viernes, 25 de mayo de 2012

Mentalidad de empleado

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Robert Kiyosaki, autor del bestseller “Padre rico, padre pobre”, sugiere cuatro fuentes para obtener ingresos: Empleo. Autoempleo, ser Dueño o Inversor. Si el sistema formal educa para ser dependiente es difícil convertirse en inversor. Las claves del autoemprendedor son: aprender a aprender y a emprender, a desarrollar la autoestima,  aplicar la destrucción creativa,  activar el empowerment o poder interior, el marketing personal, etc.
Alvin Toffler, autor de “La tercera ola” agrandó la receta: crear algo, una herencia, donación, regalos, préstamos, casarse con un rico, asistencia social. El dinero no debe encarcelar a la imaginación. La iglesia creó el diezmo, el corrupto el retorno, el excluido la moneda social: canjes, bancos de tiempo y alianzas, donde el trabajo es el dinero.

Con el sudor de la frente
La mayoría recurre al empleo y lo mantiene por miedo a quedarse sin ingresos. Esto creó la mentalidad de empleado, atenta al día en que se cobra el sueldo, a si la liquidación es correcta, a esperar instrucciones sobre lo que tienen que hacer y a que, si no hay nada que hacer, entonces no hacer nada. Basta con ver su agenda para entender que es lo que es porque hace lo que hace y por lo que no hace.
Quien tiene mentalidad de empleado no comparte información por temor a que quieran serrucharle el piso y si llega a un cargo se atornilla y se encadena a él para mantenerlo.
Son pocos los que buscan cómo cambiar de empleo o una idea sencilla de negocios que genere similares ingresos dedicando menos tiempo. Trabajo no es lo mismo que empleo, se puede trabajar sin relación de dependencia.  El empleo rebaja la creatividad porque estimula la comodidad. Einstein definió la locura como querer progresar y seguir haciendo lo mismo. La  personalidad creativa tiene un estado de insatisfacción permanente, necesita experimentar la sensación de desafío. Aflora en situaciones de crisis cuando se perdió la comodidad del sueldo, del aguinaldo y de las vacaciones.
 
Ideas para dejar o mejorar la relación de dependencia
Como sugiere Toffler uno puede hacerse prosumidor, consumidor y productor del producto, comprarlo para uno mismo o en cantidad y revender el excedente.  Otra opción es canjear lo propio por lo que se precisa o aliarse estratégicamente para concretar negocios y ampliar los alcances de la actividad. Tener ideas que resuelvan problemas. Adquirir tecnologías que aceleren los procesos. Cambiar de trabajo por otro que insuma menos tiempo. Conseguir un trabajo cerca de casa. Gestionar una indemnización laboral por los años de servicio, etc.
Hacerse el bobo. Un bobo era el hazmerreír de la feria. Los turistas le daban siempre a elegir entre dos monedas y optaba por la de menor valor. Un turista le preguntó si no se daba cuenta que elegía siempre la de menor valor. Sí, contestó el bobo, pero por hacer eso ya recibí 5000 monedas y de elegir la otra nadie más me daría la opción.

Franquicia o negocio propio
El fee de ingreso que cobra el franquiciante descarta al inversor común, y la variedad de ofertas suele producir parálisis por exceso de análisis. La franquicia tiene riesgos específicos.  En Argentina no hay ley de Franquicias y se rigen por la ley común, hay que estudiar las trabas a la importación, los impuestos y la inflación que traba la rentabilidad. La opción es el negocio propio, más creativo y menos standard. Un formato alternativo es la franquicia social. Algunos franquician sus bienes o servicios entre sus empleados o profesionales externos que no cuentan con recursos para comprarla. Se trata de aprovechar la capacidad del individuo para generar resultados, compensando su falta de capital financiero con el aporte de activos intangibles (conocimientos, actitud emprendedora, experiencia, capital intelectual y social).

