http://www.emprendedoresnews.com/tips/el-futuro-no-existe.html
La materia prima más valiosa de un país es la materia
gris de sus habitantes. La misma sólo se puede hacer valiosa a través de
la educación.
Aprender a ser. ¿Quién
soy? ¿de dónde vengo? ¿hacia dónde voy? Dos preguntas apuntan al
pasado, a los valores, a la memoria, la tercera hacia el futuro, a la
visión.
Empowerment es el poder interior que produce la
energía. Para convertirla en materia gris hay que descubrir el querer,
lo que los griegos llamaban conócete a ti mismo.
El
porvenir se crea a partir del presente, intentando adivinarlo o desde el
futuro deseado. En este caso la evocación de una imagen magnética del
objetivo guía la acción en el presente.
Otra opción es enfocar el
pasado, más vale malo conocido que bueno por conocer. Esta fórmula es
encarar el futuro como si se manejara un auto mirando por el espejo
retrovisor.
El iluso pretende construir castillos en el aire,
imagina utopías irrealizables y cree que el presente lo empujará hacia
él sin un proyecto que lo haga viable. La realidad tiene algo importante
que decir, el optimista tiene los ojos en el cielo pero los pies en la
tierra. El desafío no es prever con la exactitud de un pronóstico
meteorológico sino entrever.
Aprender a hacer. El
pensamiento creativo deliberado parte del futuro pero trabaja en el
presente, la felicidad no es la estación a que se arriba sino también la
forma de llegar.
El poder inteligente es un querer con eficacia.
La tensión creativa entre la meta y la situación actual genera opciones
para diseñar la dimensión anticipatoria de la configuración deseada.
Mientras que la probabilidad es matemática, al futuro lo hace posible
la intención de lograrlo. Pero nada sucederá sin planes, el que falla al
planear planea fracasar.
Aprender a aprender. Einstein definió la locura como querer mejorar y hacer más de lo mismo. Esto lleva a la decadencia ante los cambios, la innovación y la competencia.
Japón
copió y superó a EEUU después de la segunda guerra. La ventaja
competitiva, la destrucción creativa de lo que se hace y el aprendizaje
continuo, fueron sus herramientas.
En épocas de crisis dijo Einstein: “la imaginación es más importante que el conocimiento”.
La innovación tiene como soporte la Fábrica de ideas, donde se enseñan y
se aplican las mejores técnicas de pensamiento. Se necesitan 60 ideas
para que una se haga realidad. La sinergia entre creatividad,
innovación, aprendizaje continuo y gestión del conocimiento crean
normas de calidad que aseguran el crecimiento y el éxito.
Visualización creativa. Es
la expresión visual del deseo. Los pasos previos son: definir las
metas, invertir tiempo en soñarlas despierto y con todo detalle,
integrar los sentidos con las emociones, perseverar en la tarea hasta
que surja el impulso de actuar, sostener la actitud y confirmarla con
palabras positivas, mantener la mente abierta y alerta para descubrir
oportunidades. “Si lo puedes soñar lo puedes hacer”, dijo Disney.
Pero un sueño sin acción es sólo frustración
El Pensamiento Creativo Deliberado. Al
proceso creación-innovación del futuro el pensamiento
estratégico agrega puntos claves: ¿Dónde estaba ayer, dónde estoy hoy,
dónde y cuándo quiero estar mañana, cómo haré para conseguirlo?
La
estrategia con un plan ajustado a los objetivos anticipa y resuelve los
problemas antes de que ocurran. El pensamiento estratégico le da forma
al pensamiento creativo deliberado y resuelve las dificultades del
proyecto. La esencia es la misma: hay un objetivo y tácticas
diferentes; la estrategia ideal es la que elige la llave que abrirá la
puerta.
Aprender a convivir. El genio
aislado no puede crear el futuro. Es improbable que una sola persona
reúna capacidades de creatividad, análisis, ejecutividad y competencia
social, que demandan los proyectos. La mejor forma de alcanzar el futuro
deseado es armar un equipo donde impere la comunidad de propósitos y la
diversidad de capacidades.
Debe contar con los medios,
reconocimiento, capacitación, compartir el rumbo, estar seguros de lo
que buscan y ser capaces de cumplir, conociendo los pros y las contras.
Pensar como los genios. El
cerebro de Einstein era similar al de cualquiera, no valía por su peso
sino por el modo en que lo hacía funcionar. La estrategia es imitar y
hasta superar el método que usó. No hace falta ser un genio natural para
usar las mismas estrategias que Sócrates, Aristóteles o Einstein, para
estimular el poder de la mente y gestionar el futuro. Estudiando cómo
lo hacían podemos hallar las fórmulas que aplicaban:
1. Observar desde nuevas perspectivas. Leonardo
da Vinci reestructuraba el problema. Sentía que la primera vez lo
condicionaba la rutina. Dejaba incubar la solución, para que el
problema se reconstruyera y se convirtiera en otro más interesante.
2. Visualización creativa.
Einstein visualizaba la solución, las palabras no jugaban el rol
principal. En la teoría de la relatividad se imaginó viajando en la
punta del rayo de luz.
3. Producir una cuota mínima. Edison
agradecía a sus errores. En la invención de la lámpara eléctrica lo
logró en el ensayo número 1000. Error bueno es error nuevo, el hombre es
el animal que choca dos veces con la misma piedra.
