. Durante este tiempo la Tierra rotó lo suficiente como para calcular el límite inferior a la duración del intervalo temporal para cualquier sistema de referencia.

Los investigadores demostraron que esa comunicación no puede existir. La señal, de existir, tendría que viajar 10 de veces más rápido que la luz. Para otros sistemas de referencia más realistas la señal tendría que viajar incluso 10.000 veces más rápido que la luz como mínimo. La cuestión básica es que no hay tiempo para que estos fotones se comuniquen entre sí.

La explicación más aceptada a este fenómeno es que no hay señal que se transmita de un punto a otro. Pero, aunque podemos describir este efecto instantáneo del colapso de la función de ondas, el propio colapso no se entiende bien.

Con este resultado se confirman una vez más las predicciones de la Mecánica Cuántica y proporciona pistas sobre la naturaleza de la “acción a distancia” que permitiría facilitar el desarrollo de nuevos modelos teóricos que lo expliquen. El experimento ha permitido, además, descartar varias explicaciones clásicas (no cuánticas) al fenómeno.

Algunos físicos creen que en Mecánica Cuántica algunas cosas trascienden el espacio-tiempo, concepto este último al que los humanos nos aferramos aunque la Naturaleza sea más extraña de lo que en principio creemos.

Fuentes y referencias:
Salart, D., Baas, A., Branciard, C., Gisin, N. & Zbinden, H. Nature, 454, 861-864 (2008).
Artículo original.

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