En el “Fin y los Medios”, Aldous Huxley decía que los fines no pueden realizarse con medios inadecuados. Los medios que usamos tienen igual importancia o más todavía. Porque los medios determinan los resultados; y por bueno que sea el bien, su bondad no basta para contrarrestar los efectos de los medios perniciosos usados para alcanzarlo. El fin no justifica los medios, porque los medios determinan la naturaleza de los fines obtenidos. Los fines y los medios se relacionan con las reglas y con su aplicación. Si aceptamos que el fin no justifica los medios, las reglas tampoco pueden asegurar su correcta aplicación.
Hasta la ley más inocente debe interpretarse. Si un cartel en un parque dice ” Prohibida la entrada con vehículos”, qué pasa con la bicicleta. Se debe analizar el fin con la norma: si fue preservar la seguridad, cuidar el espacio verde, o asegurar el esparcimiento. Habrá que argumentar según las reglas agregando los fines para los cuales el parque se creó.
Toda regla trae el problema de su aplicación, y entre los fines y los medios el problema de su justificación. Si el que manda es inflexible, no da opciones. Deduce la acción según cómo interpreta la regla o calcula los medios que necesita para lograr sus fines.
La realidad se resiste a las recetas, pero sin división de poderes, un poder absoluto ordena y como decía Lord Acton, un poder absoluto corrompe absolutamente.
En lógica se discute si la excepción hace la regla, o la destruye. Para Popper la ley es sólo una hipótesis hasta que una prueba en contrario la descalifica. Si el fin o la regla son rígidos no hay argumento que valga. Tarde o temprano surgen los desajustes por aplicar estrictamente las normas o por cambios de parecer. Defenderlos a rajatabla, lo que Khun llamó paradigma, lleva a ocultar la evidencia. Se barre la basura debajo de la alfombra.
La coherencia cuestiona la rigidez ya que se pueden mejorar las reglas, los fines y los medios como si fueran textos abiertos o sustituyéndolos por otros mejores.
El uso elemental de reglas y casos o medios y fines debe actuar como guía, someterse a ellos obliga a que si sucede A, B sea obligatorio y esa obediencia suprime toda libertad.
Las reglas señalan acciones que deben aplicarse en ciertas situaciones. Para Von Clausewitz la guerra es el acto de fuerza para obligar al enemigo a acatar la voluntad y la continuación de la política por otros medios. Así ante la destrucción de las torres gemelas, se eligió la guerra sin advertir que si el enemigo es invisible no existe el blanco preciso.
Si bien se aprende de la acción y del error no se deben ignorar las lecciones de la historia. Max Weber afirmó que violencia más violencia engendra mayor astucia y fuerza, algo así como “lo que no te mata te fortalece”, como ocurrió en Irak.
El poder absoluto puede aplicar reglas y fines equivocados como puntos de llegada sin advertir que son puntos de partida para la venganza. Podemos elegir los fines y los medios pero no podemos evitar sus consecuencias. Saber adaptarse al caso es la esencia del líder y del juez; ambos necesitan aprender a crear y argumentar.
La regla o el fin no constituyen un silogismo perfecto entre la norma, la acción y la sentencia porque pueden ser la máscara que justifique racionalizaciones e inventos.
Darle vida al razonamiento requiere sumar a la realidad donde no hay determinismos sino posibilidades y tiempos. Se trata de descubrir la verdad oculta en las apariencias ¡inventándola! El hombre es él y sus circunstancias, decía Ortega y Gassett y si no entendemos sus circunstancias no comprenderemos que vive procesos y no secuencias y que las situaciones interactúan con sus deseos.
Se puede usar la regla como automatismo, interpretando o modificando según el caso o el fracaso. Los fines implican calcular los medios, hacer camino al andar o variar de rumbo.
La PNL –programación neurolingüística- es un medio para alcanzar fines, alinear los medios en esa dirección y tener la flexibilidad para cambiar si no se logran los resultados.
Todos los caminos conducen a la argumentación y por ende a la incertidumbre. No existe el resultado preciso y seguro porque nadie fracasa tanto como el que se cree dueño del éxito. Toda ley tiene su trampa y todo fin la competencia de fines alternativos.
Las fallas se deben a múltiples factores, hay varios mundos posibles. Un aparato legal que legisla reglas o leyes erróneas o un poder ejecutivo que define mal los fines, pueden fallar también en la interpretación del caso o en la elección de los medios que selecciona.