4. Hacer nuevas combinaciones.
Las leyes de la herencia, base de la genética, son obra de Mendel, que
combinó matemáticas y biología. Los medios de difusión surgieron del
linotipo de Mergenthaler que hizo posible el periódico de impresión
rápida y en escala, con la publicidad de Pulitzer, lo que permitió
obtener ganancias al mismo tiempo.
5. Formar relaciones inusuales.
Morse inventó la estación de relevo de las señales telegráficas
observando las estaciones de relevo de caballos. Finsen al ver cómo el
gato se movía siguiendo al sol, fue el precursor de la lámpara de rayos
ultravioletas.
6. Pensar polos opuestos. Bohr
unía cosas opuestas, suspendía el pensamiento y la mente accedía a un
nivel superior. Suspender el razonamiento lleva a crear una nueva forma.
7. Pensar con metáforas.
Aristóteles creía que quién percibía semejanzas entre dos áreas y las
enlazaba, tenía un don especial. Lilienthal inventó el planeador de las
alas de las aves.
8. Prepararse para detectar oportunidades.
Al fallar se termina haciendo otra cosa. Es el principio del accidente
creativo. Un fracaso se convierte en error productivo al analizar la
causa. No hay que preguntar ¿Por qué he fallado? sino ¿Qué hice?
9. Distinguir el azar de la buena suerte. Cuando la manzana cayó sobre la cabeza de Newton, él puedo crear la Ley de Gravedad. Muchos la veína caer sin saber observar.
10. Investigar la causa desconocida de un efecto. El planeta Neptuno se descubrió suponiendo su existencia tras investigar las perturbaciones en el movimiento de Urano.
11. Intentar satisfacer un deseo. La hoja de afeitar de Gillette surgió mientras pensaba en un producto que debiera comprarse durante toda la vida.
12- La teoría del océano azul. No
toda idea es buena ni toda innovación es valiosa, como el creador
bohemio o la tecnología innecesaria. La teoría del océano azul invirtió
el supuesto de que un negocio surge de tomar una parte de la torta del
mercado. Propuso salir del océano rojo lleno de tiburones con ideas que
no tienen competencia. Así Callaway Golf creó un Océano azul de no
golfistas aumentando el tamaño de la cabeza del palo de golf.
Creatividad a dos puntas.
El cerebro es rutinario y prejuicioso. La Tormenta de ideas o Brain
Storming fue ideada por Osborne para estimularlo, recolectando ideas sin
criticarlas. En la otra punta de la idea está la observación. Una cosa
es la realidad y otra la percepción que recrea lo que ve. El optimista
ve la botella medio llena y el pesimista medio vacía.
Hay un tipo
de observación reactiva que actúa ante lo que pasa y otra proactiva
que busca problemas para obligarse a resolverlos, mirar de otra manera y
generar una apertura.
El pensamiento lógico selecciona su camino
por sí o por no y cuando llega a la solución detiene su marcha. El
pensamiento creativo sigue hasta que provoca el cambio.
Serendipidad es la capacidad de realizar descubrimientos de manera accidental. Para Pasteur, el azar favorece sólo a las mentes preparadas. Esto diferencia al azar como oportunidad, de la buena suerte como la respuesta adecuada.
En
cada hombre, hay un gigante dormido. Desde el utensillo más simple
hasta el avión moderno, nacieron en su mente. Pero su naturaleza es
vagabunda. Por eso al aprender a dominarla se hace del futuro una
propia construcción. El azar no es nada sin conocimientos y el
conocimiento no es fértil sin creatividad. Csikszentmihalyi distinguió
dos rasgos del creador: curiosidad y apertura por un lado y
perseverancia obsesiva por el otro.
Veo veo: ¿qué ves?
Este juego exige pensar en objetos cercanos, excluyendo lo inmaterial,
lo que no se puede ver, como el amor. Los niños están aprendiendo pero
hay adultos que sólo creen en lo que ven y no advierten el impacto de
los recursos intangibles, como el conocimiento. Un hardware es inútil
sin el software que lo hace funcionar
Una ventaja competitiva se
sostiene en saber hacer mejor que los demás lo que no se puede copiar.
Los objetivos que se pretenden alcanzar en el futuro necesitan
administrar los conocimientos que se tienen y desarrollar los demás
conocimientos faltantes.
Lo preocupante no son los problemas sino la falta de conocimiento para resolverlos. Para Einstein “no se puede resolver un problema en el mismo estado mental en que se lo creó”.
Los desafíos del futuro serán de conocimientos: escenarios cambiantes,
regulaciones, innovación tecnológica. Sin conocimiento estos desafíos
se perciben como aterradores.
Contar con activos físicos dejó de
ser garantía de riqueza. A pesar de que el petróleo es un bien
codiciado, los países productores atrasan, salvo los que, como Noruega,
convierten sus ganancias petroleras en intangibles como educación e
innovación.
El conocimiento es la moneda de cambio. El principal capital del hombre se aloja entre sus dos orejas y nadie se lo puede quitar. Sin contar con herramientas de gestión, no sabe en qué etapa del proyecto se encuentra y qué riesgos lo amenazan.
El sistema educativo enseña lo que es más fácil y puede medirse en un
examen, en lugar de enseñar lo más valioso, como creatividad o
liderazgo, difíciles de enseñar y de medir.
Es
necesario aprender del pasado para resolver los problemas del presente y
anticipar los problemas que vendrán. Como el futuro no existe
debemos aprender a gestionarlo.
*Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre cómo optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es horaciokrell@ilvem.com
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