Hay futuro. Allí pasarás el resto de tu vida. Te inquieta no saber qué te deparará y sueles abordarlo con ironía o desde una perspectiva sombría. Usas el espejo retrovisor, atraído por un imán que te impide soltar lo que ya fue y proyectar hacia adelante. El futuro te tortura, el pasado te encadena y así se te escapa el presente. Eres el producto de lo que fuiste. Llegaste al hoy gracias al ayer, decide lo qué vas a hacer. Sólo por hoy: Recuerda que, aunque pierdas todo lo que tienes, siempre te quedará el futuro.
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