No se puede dejar de decidir, de elegir y controlar, aunque sin brújula el resultado es abierto. El hombre fijó reglas, fines y medios que colocaron al mundo en peligro total.
Ante los desafíos que implica el ejercicio del poder el individuo debe mantener una actitud estratégica y analizar cómo lo afecta. Las preguntas claves a formular son ¿dónde estaba ayer?, ¿dónde estoy hoy?, ¿dónde quiero estar mañana? y ¿cómo haré para conseguirlo?
Fines políticos. Un fin manifiesto, como lograr la soberanía popular, puede concretarse con reglas según las cuales el poder de las mayorías es absoluto. La clásica división de poderes es afectada porque los jueces son elegidos por el voto popular y deben subordinarse al que obtenga más votos. Este sometimiento y el sacrificio de los derechos individuales en favor del Estado se realizan en nombre de la soberanía popular, una fórmula que interpreta la democracia como la dictadura de la mayoría y deduce un programa: “Vamos por todo”.
El filósofo italiano Paolo Flores d’Arcais dijo: “En democracia, el consenso electoral, el principio de la mayoría, es la técnica del funcionamiento de las instituciones, pero su fundamento está en el respeto a los derechos civiles de las minorías. Una mayoría (aun aplastante) que los rechace está fuera de la democracia. Es ilegítima.
Si la justicia no es un poder contra-mayoritario perdería su razón de existir
Por otro lado la ingeniería para acumular poder puede jugar en contra. La reforma propuesta genera fracturas. Mientras cree sofocar la insubordinación, cambiando las reglas que impone su parlamento escribanía, se altera el mercado electoral. Así el fin encubierto de la soberanía popular puede impedir que se cumpla el fin real de acumular poder.
Los fines y los métodos. Es frecuente que una organización tenga fines manifiestos pero que sus métodos no estén alineados con ellos. El problema es hallar uno que permita encontrar el punto justo que le permita alcanzar sus objetivos. Las acciones que se realizan son intensas pero no están alineadas con los resultados que se esperan. Por ejemplo una organización sigue produciendo contenidos para su sitio web pero su estética no es uniforme y no está optimizado para los distintos sistemas operativos ni para los diferentes navegadores. El navegante desconfía de una oferta con tales características.
Fines comerciales. El principal navegador en la web es Google y suele penalizar a las empresas que emplean técnicas desactualizadas. Para que el fin no se divorcie de los métodos, la empresa debe encarar un cambio y adecuar los contenidos a los objetivos para optimizar la marca en el ecosistema digital y en las redes sociales.
No es sólo actualización tecnológica sino crear una estrategia Social Media Marketing que apunte a la definición de la identidad online de la marca bajo la dirección de un Community Manager, lo que implica una adecuación de la logística interna de los procesos.
El plan de trabajo debe ser integral, convertir contenidos, definir el sistema, capacitar a los funcionarios y armar la comunicación con los usuarios para organizar una experiencia amistosa con el sitio, que refuerce el poder de la marca en la mente del consumidor.
También es clave la generación de nuevos leads o contactos una vez definido el segmento del mercado al que apuntará la publicidad online. Los recursos se usarán según la ley 80/20 identificando los mínimos vitales que tienen preponderancia en los resultados.
Es importante generar landing pages en diferentes canales, son páginas de captura para convertir a los visitantes del sitio web en contactos efectivos, desarrollando un pensamientocatch, una técnica que concentra los esfuerzos en tener todos los tipos de productos o servicios, para todo tipo de clientes, bajo el paraguas de la marca. La profundidad del mix de productos es grande, ya que se tiene cada producto o servicio en diferentes versiones, partiendo desde la gama más económica hasta llegar a la gama más lujosa del mercado.
El sitio web debe incorporar CRM, un software que permite llevar una cuenta corriente detallada de todos los contactos y permite optimizar la estructura de newsletters, promociones, publicidad, concursos y campañas específicas, ampliando la información, los intereses del usuario y su interacción con funciones de autorespuesta. También intentará ampliar los usuarios con Emails Marketing dirigidos a bases de datos seleccionadas.
Empowerment. Una empresa debe funcionar desde adentro hacia afuera sin esperar que el mercado resuelva sus problemas. Para eso debe crear una fuerza interior o empowerment que es potenciar o capacitar a sus empleados con acciones de motivación y delegación de poder, con el fin de obtener o mejorar los resultados de la empresa. Lo que no se mide no se puede mejorar, por eso es importante el Benchmarking: recurso de marketing que compara estrategias, productos o resultados con empresas que detentan las mejores prácticas.
