No, no voy abrir los ojos. Si lo hago, lo primero que me vendrá a la mente es lo que me había comprometido que tenía que hacer hoy. Ir a por mis sueños.
Tengo que conseguirlo, este año, SI o SI. Ya vale de estar preguntándome qué pasaría si diera el primer paso. Veía a los demás conseguir los suyos, ¿Y por qué yo no?. Es el primer paso, me dije, pero hoy no quiero que sea ese día.
Vaya, ya he abierto los ojos. Pero que no, que no voy a ir a por él, quizá mañana. Tengo todo esperándome, todo lo que sabía que necesitaría está a la espera que lo use. No, hoy no.
La cama me llama, hace frio, llueve y corre viento. ¿Quién va a salir a por sus sueños un día como hoy? Al menos yo no. Mal día para empezar. El destino y las circunstancias se han puesto a mi favor.
Venga date la vuelta y sigue durmiendo. Pero no puedo hacerlo, mi conciencia me lo impide. Es uno de los motivos que me habían alentado a dar el paso, me lo merezco, me dice constantemente. Pero hoy no, no tengo ganas.
Me giro y veo en la mesilla, una frase que me había apuntado para estos momentos que querría tirar la toalla. Dice así: “Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo hacen nunca, aunque tengan aptitudes”.
Cada vez que la leía, me venía a la mente, situaciones que me habían dicho los demás que no podría hacerlo y acababa consiguiéndolo, por mi confianza en mí mismo. Situaciones que me habían provocado patadas en el culo y que me habían hecho tirar para adelante, siempre.
Siempre para adelante, era mi lema desde hace años. ¿Pero qué había pasado desde entonces? Ya no confiaba en mí, me había dejado llevar por los demás y no en lo que yo sentía y quería. Pero eso tenía que cambiar. Ya vale de excusas.
Ya vale de escudarme en el miedo, en el esfuerzo, la impaciencia, hay que hacerlo, hacerlo por mi y por mí. Otras veces pude y esta vez también podré, con esto y con otras muchas cosas más.
Sé que el pie que ponga fuera de la cama, será el primero de muchos que me hagan salir de esta cama, de esta madriguera, de esta tristeza que embraga mi vida. Va, adelante, a pesar de las circunstancias y del tiempo, lo voy a conseguir, lo sé, así que hay que ir adelante.
Venga, para arriba, fuera de la cama.
Nada, fuera la pereza. ¿Qué será de mi, de mi palabra, sino hago lo que me había comprometido? Hay que hacerlo.
Fuera de la cama, fuera la tristeza, hola a la nueva vida.
Bajo a la calle, el viento corre, hace frio. Sé que me enfrentare a “monstruos” desconocidos, a dudas, a momentos de querer dejarlo, de rabia por no superar retos que me ponga, o de tirar la toalla. Pero para llegar a la meta, se que el camino estará lleno de espinas y momentos que no me gustará pasar, no será un camino fácil. Pero lo haré.
Salgo del portal.
El camino no es conocido, es inhóspito para mí, pero tengo que disfrutar de todo lo que me depare. Quizá no llegue a mi meta, o quizá sí, es lo de menos. No me pienso comparar con nadie, cada uno tiene el concepto de éxito diferente y yo tengo el mío, que es lo que importa.
Vayamos paso a paso, con constancia, entusiasmo y fe. Disfrutemos del camino, del aprendizaje que lleve el mismo.
Me ato fuerte los zapatos, hay que pisar lo más seguro que podamos, aunque se que el camino estará lleno de trampas. Vayamos poco a poco.
Me siento bien, me pongo música para que me aliente y anime, sentirme acompañado en este nuevo reto. Cada vez un poco más rápido. Llevo mi ritmo.
El tiempo que antes casi me había impedido salir (excusas), está cambiando a lo largo de mi paseo. Parece que se alegra de que lo esté consiguiendo. Veo gente que está como yo, superándose a sí misma, devorando la vida.
Va, empecemos a ir un poco más rápido, que este ritmo lo tengo ya superado. Empieza a asomar el sudor por mi cara. Lo estoy consiguiendo, y yo pensando que no iba a poder.
Siento que vuelve a correr por mis venas, sangre. Sangre que me inyecta vida, que me provoca que este sonriendo desde hace tiempo. Lo estoy consiguiendo.
No te emociones, no todo va a ser tan fácil como ahora. Esto es solo el principio del comienzo. Vamos a trotar. Poco a poco.
¡¡Uff, tengo que parar!!. Esto me pasa por confiarme. Volvamos a andar rápido y ya habrá tiempo de ir subiendo de nivel, no queramos correr antes de saber caminar. Sin prisa pero sin pausa.
Sigo, no hay que mirar atrás, solo para una cosa. Para darte cuenta de todo lo que has avanzado. Claro que querré tirar la toalla en algún momento, lo sé, hasta me preguntaré por qué estoy yendo hacia él, con lo bien que podría estar en casa.
En esos momentos tendré que acordarme, de éxitos que pensaba imposibles, de límites que he superado y pensaba que jamás podría. Instantes en los que me tendré que acordar del por qué lo estoy haciendo. Tras recordarlos, sacaré un 1% de energía extra que me quedaba, que me lanzarán a la meta.
En ese instante, romperé el retrovisor y miraré solamente hacia adelante.
Por hoy ya vale, mi reto me ha llevado hasta límites que jamás pensé que podría superar, a sitios inhóspitos. Ha habido un momento en el que quería dejarlo, pero me he recuperado al instante. He vencido a mis pensamientos, soy dueño de ellos
Llego cansado, pero sonriendo, me he superado a mí mismo.
Sé que el reto será difícil, esto es solamente el comienzo, pero lo voy a conseguir.
Para mí, ya no hay límites ni quiero conocerlos.
Mañana, volveré a acercarme un poco más hacia mi sueño.
¿Qué sueño tiene para este 2014? ¿Por qué te da miedo poner un pie fuera de tu cama? ¿Quién te impide alcanzarlo? ¿Qué harías si no tuvieras miedo en tu vida? Este año ¿a qué le vas a decir SI?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario