Sucede que la belleza de lo que Es borra ese supuesto y pequeño yo que todo lo interfiere.
Adoramos a dioses que no vemos y paradójicamente destruimos algo tan real como la tierra que nos da la vida, el agua, el aire.
Si hay algo que merezca el nombre de divino es aquello no contaminado por la mano del hombre necio y ambicioso.
Feliz instante.
Álex
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