En el desarrollo del proyecto hay que identificar las palabras claves principales en los contenidos propios y en los de la industria donde opera la empresa para optimizar la redacción de contenidos, mensajes y desarrollar el diagrama de comunicación en el marco de la estrategia de optimización. Y el Webinar que es un tipo de conferencia o seminario que se transmite por Web. El conferencista se dirige hacia los participantes y hay interactividad con el conferencista. Los Webinar se dan en tiempo real o en diferido. Se puede participar desde cualquier computadora conectada a Internet. Lo importante es generar contenido de valor que se publica y distribuye por canales sociales y en blogs asociados a la temática de la empresa, generando conversaciones con los usuarios.
Los fines de la sociedad. Una sociedad decide en forma distinta a la que hubiese tomado un individuo aislado. La vida social brindó ventajas evolutivas para el desarrollo de las áreas dedicadas a las relaciones. Así decisiones en apariencia subjetivas son colectivas.
Algunas especies de abejas alcanzan consenso pegándoles cabezazos a miembros de la colmena con opiniones opuestas a la mayoría. En otras especies, decisiones como la dirección hacia la cual han de migrar o distribuir sus recursos, son el resultado de procesos complejos. Animales que suelen vivir en grupo frecuentemente exhiben conductas arduas y coordinadas. Debido a que pueden ser fácilmente manipulados, ofrecen oportunidades para vincular el comportamiento individual con el nivel grupal.
Investigadores de la Universidad de Princeton demostraron que, cuando la mayoría de los animales tenían una fuerte preferencia por mudarse a una locación, el grupo se relocalizaba. Pero también encontraron que, cuando la fuerza de la minoría superaba cierto umbral, podía determinar el comportamiento grupal. Una minoría con opiniones fuertes puede prevalecer sobre una mayoría con convicciones débiles. Descubrieron que, a mayor cantidad de individuos “desinformados” en la comunidad, más tendencia había a aceptar la opinión de la mayoría. Las propiedades colectivas podrían surgir de la estructura y dinámica de las interacciones sociales entre los individuos. Tomar una decisión colectiva haría que emergieran fenómenos propios de la interacción, influida por variables como la información o la preferencia de un individuo por otro. De esta manera podemos comprender el trágico final del cuento sobre el flautista de Hamelin:
Una mañana, sus gordos y satisfechos habitantes encontraron las calles invadidas por ratones que merodeaban devorando el grano de sus graneros y la comida de sus despensas. Ante la gravedad de la situación el Consejo dictaminó: “Daremos cien monedas de oro a quien nos libre de los ratones”. El flautista comenzó a pasear por las calles y tocaba con su flauta una maravillosa melodía que encantaba a los ratones que seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba incansable su flauta. Los llevó a un lugar muy lejano por donde pasaba un caudaloso río donde, al intentar cruzarlo para seguir al flautista, todos los ratones perecieron ahogados. Los hamelineses volvieron a sus prósperos negocios y organizaron una gran fiesta para celebrar. El flautista reclamó las cien monedas de oro prometidas. Pero cegados por su avaricia, le contestaron: “¡Vete de nuestra ciudad!, ¿o acaso crees que te pagaremos por tan poca cosa como tocar la flauta?”. Furioso el flautista, tocó una dulcísima melodía una y otra vez. Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños que iban tras los pasos del músico, de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus padres que en vano, intentaban impedir que siguieran al flautista que se los llevó tan lejos que nadie supo adónde, y los niños, como los ratones, nunca jamás volvieron. En la ciudad sólo quedaron sus opulentos habitantes y un inmenso manto de silencio y tristeza, donde, por más que busquéis, nunca encontraréis ni un ratón ni un niño.
Los fines individuales. Lo que traemos con nosotros al nacer es cierta libertad de elegir, la posibilidad de pensar, de separar lo bueno de lo malo y la conciencia. Con esos atributos cada uno es responsable de la elección de sus fines, de sus consecuencias y de los medios que usa para crear la vida que teje. Muchos rehúyen a esta responsabilidad. Viktor Frankl (1905-1997), médico, psiquiatra y filósofo creó la logoterapia, que se basa en la búsqueda del sentido existencial. Dijo que algunos prefieren seguir la corriente, hacer lo que todos hacen, no desentonar con la moda, la tendencia, las mayorías. Otros prefieren entregarse a un líder, identificarse con un ídolo, hacerse fanático de una idea, de un dogma, de los dogmas de una organización, un partido, una secta. Los atajos coinciden en su fin: el deseo de ser incluido, anular el pensamiento crítico y creerse a salvo de los riesgos de la vida.
