Como dijo Niezche los métodos son la mayor riqueza del hombre. Es el acelerador del aprendizaje.
Las nuevas tecnologías generan resistencias. Sócrates creía que la lengua escrita perjudicaría la memoria y en el siglo XV, la imprenta disparó otra alarma. Fueron los monjes benedictinos, que obtenían ganancias por copiar a mano material de lectura, los que se oponían. Y cuando llegó la radio se la acusó de distraer a los niños de su tarea. No obstante, pocas tecnologías nos invadieron tanto como las tabletas y los smartphones.
Hay mucho para hacer con estos dispositivos: ver videos, jugar, dibujar o charlar con familiares que viven lejos. Sin embargo, las críticas al uso abusivo, son justificadas. Por un lado la exposición pasiva a la pantalla puede resultar entretenida, pero no es útil para el aprendizaje. Es lo mismo que estar frente al televisor. El día tiene 24 horas, y el tiempo ante la pantalla es a costa de no hacer otras actividades importantes.
La alegría que siente un niño al tocar una pantalla es potencialmente adictiva. Es importante que desarrollen mecanismos internos de autocontrol: que puedan aprender sin recibir reiteradas recompensas o que puedan sentarse pacientemente sin un estímulo digital constante.
La sobreestimulación los predispone a ser hiperactivos durante el resto de sus vidas, a asumir riesgos innecesarios y a tener dificultades para aprender y concentrarse. También puede provocar que la vida cotidiana no resulte igual de emocionante y si usan mucho las tabletas para el aprendizaje por medio de recompensas, se acostumbren a dejarse guiar por estímulos externos y no a controlar su propia atención.
Los aparatos son buenos para provocar estimulación pero carecen de los matices de la retroalimentación social que ayudan a desarrollar el lenguaje. Podrían convertir a los niños en hábiles para tocar con la punta de los dedos, pero con menos motivación para levantarse y explorar el mundo. Los pequeños aprenden más de sus experiencias en el mundo real, necesitan interactuar con objetos físicos reales para desarrollar su corteza parietal, la cual controla el procesamiento visual-espacial y ayuda a desarrollar las habilidades matemáticas y científicas. Algunos desarrolladores de aplicaciones digitales están introduciendo juguetes físicos en los juegos.
Si mientras juego con mi hijo consulto el teléfono a cada rato, ¿qué mensaje le doy? El tiempo que pasamos con los hijos es un buen pronosticador de su futuro desarrollo. Los niños nacen programados para observar el rostro de sus padres para comprender el mundo, y si esos rostros no responden, porque están absortos frente al celular, se desconciertan. Los padres pueden hacer otras cosas mientras tanto, pero eso no los educa.
El problema de los hábitos. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Duke, casi la mitad de las decisiones que tomamos no son decisiones. Hacemos cosas sin pensar, como si nuestro cerebro se desconectara activando un piloto automático que toma el control de nuestros actos. Todos tienen una estructura en común: un disparador que los activa, una conducta mecánica y algún tipo de recompensa al final. Identificar con cuidado los disparadores y las recompensas puede ayudarnos a eliminar malas costumbres y a incorporar otras deseables. En algún sentido somos como las mascotas que necesitan recibir un premio cuando hacen algo bien. En el vertiginoso mundo actual, las variaciones del contexto nos enfrentan a la necesidad de modificar nuestras costumbres. Pero no basta con querer cambiar. Es también esencial aprender cómo hacerlo. Entender el cómo.
Resolución creativa de problemas. Sin aprender a pensar el cerebro se paraliza, se debe probar separando las partes del problema al azar para verlo de otra forma. Así emergen nuevos patrones, que hasta entonces eran invisibles. Así como la inteligencia artificial busca con otras herramientas, en lugares no convencionales, las personas pueden acudir a YouTube en lugar de usar Google para buscar información.
El cerebro tiene dos modos de aprender uno lógico, verbal y analítico, propio de su hemisferio izquierdo y otro visual, sintético, creativo en el hemisferio derecho. Al pedir en internet “Imágenes” sobre un determinado tema, aparece la información con otro formato, infografías, mapas mentales y esquemas que pueden llevar a aprender algo 10 veces más rápido que con la metodología de la lectura lineal. De hecho el programa “Sólo por Hoy” de Ilvem, es editado para una red de alumnos de sus cursos de neuroeducación. Contiene una frase motivadora, un título, una breve descripción del tema, una imagen alegórica y una nota optativa de desarrollo. Todos los días la red recibe un desafío cerebral, en relación al tema.
