En el futuro inmediato que piensa O’Reilly (Irlanda,
1954) no hacen falta los mapas. El coche sabrá dónde vamos, nos llevará,
aparcará solo. Lo describe despacio, como si hubiera masticado muchas
veces sus ideas, ante un auditorio completamente lleno, en el Palacio de
Congresos de Madrid. Es la estrella invitada a la inauguración de la
quinta edición del
Foro Internacional de Contenidos Digitales
(Ficod), una reunión cada vez más multitudinaria en la que
emprendedores, freaksy tribu de Internet intercambian ideas y proyectos.
En
cuanto a las ideas, a O’Reilly nunca le han faltado. Fue uno de los
creadores del concepto «web 2.0», que surgió como el paisaje que
sucedería al pinchazo de la burbuja de las empresas .com: la Red de la
participación, de la «inteligencia colectiva». La pregunta era clara:
¿Cómo será la web 3.0? Este empresario que cree que «hay que tomarse muy
en serio las señales del futuro» aporta algunas: «La web 3.0 es la de
los sensores y los datos, una explosión que volverá a cambiar la
historia de Internet».
O’Reilly se muestra fascinado por el mundo
de los sensores. ¿Qué son? Quizá algunos ejemplos sirvan para dejarlo
claro. En San Francisco se informará a los conductores de cuántas plazas
de aparcamiento están libres, de su precio (cambiará según el tiempo
que lleven desocupadas) y de su situación. Los sensores enviarán los
datos a Internet, y a una aplicación móvil. Otro ejemplo más: una «app»
muy popular, Shazam, capaz de «escuchar» y reconocer cualquier canción. Y
un tercero: aplicaciones que «saben» cuántos pasos damos, nuestra
tensión arterial, o la ruta hecha en bici. Miles de sensores ya
funcionan y recogen datos, y billones más lo harán pronto, en la llamada
Internet de las cosas, que nos permitirá apagar una bombilla concreta
de casa desde una aplicación en el móvil.
RECONOCIMIENTO DE VOZEl
gurú de la vida digital suma 1.513.236 seguidores en Twitter. Cada
pronóstico que formula corre como una culebra de pólvora. Dejó varios.
Los sensores llenarán gigantescos graneros de datos que darán paso a
servicios «increíblemente poderosos». Y otro ejemplo más: Siri, el
«mayordomo» de los nuevos iPhone, un servicio de reconocimiento de voz
que cierra otra vez el círculo. «A Siri le podemos decir dónde queremos
ir; el coche sin conductor nos llevará, y los sensores del aparcamiento
nos dirán dónde hay una plaza libre».
En su ponencia, O’Reilly
repite conceptos como «inteligencia colectiva» (modelo Wikipedia),
«tiempo real», «ciencia de los datos» —«lo más en Silicon Valley»—,
«crear comunidad» («la autopromoción no sirve»), «participación»...
«Estoy en contra de las leyes restrictivas de la Red, impulsadas por
gente que quiere comerse una parte demasiado grande del pastel».
Autor: J. F. Alonso
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