Mimetizándose esas personas buscan diluir su responsabilidad que es siempre individual e intransferible. El ser humano se halla sometido a ciertas condiciones biológicas, psicológicas y sociales, pero dependerá de cada uno dejarse determinar por las circunstancias o enfrentarlas. Resignar el pensamiento propio y dejar la gestión de la vida en manos ajenas, es un analgésico para la angustia existencial pero no elimina su causa.
Los fines de la educación. Es grande la cantidad de niños y jóvenes que requieren atención especializada para reestablecer un desarrollo saludable que supone amparo, guía, escucha, dedicación, replanteo, argumentación y ejercicio saludable de la autoridad. A la autoridad bien entendida se le delega garantizar que todo funcione y es la que crea las condiciones de un proceso de enseñanza que regule o disuelva los conflictos sin perder el rumbo.
Esa autoridad es ejercida por profesionales formados y avalados por el Estado. Pero en la práctica vemos que todo se negocia, todo se acuerda, olvidando que los mayores son los responsables de conseguir la formación del estudiante y de tomar las decisiones finales. Cuando no llegan a un acuerdo suelen imponer la autoridad, sin considerar que por sí sola no resuelve el conflicto ni ayuda a reflexionar, afectados por características propias de la edad. Para Hannah Arendt no se puede renunciar a la autoridad ni a la tradición aunque hoy se desarrolla en un ámbito no estructurado por la autoridad ni unido por la tradición.
Hoy se promueve el individualismo. No se acepta un punto de vista único y se afirma que las cuestiones educativas son subjetivas, sin una visión unificadora. A partir de allí los estudiantes se ven envueltos en problemas que no pueden ni deben resolver. Algunas teorías psicológicas o su errónea comprensión, banalizan la ciencia de educar.
Dijo el doctor Francisco Abbate: muchas soluciones son incoherentes o incompatibles, desorganizan el medio en el que se desarrollan y la estabilidad necesaria para crecer, y crecer en comunidad con relaciones constructivas con adultos y compañeros.
La autoridad bien ejercida debe enseñar a aprender a hacer las tareas y conocer las atribuciones que se dan en el entorno escolar. Que aprender es una oportunidad más que de crecimiento, de desarrollo. Par eso debe escuchar, preguntar, dialogar, explicar con argumentos, contraponer, y evitar acciones impulsivas, protegiendo la educación.
Reinventar los fines futuros. La educación es la industria pesada de un país porque fabrica ciudadanos. La industria actual no produce el tipo de egresado que demandan las empresas, porque no les enseña las habilidades que más importan en el mercado laboral. Por otro lado desaparece el empleo de sueldo alto y calificación mediana que sostuvo a la clase media. Ahora hay sólo empleos de sueldo alto y elevada calificación y la competencia crece. Hay más estudiantes que nunca y cada vez menos empleos. Aunque la educación se adapte la única forma de progresar será innovar, agregar valor al trabajo. El conocimiento está disponible por Internet, lo que se sabe importa menos que saber hacer. Es un proceso de observar creativamente, generar ideas y llevarlas a la práctica. La capacidad de innovar es más importante que el conocimiento. Casi podemos escuchar a Einstein cuando dijo que en las crisis la imaginación es más importante que el conocimiento. Que es una locura querer progresar y seguir haciendo lo mismo. Deben aprender nuevos contenidos porque el saber cambia, también aprender a pensar, a hacer preguntas pertinentes, a tomar la iniciativa.
El fin del empleo. Antes sólo había que encontrar un trabajo. Ahora los chicos tendrán que inventarlo y reinventarlo cada tanto. Deberá contar con habilidades y motivación. La motivación es la clave. El que se motiva desde adentro es curioso, persistente, dispuesto a correr riesgos e incorporar nuevos conocimientos y conductas. Es capaz de encontrar oportunidades o de crearlas, ante el huracán que hace desaparecer las carreras tradicionales. Para que eso ocurra la escuela deberá ser capaz de descubrir al genio interior que habita en cada joven, para lograr así la motivación intrínseca: que es un coctel de juego, pasión y determinación. Los maestros deben preparar a los alumnos para la excelencia, y los directores de empresas ser líderes educativos que creen la cultura del trabajo en equipo que se necesita para innovar. Finlandia es de las economías mejores del mundo y el único país donde los estudiantes dejan la escuela preparados para innovar. Aprenden conceptos y creatividad más que datos y pueden elegir materias optativas, con menos horas de clase.
