Sentir asombro puede ayudar a crear un vínculo con otras personas y hacer que actuemos con más generosidad, según las conclusiones extraídas de de los estudios de un equipo de investigadores de la Universidad de California (Piff et al., 2015). Los experimentos revelaron que las inducciones al asombro aumentaron la toma de decisiones de tipo ético, la generosidad y las conductas pro-sociales.
En otro estudio realizado en la Universidad de Stanford, los investigadores comprobaron que el sentimiento de asombro cambiaba la percepción subjetiva del tiempo, reduciendo su velocidad. Los participantes en el estudio percibían que tenían más tiempo disponible y se mostraban más pacientes, menos materialistas y más propensos a ayudar a otros (Rudd et al, 2012)
Del mismo modo, parece que sentir emociones positivas como asombro, alegría o placer, puede favorecer el sistema inmunitario. Eso es lo que pone de manifiesto un estudio de la Universidad de Berkeley que postula que el asombro o fascinación sería un potente predictor de niveles bajos de proteínas pro-inflamatorias, las llamadas citoquinas (Stellar et al., 2015).
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