Un tiempo para cambiar
El tiempo pasa y la falta de progreso genera un futuro peligroso al momento de jubilarse. Basta con observar la situación de los que al fallar al planear planearon fracasar, por la magra jubilación que les otorga el sistema previsional. Dos ideas parásitas acosan por izquierda y por derecha: hacer lo que me gusta y que me vaya mal y carecer de medios para subsistir o quedarme donde estoy y seguir sufriendo toda la vida.
Bill Gates tuvo el número mágico de 10 mil horas de práctica para volverse bueno. Fue a una escuela secundaria con computadoras cuando pocas tenían Internet. Gates era brillante, pero la cultura emprendedora lo ayudó más que la Universidad que  lo aburría.
En Asia predomina la cultura del esfuerzo. Los chicos estudian más que los occidentales. Su herencia cultural de trabajo duro deriva del cultivo de arroz. Según el proverbio chino: Nadie que se levanta antes del amanecer 360 días al año deja de hacer a su familia rica. En Argentina, las largas vacaciones son parte de la cultura. Los países asiáticos que figuran en los 1ros puestos mundiales en educación son también los mejores en economía.
 
Empowerment
Es el poder interior, una fuerza variable que se bloquea sin una actitud positiva hacia la vida del trabajo y que se nota en haber dejado de aprender. Aprender a ser, aprender a aprender, aprender a hacer y a convivir. Si dejamos de aprender, el progreso se estanca. Poder inteligente es querer con eficacia, el que hace lo que le gusta tiene éxito.  Si le suma método lo conseguirá, como dijo Nietzche los métodos son la riqueza del hombre.
Al advertir  que lo valioso es dedicar el tiempo a vivir intensamente, y que para eso hace falta un cambio, la visualización creativa del futuro deseado se impone con  tal fuerza que promueve la decisión de lograr la independencia para actuar en concordancia con el deseo.
Se empieza averiguando cómo hicieron los que lo lograron y haciendo pequeñas pruebas, hasta encontrar el puerto deseado y el camino hacia la calidad de vida. Como dijo Séneca no existen vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere llegar.
Es importante redefinir la identidad, aprender a ser. El sistema educativo en lugar de incentivar el deseo de aprender promueve el deber, la obligación de estudiar lo que no gusta, así promueve la mentalidad de empleado. Los verdaderos maestros enseñan que a lo que se le presta atención se vuelve interesante. Lo que no entra en la percepción no existe. La sociedad de consumo otorga un radar para imitar a ricos y  famosos, como base del éxito. Debería entregar una brújula para aprender a conocerse a sí mismo.
Los jóvenes son clientes de la sociedad de consumo, más consumistas todavía que los adultos. Creen que su identidad la otorga el consumo. Cuando van a la escuela, se comportan con los profesores como si fueran clientes. Pero la cultura no es un bien de consumo. Un cliente sólo tiene en cuenta sus deseos. La escuela no se dirige al deseo, sino a sus necesidades. Si el docente se interesa por el alumno, eso lleva a la reciprocidad. También es necesario el respeto de la autoridad y el juego de roles.

La realidad está ahí pero lo que vale es la percepción
Las cosas se ven distintas según el cristal con que se miran. Lo que para uno es oportunidad para otro es amenaza.
2 vendedores de zapatillas fueron a África a vender sus productos. Uno halló a todos descalzos y mandó un telegrama a su jefe: regreso de inmediato, aquí nadie usa zapatillas. El otro envió este telegrama: Me quedo. Perspectivas fabulosas. No tenemos competencia. Ford dijo que siempre tenemos razón: si creemos que nos irá bien o que nos irá mal. Pensar en positivo es la ley de que se cosecha lo que se siembra. Hay que tener conciencia de misión, saber lo que se quiere, concentrarse en la meta y observar. La visión es la imagen de la meta. Sin la visión la misión es intrascendente sin la misión la visión es ciega.

*El doctor Horacio Krell es el director de Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre métodos para optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es horaciokrell@ilvem.com


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