La materia prima más importante es la materia gris pero no crece como la lechuga. Se puede crecer en años o tamaño pero que el cerebro atrase. El desarrollo depende del poder inteligente que es un querer con eficacia. Descubrir el querer genera la pasión pero sin métodos genera frustración. Hablamos de programación, y de lo que se trata es planificar cómo alcanzar el futuro anhelado. Esto requiere la alianza estratégica de los hemisferios cerebrales. Como dijo Einstein la lógica te lleva de A hasta B, pero la imaginación te lleva a cualquier parte. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y le transfirió su poder creador y planificador, el mismo que le permitió crear el mundo en siete días. El creador cuando es innovador es el mejor imitador de Dios en la tierra. El que falla al programar programa fracasar. La ignorancia es la noche de la mente, una noche triste y sin estrellas. Platón dijo que el comienzo es la parte más importante de cualquier trabajo. En la edad de los principios enseñemos al niño los PRINCIPIOS. Porque el niño es e l padre del hombre.
Fines monetarios. Singapur es el país menos emocional del mundo; Filipinas, el más emotivo; los de la ex unión soviética, los más estoicos; y los americanos los más exuberantes, según el mapamundi de las emociones que realizó Gallup con encuestas en 150 países. Estos indicadores son mediciones sobre la condición de los países que ya no pueden ser medidas sólo por el PBI o el nivel salarial. ¿Sonrió mucho ayer? ¿Aprendió algo nuevo e interesante? Son preguntas enlazadas con un concepto de emoción como respuesta inmediata del organismo que le informa sobre el grado de favorabilidad de un estímulo o situación. Si le parece que favorece su supervivencia, experimenta una emoción positiva y si es traumática siente una emoción negativa. Las emociones negativas más altas se registran en Medio Oriente y las positivas en América Latina. El Nobel de Economía Daniel Kahneman comprobó que en EE.UU., cuando un individuo accede a un salario mayor a U$S75.000 al año, cualquier ingreso adicional tiene poco efecto en su vida. Singapur, el menos emocional, tiene un desempleo bajísimo y un PBI de muy alto. Está claro que el hombre precisa mucho más que un buen salario.
Fines políticos. Politizar es una concentración excesiva en la política a expensas de la realidad, en sus aspectos más superficiales y dar contenido político a todo lo que pasa. Frente a la política, se desvanecen las otras esferas de la vida. El fenómeno empobrece a quienes lo ejercen y lo consumen. Es un deporte en el que se pierde el contexto social, la perspectiva histórica, la discusión de ideas, la valoración ética, el análisis lógico. En una palabra, el estudio de fondo de la política. La opinión desplaza al hecho, la ocurrencia al análisis. El significado más interesante y complejo es inculcar una formación o conciencia política. Se trata de un uso positivo en el caso de una sociedad inconsciente de sus derechos. Politizarla es contribuir a su autonomía y madurez. Su cara negativa es dar orientación política a acciones, pensamientos o personas ajenas a la política.
En la esfera de la cultura, la politización puede desembocar en lo que Sartre llamó “la militarización de la cultura”. No se le juzga la calidad o el valor intrínseco, sino por la real o supuesta filiación política de sus creadores. Si es “amigo”, la obra es “buena”; si es “enemigo”, la obra es “mala” o no existe. Con la “politización de todas las cosas” se pierde el sentido mismo de la creación y el saber. Una forma insidiosa y obsesiva es la teoría conspiratoria que no busca la verdad objetiva sino el poder que adivina o imagina que está detrás de ellos. El poder elevado a categoría explicativa absoluta.
La politización de todas las cosas ha tenido efectos devastadores sobre las relaciones personales. En su tratado de la amistad, Cicerón apunta que la política es causa de la discordia entre amigos. No sólo ha sembrado división entre amigos sino también entre hermanos. Criticar la politización de todas las cosas no significa llamar a la despolitización. Se trata de alentar la politización ciudadana (participativa, matizada, informada, inteligente, alerta) y desalentar la mala politización (ideologizada, fanática, trivial). Se trata de enriquecer el análisis, el debate y la crítica para vivir en una sociedad mejor.
