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Este
año se cumple el 40 aniversario de la historia de supervivencia más
increíble sucedida jamás. Una odisea que duró más de 2 meses. Dió
comienzo el 13 de Octubre de 1972. Ese día el vuelo 571 de la Fuerza
Aérea Uruguaya, un Fairchild, volaba rumbo a Santiago de Chile con 45
personas a bordo (40 pasajeros y 5 miembros de la tripulación). Muchos
de los pasajeros eran estudiantes y jugadores del equipo de rugby Old
Christians.
El Fairchild
nunca llega a su destino y se estrella en la cordillera de Los Andes,
perdiendo las alas y la cola durante la caida. En el choque mueren 13
personas. Esa misma noche fallecen 3 personas más.
Nando Parrado
queda inconsciente, pero 3 dias después recupera la conciencia.
Lamentablemente, Nando pierde a 2 familiares en ese vuelo. Susana
Parrado, su hermana, fallece el 21 de octubre debido a heridas internas
graves. La madre de Nando, que también viajaba en el avión, había muerto
en la caída.
El 22 de octubre, 9 dias después del accidente, los
sobrevivientes están ya muy débiles y hambrientos. El rescate que habían
estado esperando no llega. Los aviones y helicópteros que los buscaban
en las montañas no podían verles. Desde el accidente no habían comido
más que una onza de chocolate y un tapón de vino por dia. La situación
es muy seria y realizan una reunión en el interior del avión. Deciden
tomar los cuerpos de los fallecidos como alimento para seguir con vida.
Una decisión sin duda terrible y difícil, algo impensable (de hecho al
principio algunos se negaron a hacerlo) pero hay que ponerse en ese
lugar: No les quedaba absolutamente nada para comer, estaban perdidos en
medio de un glaciar a más de 4.000 metros de altura, no sabían dónde
estaban y el rescate no venía.
El
23 de octubre (décimo día después del accidente) por una radio que
había en el avión, oyen la noticia de que su búsqueda había finalizado.
Ya no los buscaban más, los daban por muertos.
Marcelo Pérez,
capitán del equipo de rugby, había sido hasta entonces el lider del
grupo, pero después de saber que la búsqueda había terminado, se
quiebra.
El
29 de octubre por la noche una avalancha desciende con furia por la
montaña y sepulta el Fairchild, dejando a los sobrevivientes enterrados.
En el alud fallecen 8 personas. Los demás consiguen ser liberados. Sin
embargo, una enorme ventisca les impide salir y quedan encerrados en el
fuselaje. Estaban a varios metros bajo la nieve, y así en esas
circunstancias celebraron sus respectivos cumpleaños Numa Turcatti y
Carlitos Páez. Después de 3 días consiguen salir del avión. Hasta ese
momento hay 19 sobrevivientes, pero lamentablemente, en dias
posteriores mueren 3 personas más. El último en fallecer antes del
rescate fue Numa Turcatti. Finalmente son 16 los que sobreviven al
accidente.
El 24 de noviembre Nando Parrado, Roberto Canessa, Roy
Harley y Antonio Vizintín "Tintín" realizan una expedición para intentar
pedir ayuda. Anteriormente los sobrevivientes ya habían hecho otras
expediciones. En esta ocasión estos 4 muchachos van hasta donde está la
cola del avión, que ya habían encontrado dias antes. Roque, el mecánico
de la tripulación, les había dicho que allí estaban las baterías y con
ellas podrían hacer funcionar la radio de la cabina del piloto y pedir
ayuda, pero nunca consiguieron que la radio funcionara.
El
12 de diciembre se arma la expedición definitiva para intentar llegar a
Chile, ya que los sobrevivientes saben que si quieren tener
posibilidades de salir con vida, la única opción es irse de alli. En
esta última expedición (en la que ya no había retorno) iban Nando,
Canessa y Tintín. A las 6:30 de la mañana todos los sobrevivientes salen
del fuselaje. Los expedicionarios se despiden de sus
compañeros. Empiezan a escalar.
El
14 de de diciembre Nando alcanza la cima de la montaña y mira lo que
hay al otro lado, pero no ve los verdes valles de Chile como él pensaba.
Lo que ve es un cordón de montañas interminables. Deciden entonces que
Tintín debe dejar su ración y regresar al avión para que a Canessa y
Parrado les durase mas el alimento y así poder seguir caminando hasta
Chile. Esta decisión fue tomada porque Nando sabía que hacia atrás no
podían volver y tampoco iban a morir ahí quietos, asi que, junto a
Canessa, tomó la determinación de seguir adelante. Ambos pensaban que
estaban liquidados y creían que iban a morir, pero empezaron a atravesar
la inmensa cordillera que había ante ellos.
El 20 de diciembre
Canessa comienza a sentirse enfermo, por lo cual Parrado debe llevar las
dos mochilas. Están siguiendo un río. Esa noche, de pronto, Canessa le
grita a Parrado que ve un hombre a caballo al otro lado del río y que
vaya a su encuentro, ya que él no podía caminar. Parrado corre hacia el
río en busca del jinete, pero no lo ve y regresa junto a Canessa quién
también lo ha perdido de vista. Mas tarde oyen un grito y esta vez ven a
tres hombres del otro lado. Los dos piden socorro desesperadamente y
hacen gestos de súplica. Uno de los tres hombres se acerca a la orilla
del río y grita algo, de lo cual Canessa y Parrado solo pueden entender
“mañana”.
