Con el descubrimiento de que los hemisferios derecho e izquierdo operan independientemente, los científicos comprobaron que sólo utilizamos una parte del cerebro, y fluctuando de un hemisferio a otro según la actividad que realicemos. Cada hemisferio recoge la misma información sensorial, pero la maneja de diferente modo. Normalmente, un hemisferio domina sobre el otro y en la mayoría de los casos es el hemisferio izquierdo, el cual se ocupa de las matemáticas, la lógica, las ciencias y el lenguaje entre otras cosas.
Científicos han probado que en ciertos estados mentales extraordinarios tales como meditación profunda o intensa creatividad, ambos hemisferios mudan hacia un ritmo único y coherente, operando al unísono. Los científicos llaman a esta estado "sincronía" y ha quedado claro que ciertos instrumentos que estimulan el cerebro, como los sincronizadores cerebrales, pueden generar ese estado.
Dichos sincronizadores constituyen un avance en mejorar la calidad de vida y en el desarrollo de las posibilidades del ser humano. A través de los estímulos sono-lumínicos, baja la frecuencia del hemisferio izquierdo y activa la del derecho sincronizando así ambos hemisferios. De este modo se logra alcanzar estados de relajación, cuyos efectos, entre otros, se pueden enumerar en:
- Superar el estrés y el insomnio.
- Fortalecer el sistema inmunológico.
- Disminuir la ansiedad.
- Mejorar la memoria.
- Aumentar la creatividad.
- Elevar el coeficiente intelectual.
Biofeedback
Hasta hoy, los científicos han creído que la mayor parte de la operatoria cerebral - tales como su actividad eléctrica, secreción de neurotransmisores - se encontraban "desconectadas" de las actividades del sistema nervioso y fuera del control consciente.Descubrimientos de Biofeedback en estas últimas décadas, probaron que los seres humanos pueden aprender a tomar control consciente de cualquier sistema físico del que puedan tener conocimiento.
Una importante y reciente investigación, ha revelado que la relación entre el cerebro y el organismo es mayor de lo que consideraba anteriormente. Los científicos médicos ya conocían el hecho de que el cerebro es el centro de control de los sistemas del organismo, sin embargo se suponía que el sistema inmune estaba desligado de esta relación.
Un grupo de científicos ha descubierto que el cerebro controla todas las funciones a través de una intrincada conexión de fibras nerviosas, red de comunicación reguladora entre los dos sistemas.
Nuevas evidencias, han demostrado en forma dramática que el efecto de las emociones actúa sobre el sistema inmune. Los neurotransmisores químicos liberados por el cerebro, se pueden adherir a las células del sistema inmune y alterar su habilidad de multiplicarse y defenderse contra enfermedades.
Además, las fibras nerviosas que enervan órganos inmunológicos importantes como el timo, bazo, médula ósea y linfáticos, revelan una unión con los linfocitos, células blancas y pequeñas que intervienen en la defensa del organismo contra infecciones y cáncer.
La Psiconeuroinmunología explica que gran parte de la comunicación entre el cerebro y el sistema inmune concierne a las emociones, los neurotransmisores son liberados en combinaciones específicas por los estados de ánimo y las emociones. Mientras más se estudia este hecho, más se comprueba que las emociones lo controlan casi todo.
Varios científicos han descubierto que los macrófagos, células inmunológicas grandes con forma de ameba, que actúan como la primera línea de defensa del sistema inmunológico responden en forma lenta y menos precisa en aquellos individuos a quienes se les hace sentir desvalidos. Al parecer, este hecho posee una relación directa en la liberación de una combinación de neuroquímicos.
No es posible estudiar el efecto de las emociones sobre el sistema inmune sin considerar los patrones de las ondas cerebrales específicas y su relación con el bienestar del organismo.
Los científicos han revelado algunos hechos indiscutibles acerca de las energías del cerebro humano, las cuales influyen en la prevención de desórdenes físicos y mentales.
Utilizando el Biofeedback podemos modificar la tensión arterial, la frecuencia cardíaca, la secreción hormonal, así como activar nuestro sistema inmunológico.
Esta reciente tecnología ha producido máquinas extraordinariamente sensibles que pueden monitorizar y retroalimentarnos respecto de nuestros estados mentales. Censando la actividad en imágenes fácilmente comprensibles, estas imágenes permiten a los usuarios observar sus estados cerebrales y cambiarlos.
En efecto es posible aprender a controlar y alterar los propios pensamientos, emociones y demás estados mentales a voluntad.
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