Los fines de la humanidad. En 1996 el equipo de Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma, estudiando el cerebro de monos descubrió un curioso grupo de neuronas que no sólo se encendían cuando el animal ejecutaba ciertos movimientos sino también al contemplar a otros hacerlo. El sistema de espejo permite hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás. La base del comportamiento social es la capacidad de imaginar lo que el otro está pensando. La familia y la comunidad son valores innatos. Nuestra sociedad intenta negarlo y por eso los jóvenes están tan descontentos, porque no crean lazos. La parte importante de las neuronas espejo es que es un sistema que resuena. El ser humano está concebido para estar en contacto, para reaccionar ante los otros. Cuando la gente dice que no es feliz y que no sabe la razón es porque carece de buenas relaciones.
Los fines nacionales. El historiador Tony Judt recuerda que los nazis necesitaron apenas 1.500 administrativos y 6 mil soldados para controlar Francia, por ese entonces una nación de 35 millones de habitantes. Y manejaron Noruega con 806 alemanes. Si se enfrentan con la pasividad o la complicidad, los “ejércitos de ocupación” son relativamente pequeños. Si los demás no actúan, porque temen, las cosas no cambian, en todo caso empeoran.
Suazilandia es no los países africanos más pobres. Casi el 70% vive con menos de un dólar por día. Es la nación con mayor número de infectados de sida y padece la última monarquía absoluta. Mswati II cumplió 45 años y recibió 32 BMW de regalo. El monarca está acostumbrado: al cumplir 44, un amigo le regaló un jet DC-9 de U$S50 millones.
El monarca nombra a los parlamentarios - cuya función no es la de legislar-, lo mismo que a los jueces. Las agrupaciones políticas han sido legalizadas pero ninguna pudo participar en las elecciones. Suazilandia puede producir a un mismo tiempo horror y risa.
Es muy difícil llegar a ser una nación como Alemania, Noruega, Dinamarca, Nueva Zelanda o Suiza, entre otras, en que las instituciones funcionan como relojes. Es más fácil, parecerse a la Rusia de Putin, a la Cuba de la dinastía Castro, a la Siria de la familia Al Asad o la Corea del Norte de los Kim, donde todo lo decide una voluntad única.
Para integrar el primer grupo se requiere un arduo, insistente y delicado trabajo republicano, buscar equilibrios que terminen con las formas del atropello, venerar la ley con religiosidad, frenar arbitrariedades y personalismos, proteger a las minorías, contra la tentación a la prepotencia que tienden a ejercer los Estados.
Para entrar en el segundo grupo, el camino, como todos los que descienden, es fácil y rápido: eliminar los organismos de autorregulación y autocontrol del Estado, haciendo que todas sus dependencias cumplan escrupulosamente las órdenes del poder central. Luego, perseguir y acorralar a la prensa indócil. Utilizar los medios de supervisión del Estado sobre las empresas y sindicatos autónomos para presionarlos y así someterlos a los deseos gubernamentales. Reformar el Poder Judicial para que aprenda a obedecer los anhelos de ese poder. Reformar la Constitución y diseñarla al propio gusto para lograr que el hábito del poder devenga en caprichosa costumbre hereditaria. Los medios económicos para lograr los fines no constituyen un secreto: se trata de saquear, sin falsos pudores, las arcas del país.
En resumidas cuentas, en esos países, los habitantes carecen de derechos y quedan inermes frente al poder. El problema es que Suazilandia no queda tan lejos.
En Las manos sucias, Jean-Paul Sartre imaginó un debate entre un purista y un pragmático que perseguían, empero, el mismo fin: el triunfo de sus ideales, en el fondo convergentes. El purista no hacía concesiones. El pragmático las consideraba necesarias para alcanzar el objetivo que ambos buscaban. ¿Qué interés sectorial o personal podría imponerse a la salvación de la República en esta hora suprema? Lo dijo Cicerón en un momento igualmente dramático: “La salud de la República es la ley suprema“.
Maquiavelo el político italiano del Renacimiento no escribió la frase que se le atribuye: “El fin justifica los medios”. Lo más parecido está en El príncipe: “Y en las acciones de los hombres y de los príncipes, donde no hay apelación posible, se atiende a los resultados”.
El resultadista prefiere ganar (los fines) al estilista jugar bien (los medios). El hombre de acción trabaja con personas y cosas, el intelectual con conceptos y palabras. Entre ellos se levanta la figura del creactor, el emprendedor que sabe darle forma a las ideas.
Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre métodos para optimizar la inteligencia. Mail de contacto horaciokrell@ilvem.com
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