Al dia siguiente, 21 de diciembre, Parrado y Canessa ven
a los tres hombres. Parrado se acerca al río y grita a las personas.
Uno de ellos baja hacia la orilla. Es Sergio Catalán, un arriero
chileno. Como el ruido del rio les impide oirse, Sergio escribe en un
papel que ha mandado a un hombre a verlos y qué es lo que desean.
Después envuelve el papel en una piedra y se lo lanza a Nando. Este
escribe lo siguiente:
“Vengo de un avión que cayó en las montañas.
Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido
arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir
rápido de aquí y no sabemos como. No tenemos comida. Estamos débiles.
¿Cuándo nos van a buscar a arriba?. Por favor, no podemos ni caminar.
¿Dónde estamos?”.
Cuando
termina, utiliza el mismo método para devolver el papel. El hombre lo
lee e indica que ha entendido su problema. A la tarde llega al lugar un
grupo de carabineros y Sergio Catalán, el arriero que los descubrió. El
jefe de arrieros pide a Santiago tres helicópteros para el recate de los
demás sobrevivientes. Aquel día los muchachos que todavía quedaban en
el avión sintonizaron la radio y lo primero que escucharon fue la
noticia que un arriero había hallado a dos sobrevivientes del avión
uruguayo perdido el 13 de Octubre.
Así comenzó el rescate. Nando y
Canessa cruzaron Los Andes caminando durante 10 dias. Se dice pronto.
10 días escalando montañas y atravesando todo lo imaginable en una
cordillera. La fuerza y el valor de estos chicos fue increible, y
finalmente, lo consiguieron. Habían transcurrido 70 días desde el
accidente.
El
22 de diciembre aparece una multitud de periodistas de todas partes del
mundo. Ellos responden con gusto a todas sus preguntas, salvo las que
se basaban en la alimentación, para las cuales trataban de evadirse. Mas
tarde llegan los helicópteros a Los Maitenes (lugar dónde se hallaban).
Parrado decide ir en uno de ellos para indicar el camino. El viaje
hacia los restos del avión fue duro, pero consiguieron con gran esfuerzo
llegar hasta donde se encontraba el Fairchild. Allí descubrieron a los
14 sobrevivientes restantes, que agitaban sus brazos saludando a los
helicópteros y agradeciendo por el rescate.
Sin
embargo, la alegría del rescate pasa a convertirse en asfixiante para
los sobrevivientes, ya que la prensa no dejaba de agobiarles con
preguntas referentes a la alimentación.
El 26 de diciembre el
diario “El Mercurio” de Santiago publica en primera plana una fotografía
haciendo mención a la antropofagia. Otro diario chileno publicó una
crónica bajo el titulo "¡Que Dios Los Perdone!" Los sobrevivientes se ven obligados a realizar una conferencia de prensa al llegar a Montevideo.
El
28 de diciembre, al empezar la conferencia todo el mundo escuchó en
silencio a los sobrevivientes. Uno tras otro fueron tomando la palabra
para relatar lo ocurrido durante 70 dias. Al llegar el turno de Pancho
Delgado, que el grupo designó para que hablara del canibalismo, dijo:
"Cuando
uno despierta por la mañana en el silencio de los Andes el espectáculo
es majestuoso, impresionante, pavoroso; y se siente uno solo en el
mundo, salvo la presencia de Dios. Porque les aseguro que Dios está
allí. Todos lo sentíamos en lo íntimo de nuestro ser, y no porque seamos
demasiado piadosos; nada de eso. Uno siente la presencia misma de Dios.
Sobre todo, se siente la mano de Dios, y se deja uno guiar por ella... Y
cuando llegó la hora en que ya no teníamos que comer, nos dijimos que
si Jesucristo, en la última cena, había compartido su carne y su sangre
con los apóstoles, nosotros también podíamos hacer otro tanto y tomar la
carne y la sangre de nuestros compañeros como una íntima comunión entre
nosotros. Y eso nos ayudó a sobrevivir. Ahora no queremos que ese
acontecimiento (que para nosotros fue algo muy íntimo) sea mancillado o
profanado. En un país extranjero tratamos el tema con la mayor altura
espiritual que nos fue posible, y aquí venimos a contárselo a ustedes,
nuestros compatriotas, tal como ocurrió..."
Delgado terminó de
hablar, y saltaba a la vista que todos los presentes se sentían
profundamente conmovidos. Dijeron a los periodistas si deseaban
preguntar algo, pero éstos guardaron silencio.
Yo también hubiera
guardado silencio, porque hasta que no te ves en una situación
determinada y la vives en primera persona, no sabes nunca cómo
reaccionarás. Por eso, mi máximo respeto para estos 16 valientes.
Sobrevivientes de Los Andes:
José Pedro Algorta
Roberto Canessa
Alfredo "Pancho" Delgado
Daniel Fernandez Strauch
Roberto "Bobby" François
Roy Harley
Jose Luis "Coche" Inciarte
Ávaro Mangino
Javier Methol
Carlitos Páez
Nando Parrado
Ramón "Moncho" Sabella
Adolfo "Fito" Strauch
Eduardo Strauch
Antonio Vizintín "Tintín"
Gustavo Zerbino
Las 29 personas que no pudieron volver de las montañas, descansen en paz. Nunca serán olvidadas.
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