En 2011 Theodore Berger de la Universidad del Sur de California, implantó a una rata un chip de silicio en el hipocampo, zona del cerebro que forma nuevos recuerdos. El chip era una prótesis cerebral, una pequeña red de neuronas. Le enseñó a la rata a discriminar entre dos palancas. Si bajaba la palanca roja, recibía comida. Si bajaba la verde, no. La rata aprendió a bajar la roja. Berger logró guardar ese aprendizaje en el chip de silicio implantado. Después le inyectó a la rata una sustancia que la dejó amnésica, y encendió el chip que tenía guardado ese aprendizaje. Y la rata volvió a recordar. Berger replicó con éxito su experimento con monos y, desde el año pasado, investiga con seres humanos.
Neurocientíficos lograron transmitir patrones neuronales de pilotos a personas sin conocimientos de aviación que luego obtuvieron muchos mejores resultados en los simuladores de vuelo. La memoria humana es una construcción, al nacer es una página en blanco que se escribirá con la experiencia. Se nutre de un pasado, el presente la modifica y el futuro la activa. Se divide en memoria sensorial, de corto y largo plazo –MLP- . Sus paradojas son: 1) el contraste entre la capacidad de 7 dígitos de la memoria de corto plazo con la inagotable capacidad de la memoria de largo plazo. 2) que si nos detenemos para memorizar no podemos recibir nueva información. Para superar las paradojas, la MLP crea una red asociativa, auto-organiza la información para que, igual que al ver una película, se grabe en la mente sin esfuerzo. Lo importante es aprender a asociar lo nuevo con lo viejo de manera tal que se evoquen mutuamente. Para esto hay que crear asociaciones: “Esto me hace acordar que …
Check list o “lista de comprobación”. El cerebro no es una pieza perfecta. Según la ley de Murphy lo que puede salir mal va a salir mal. Para enfrentarla hay que ser previsor. Check list es un método para luchar contra el error, para adecuarse a la situación según los objetivos. Es clave en actividades donde la seguridad peligra por errores humanos o por el estado de elementos en apariencia irrelevantes, como un tornillo mal apretado. Sin embargo es de difícil aceptación para mentalidades reactivas, que no desean anticiparse y prefieren solucionar los problemas cuando aparecen.
Primero en la cabina. Antes del despegue los pilotos usan listas que combaten el olvido. Las lee un piloto y el otro contesta y verifica. Se repiten en cada fase del vuelo: al llegar al avión, antes de rodar, del despegue, ascendiendo, al descender, etc. En el vuelo 3142 de LAPA que se estrelló el 31/8/1999, los pilotos no usaron el check list. Al iniciar el despegue comenzó a sonar una alarma, que los pilotos no atendieron, y que indicaba que los flaps se hallaban retraídos, lo que hizo que el avión se estrellara. El informe de La Junta de Investigaciones dijo que del estudio de la experiencia de los pilotos surgían errores que repetían y que si bien pudieron superar en ambientes rigurosos, reaparecieron en el ambiente sin disciplina de la cabina del vuelo 3142. Uno de los pilotos tenía además su licencia vencida. Los pilotos tuvieron influencia, pero la investigación demostró que se sumó la falta de control de la Fuerza Aérea y de LAPA. El check list debió ser controlado por la empresa y el gobierno.
Check list en el consultorio. En los albores de la gestión del conocimiento se crearon redes, comunidades de práctica y depósitos de conocimientos para fomentar la información comunitaria. Suponía quedarse de noche, para comunicar lo aprendido y llegar antes para aprender de los demás. Adoptar el just in time y el check list resultó más fácil cuando crecieron las demandas por mala praxis. La actualización del conocimiento debió sumar a los mejores. El check list no imparte órdenes sino sugerencias e implica una cultura del trabajo en equipo y de medición de resultados. Transformar las valoraciones de los médicos en acciones requiere un control con los patrones de lógica entre lo que el médico pide y lo que se debería pedir. Un sistema informático revisa el historial clínico del paciente y le exige fundamentar su decisión.
El sistema informa al médico sobre las consecuencias no deseadas del estudio que solicita o de la medicación que recomienda. Hay remedios que matan y decisiones que no pueden demorar. El sistema incluye avisos de anormalidades que permiten monitorear en tiempo real pero sin dejar todo librado a la intuición o a la experiencia. Estas mejoras salvan vidas y disminuyen costos. Los médicos están acostumbrados a decidir por su cuenta, disfrutan de cierta autonomía y los centros hospitalarios para los que trabajan son renuentes a modificar sus métodos de trabajo. Las técnicas de gestión del conocimiento y las que aumentan el rendimiento de la inteligencia han creado “la inteligencia de los métodos” que supera los límites del especialista que sólo tiene el martillo de su saber y que, por lo tanto, todo lo que ve es un clavo.
