Según un artículo de Forbes, el porcentaje de personas que no poseen un título universitario en la lista de las 400 personas más ricas del planeta es casi un 16%, algo que quizás sorprendería a los que valoran a los títulos académicos como determinantes a obtener el éxito.
Esto refleja que para muchos emprendedores, los cursos académicos universitarios son poco atractivos,
prefiriendo evitar toda la teoría, centrándose directamente en la práctica emprendedora. Aunque todos
hayamos oído las historias de Zuckerberg y sus ideas desarrolladas a través de los años universitarios,
esta no es la norma. Muchos emprendedores no acaban sus carreras universitarias y cada vez más de
ellos ni siquiera se inscriben. Quizás el peor aspecto para ellos sea el hecho de que tener una cualificación
no te prepara para llevar a cabo una startup de éxito, es algo que se aprende a medida que se va haciendo.
La persistencia y la tenacidad de algunos de los emprendedores más relevantes de la historia que aparecen
en la lista del 2012: Bill Gates, Richard Branson, Michael Dell y Larry Ellisonse enfrentaron a retos profesionales
sin muchas veces tener el respaldo de diplomas universitarios.
Esto no quiere decir que todos las personas que decidan perseguir sus sueños emprendedores en lugar de
estudiar vayan a tener la vida resuelta, pero sí que tomando una etapa de respiro emprendedor entre los años
académicos puede convertirse en una apuesta multi-millonaria.
Si la meta clara es ser emprendedor, hay enseñanzas útiles que se tienen que aprender para no caer en los
errores frecuentes que podrían poner en juego el futuro del proyecto. Por esta razón, las incubadoras de startups
y los cursos para aprender a constituir empresas propias están en auge, prestando la ayuda experta que
muchos emprendedores tendrían que aprender solos sin su existencia.
Foto cc I LIKE IT SIMPLE
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