jueves, 27 de junio de 2013

Lo que fuimos y lo que quisimos ser

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/06/27/lo-que-fuimos-y-lo-que-quisimos-ser-la-nostalgia-en-la-era-digital-123793/ 
Lo que fuimos y lo que quisimos ser: la nostalgia en la era digital
“Yo también”. Esas dos palabras buscadas en Google en relación con Facebook devuelven docenas de millones de resultados. Se trata en casi todos los casos de páginas creadas en torno a experiencias y actitudes comunes, sobre costumbrismo que en muchas ocasiones se vertebra y conjuga en pasado. La (re)construcción colectiva y colaborativa de recuerdos compartidos por personas que vivieron lo mismo. Los mimbres de la nostalgia generacional en la era de las redes sociales.
Víctor Gil, sociólogo y consultor especializado en tendencias de consumo, apunta que lo llamativo de esas tendencias nostálgicas a través de plataformas sociales es que precisamente afectan a los más jóvenes. Los que hoy rondan o superan por poco la treintena conforman el grupo sociológico que más y mejor utiliza las redes sociales para crear un discurso generacional basado en las experiencias compartidas. Y también añoradas.
Facebook y las páginas de lo que fuimos
Ante la pregunta de qué motiva esa nostalgia generacional y por qué fue uno de los primeros impulsores de Facebook, Gil explica que se trata de un “reencuentro con la comunidad, de recuperar la sociabilidad perdida”. Según su teoría, los treintañeros abrazaron las redes sociales para recobrar el sentido de pertenencia a algo, una necesidad creciente para sociedades en las que los últimos años han estado marcados por un proceso de individualización profunda.El mundo es mucho más amplio y atomizado gracias a internet
En un sentido parecido se pronuncia Jorge Díaz, que hace dos años y medio creó junto con Javier Ikatz Yo fui a EGB, la página más exitosa de España en torno a la recuperación de experiencias generacionales compartidas. Tiene más de 550.000 seguidores y sus fieles comentan con pasión los recuerdos que publican sus creadores. “La idea era recuperar todo eso que vivimos y ahora está olvidado”, cuenta Díaz. “Es una válvula de escape, la gente se evade y recuerda que la infancia es una época bonita de nuestras vidas”.
Yo fui a EGB tiene la continuidad y el espíritu comunitario del que carecían la multitud de páginas que aparecieron en los primeros tiempos de Facebook aludiendo al costumbrismo de una época perdida. Muchas de ellas recibían el “hacerse fan” (precedente del “me gusta”) más como guiño compartido que como interés en formar parte de un grupo. Sin embargo, a través de esas publicaciones de Yo fui a EGB, los seguidores se encuentran “emociones que nos transportan a otras épocasque, tal y como va hoy la vida, añoras como mejores”, cuenta Belén J., de 41 años.
Twitter y el meme nostálgico
Más allá de Facebook, que se basa en relacionar a personas a través de cosas, también Twitter contribuye a fomentar corrientes nostálgicas episódicas. Lo hace mediante los memes, vehículos de transmisión de conocimiento vertebrados a través de etiquetas, basados a menudo en recuperar aspectos ya superados de la vida. Por ejemplo, #yotambientuve. Esas conversaciones incontroladas e incontrolables, que surgen de forma espontánea, hacen que sea “inevitable recordar la mayoría de ellos con cariño y nostalgia”, opina Álex G., de 32 años.El pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar
Sin embargo, Twitter cada vez se presta menos a estos episodios, en la medida en que poco a poco va siendo colonizado por un público más joven, que lo prefiere a Facebook. Y esa generación llega sin aspectos simbólicos de la importancia que tenían para las anteriores, ya que la cultura de masas termina en torno al año 2000, como cuenta Gil. Para ellos el mundo es mucho más amplio y atomizado gracias a internet, y no conocen la influencia decisiva sobre sus recuerdos de referentes escasos y poderosos que marcan a una generación y permiten que sus miembros se reconozcan entre sí como parte de ella.
La añoranza de lo no vivido
Pero no todo es nostalgia recreativa. Si algo nos demostró el 15-M es que existe una generación que se acoge a la de sus mayores para buscar referentes en su insatisfacción creciente con el mundo que se ha encontrado. En el activismo que ese movimiento desplegó en plataformas sociales, especialmente en Twitter, siempre hubo guiños para episodios relativos a una época que no solo no ha vivido, sino que en muchas ocasiones tampoco fue conocida por sus padres.
“Muchos de los discursos que escuchamos entonces de los jóvenes son incluso previos a la Guerra Civil. Hay a la vez una nostalgia de los días no vividos mezclada con una renuncia a lo que hicieron sus padres”, dice Gil. En ese sentido las plataformas sociales se han convertido en un altavoz más de la protesta de la generación a la que siempre se le dijo que viviría mejor que sus padres, a quienes al final achaca la situación actual. Por eso recurre a referentes de una generación que sí supo hacer avanzar a la siguiente, la de sus abuelos (José Luis SampedroStephane Hessel...)
El dramaturgo Harold Pinter escribió que "el pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar". Y así era al menos hasta la llegada de las redes sociales, en las que la memoria se ha convertido en una construcción colaborativa y colectiva, cuyos efectos aún solo estamos empezando a percibir.

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