jueves, 16 de diciembre de 2010

RESILIENCIA y la tolerancia a la frustración




RESILIENCIA y la tolerancia a la frustración
El término “resiliencia” se utiliza en el campo de la física y se relaciona con la capacidad que tienen los materiales de resistir a golpes o choques sin quebrarse, y recobrar su forma original después haber estado sometidos a esa presión.
En el campo de las personas se utiliza el término de individuos resilientes a aquellos que a pesar de enfrentarse a circunstancias negativas o de frustración, siguen avanzando extrayendo una visión positiva y constructiva de una situación que no lo ha sido.
Mientras ante esas situaciones algunas personas se derrumban, otros siguen adelante y se adaptan, se recuperan, se fortalecen interiormente y las superan.

Napoléon Bonaparte dijo: “mi grandeza no reside en no haberme caído nunca, sino en haberme levantado siempre.” “Este es el concepto de una persona resiliente.

Los resilientes muestran:
Una mayor capacidad de resolución de problemas
Una menor tendencia a la evitación de problemas
Una menor tendencia al fatalismo ante situaciones difíciles
Una mayor tendencia al acercamiento de personas y situaciones nuevas
Una mayor motivación al logro
Una mayor tendencia a la autoeficiencia
Poseen una autoestima más alta
Poseen una mayor tendencia al buen humor

Entornos familiares difíciles, disfuncionales, con relaciones poco estimulantes, violentos, conflictivos, estresantes, en el que no existe la validación, sistemas educacionales poco alentadores, afiliaciones religiosas negativas, todos a algunos de ellos afectan el desarrollo positivo de la resiliencia.
Mientras que quienes tuvieron un mayor apoyo emocional y validación, un sostén en términos de valores, padres validantes con relaciones cálidas, generadores de apoyos, seguridad y confianza y relaciones sanas que generaron una autoimagen positiva en su adultez se encuentran en mejores condiciones para enfrentar problemas, obstáculos y conflictos.

Las características que más se asocian tienen que ver con las inteligencias emocionales: Buen carácter, alta autoestima, habilidades para generar relaciones positivas, optimismo valores religiosos, flexibilidad, generosidad, sentido de humor positivo, autonomía, control de si mismos, introspección, creatividad, habilidad para resolver problemas, empatía y metas claras.
Esto no significa que para que unas persona sea resiliente deba tener todas las características que nombradas, lo importante es que las que tenga las necesarias para que le sirvan de recursos con el fin de enfrentarse a los retos en forma positiva y exitosa.

La resiliencia no es innata, se necesita entrenamiento y constancia, trabajar en las las potencialidades personales y en el crecimiento continuo en todas las áreas.

Y siempre tener presente el concepto de que la vida sea alegre o triste no depende de las circunstancias sino de uno mismo.
Publicado por Lic. Alejandro G. Terrazzino

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