También son indispensables para la construcción de la
consciencia. Una cualidad que creíamos típicamente humana y que, sin
embargo, se genera en áreas primitivas del cerebro compartidas con otras
especies, incluida una simple lagartija. Lo que varía es la forma en
que la parte más evolucionada de nuestro cerebro, la corteza, recoge
esas emociones y las convierten en sentimientos, que lejos de ser un
lujo, juegan un papel esencial, explicaba Damasio el pasado jueves, en
la XLIV Lección Conmemorativa Jiménez Díaz, en la que recibió la Medalla
de la Fundación. "De oro, uno de los refugios del euro", señaló con
ironía. En un aula magna que registró un récord de audiencia, habló de
cómo "Sentimientos y sensibilidad" ayudan a construir nuestra la mente.
"Empecé mi vida como científico creyendo que la mente no era algo
exclusivamente humano y ahora estoy convencido de que recorre toda la
escala filogenética hasta los niveles más simples", señalaba.
PREGUNTA. Siempre hemos creído que la emoción debía someterse a la razón. ¿Quién gobierna a quién? RESPUESTA. No
se trata del control de la razón o de las emociones. Es más bien un
diálogo entre ambas. Para los seres humanos las emociones son una forma
básica de regular la vida. La razón aparece más tarde en la evolución y
puede controlar a la emoción, pero con frecuencia no lo hace. Para
comprobarlo no hay más que mirar al panorama económico o político
actual. Es una lucha constante entre lo emocional y lo racional. Lo
importante es entender cómo se relacionan y ver cuándo la razón puede
controlar a las emociones y las ventajas de hacerlo.
P. ¿Nuestras emociones difieren mucho de las de otras especies? R.
Son muy similares a las de otros mamíferos o aves. Las sociales, como
la compasión o el altruismo están más desarrolladas en los humanos y son
más complejas. La admiración es una emoción puramente humana. la
diferencia está en la forma en que nosotros vemos las emociones y en que
tenemos la posibilidad de controlarlas.
P. ¿Influyen en la consciencia? R.
Juegan un papel fundamental en su construcción. Los sentimientos son el
primer peldaño en la formación de la consciencia, que no existiría sin
un sistema de sentimientos y de emociones. Si se daña la principal
maquinaria que genera los sentimientos, el tronco cerebral, se pierde la
consciencia y podemos entrar en coma.
P. La consciencia, lo más elevado que tenemos, reside entonces en centros muy antiguos del cerebro... R.
La consciencia tiene muchos niveles de control, desde los más simples
hasta los más humanos, como la consciencia autobiográfica. El origen de
todos es muy similar en todos los animales. Pero en otras especies no ha
llegado tan alto como en la nuestra.
P. Su último libro
Y el cerebro creó al hombre, sugiere que somos
únicamente un paso más de la evolución, y no la cúspide R.
Creo que es la forma en que debemos vernos, como individuos que
biológicamente hemos dado un paso mucho mayor que nos permite crear una
cultura. Nuestra vida social es mucho más compleja que la de los
animales y crea un nuevo nivel de regulación de la cultura. Los animales
en general y nosotros mismos podemos regular la vida a través de
mecanismos básicos que vienen de nuestros genes. Pero nosotros además
podemos controlar la vida a partir de lo que yo llamo homeostasis
sociocultural. Y por eso construimos sistemas de justicia, de moral, de
política, de economía. Eso no existe en otras especies y es el gran
triunfo de la humanidad.
P. ¿En el cerebro hay lugar para el libre albedrío o es sólo una ilusión? R.
Sí, el libre albedrío viene de ese nivel sociocultural. No es una
ilusión mientras creamos en él. Cuando crees que estás tomando una
decisión libremente, estás experimentando el libre albedrío. Si no lo
crees, no. De alguna forma también es una ilusión porque las
circunstancias exteriores siempre te controlan, ya sean biológicas,
políticas y económicas, como ocurre ahora. En alguna medida podemos
decidir libremente.
P. ¿Cuándo soñamos, mantenemos conectada parte de la consciencia? R.
Está conectada pero no de la misma forma que cuando estamos despiertos,
porque no llevamos a cabo acciones y relajamos los controles.
Despiertos respetamos las relaciones con otras personas y con el entorno
físico. Pero cuando soñamos tenemos más grados de libertad y puedes
soñar que estas volando.
P. ¿Freud estaba en los cierto respecto al significado de los sueños? R.
Sí, estaba en el camino correcto. No es que todas sus conclusiones
fuesen correctas, pero fue un gran pensador que llamó la atención sobre
los sueños, las emociones y la enorme importancia de la vida afectiva en
relación a cómo nos comportamos.
P. ¿El 3% del genoma que nos diferencia de los chimpancés, está relacionado con la corteza cerebral? R. Sí, seguro. Y en especial en cómo el córtex cerebral está conectado con otras estructuras del cerebro.
P. ¿Sabemos mucho del cerebro? R.
Hemos hecho un progreso enorme, pero tenemos que progresar mucho más y
entender que lo importante es traducir lo que sabemos a tratamientos que
puedan ser útiles para las personas con enfermedades mentales y
neurológicas.
P. ¿Hacía dónde conducirá al cerebro la revolución digital? R.
La tecnología inevitablemente cambiará nuestro cerebro. Probablemente
haga a la gente más lista, más rápida, pero también perdamos algo. Los
niños ahora, inmersos en esa cultura digital, son más rápidos
controlando la información. Pero podríamos perder en parte la capacidad
de reflexión, el uso de la razón. No tiene que suceder necesariamente,
pero es una posibilidad.
Autor: Pilar Quijada
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