viernes, 26 de febrero de 2016

El Hombre Rebelde

Albert Camus sostenía que callarse es dejar creer que no se juzga ni se desea nada. La desesperación juzga y desea todo en general, pero nada en particular, y por ello deviene fácilmente en silencio. Lo furtivo y efímero del último blandir de las cacerolas ha demostrado con claridad esto. 

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