Qué nos pueden enseñar las computadoras. El lenguaje es una forma parcial de transmitir conocimientos, subir bloques de información al cerebro, como hacen las computadoras, va a permitir llegar al ideal de educación, que es el de un maestro -humano o robot- por alumno, es decir la enseñanza individualizada. Cada persona es distinta, uno puede ser «búho» o «alondra» (si le conviene aprender por la noche o por la mañana), o ser más «visual» que verbal para incorporar conocimientos, ser más lento o más rápido, etc. La principal barrera para el aprendizaje no es tanto la falta de contenidos o de herramientas, sino la ausencia de motivación. La crisis actual viene por ese lado; se sufre una falta de propósito.
Podemos estudiar los rasgos que comparten las personas exitosas: una pasión ineludible, un desafío constante por hacer en cualquier contexto y una contagiosa vocación por emprender pese a los obstáculos. Las ideas originales siempre son cuestionadas.
“Vos estás loco”, le dijeron hace 16 años al creador de Mercado Libre, pero hoy es el sitio más importante de comercio electrónico de América latina. La clave no pasa por reinventar la rueda, sino por hacer que esta gire cada vez más rápido. De ahí que la fórmula para innovar sea justamente escuchar a las fuentes. Prestar atención y darse cuenta qué es lo que pide cada uno de los mercados en los que compite. Es la única manera de crecer. Buscando, creando y errando. La innovación es una cuestión de actitud, de demostrar que el contexto no siempre condiciona y mucho menos al que quiere y también aprende a emprender.
Inteligencias múltiples. Vísteme despacio que estoy apurado, dijo Napoleón. Descubrir al genio interior que nos habita puede llevar tiempo, pero probar sin ton ni son, buscando en el contexto, es más lento que explorar el mundo interior mediante la orientación vocacional. Se trata de hallar la misión personal en la vida y luego consultarla, sin limitarse a la mera interpretación sensorial. Mis pensamientos crean mi mundo, me alejaré de lo que hago sin querer, y sembraré la semilla de lo que quiero ser, confiando en mi capacidad, en mis propósitos y superando mis limitaciones.
El empowerment es el poder interior, una vez descubierta la inteligencia primordial, lograr el poder inteligente es unir el querer con la eficacia. Para eso se requiere mejorar coeficientes de inteligencia que están encadenados. El CI -coeficiente intelectual- mide la capacidad de resolver problemas, el CE, emocional, la de motivarnos y de motivar, el CES (coeficiente de inteligencia espiritual) cómo nos relacionamos con el todo y los principios universales. El CES tiene la fortaleza del porqué, el CI y el CCR (coeficiente de creatividad) sugieren el qué hacer, la visión. El cómo hacer, implica la disciplina del CEJ – coeficiente de ejecución-, el CE es el Quantum de la pasión ¿Cómo convertir espíritu en materia?
Centrada en la misión primordial la inteligencia vocacional es la que orienta a las demás. Nacemos con un potencial: ante cada estímulo, un espacio de libertad precede a la respuesta, la que mejora percibiendo lo que otros no ven. Si los valores controlan la conducta, los principios controlan sus consecuencias. La inteligencia vocacional nos da la integridad de sostener los principios, hacer y cumplir con las promesas, escuchar y seguir la voz de la conciencia.
Para quitar el chaleco de fuerza que traba el potencial humano, hay conductores: Claridad en el querer. Compromiso con el trabajo y no con el dinero que sólo compra la satisfacción. Adaptación de la acción al talento y a los objetivos. Operar con sistemas y recursos aptos para cumplir con la misión. Sinergia: el coro armónico con los demás ¿Debo hacerlo? es la pregunta que pone en marcha a la inteligencia vocacional. Somos libres para elegir nuestras acciones, lo que no podremos nunca es evitar sus consecuencias. El poder inteligente se sustenta en el querer (no se puede ser inteligente sin saber lo que se quiere) y en la eficacia (no se puede convertir el espíritu en materia sin el auxilio de los métodos para conseguirlo). Como dijo Niezche los métodos son la mayor riqueza del hombre. Son los aceleradores del aprendizaje.
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