Más de una vez, algunos lectores me escribieron preguntándome si de verdad creo que cualquiera puede verdaderamente alcanzar el éxito y ser libre financieramente, sin importar sus circunstancias de partida. Es una buena pregunta, que es muy frecuentemente respondida con mucha hipocresía.
Quién puede negar que el hecho de que Bill Gates proviniera de una familia rica ayudó a que se convirtiera en uno de los hombres más ricos del mundo. Quién va a discutir que quienes nacieron en Nueva York tienen más oportunidades que quienes nacieron en el medio del desierto en Sudan. Quién se va a oponer a la idea de que mejores oportunidades de educación (formal o informal) llevan a mejores oportunidades de progreso personal.
SIN EMBARGO y a pesar de que estas son verdades innegables, son excusas utilizadas por la mayoría de las personas para no intentar mejorar su situación presente. “En este país las cosas son muy difíciles”, “El gobierno no ayuda a los emprendedores”, “Tengo una familia que alimentar”. Y mientras abrazan estos argumentos, que son verdades, se hunden en la queja continua y enriquecen su sensación de víctimas. Hey, no lo digo en tono superado; yo también lo he hecho. Yo no nací en Nueva York. Mis padres eran separados. Tuve problemas en la escuela (sobre todo de conducta, me aburrí como una ostra los primeros 3 años), en mi país la corrupción es galopante, a los jóvenes nos faltaban oportunidades… etc, etc, etc. Decir que estas circunstancias no son un obstáculo al éxito es hipócrita. Y SIN EMBARGO…
Quienes tuvieron éxito enfrentaron grandes obstáculos: Puede que Bill Gates haya tenido un puntapié inicial que le haya ayudado, pero sin duda no es por ello que llegó a ser quién es sino por superar los obstáculos que se le presentaron en el camino. Personas muy humildes como Amancio Ortega (dueño de Zara-Inditex y de una de mas 10 mayores fortunas del mundo) junto con su exmujer recientemente fallecida, Rosalía Mera, han salido de orígenes muy humildes y ni siquiera pudieron procurarse una educación formal. Sin embargo no sólo se hicieron ricos sino que aportaron muchísimo a la sociedad. No importa de dónde partas; avanzar hacia una vida mejor tendrá obstáculos. Si aspiras a ser dueño de tu tiempo, quizás te motive más ser rico en una forma más equilibrada con tu vida personal que aparecer en la lista de Forbes, pero sin duda, la regla también se cumplirá si tienes este objetivo: Te encontrarás con obstáculos. Y muchos. Algunos parecerán imposibles de superar. ¿Pero sabes qué? Eso no importa, porque…
Las personas que logran lo que se proponen se focalizan en lo que SI pueden hacer: Sin duda no hay otra receta para mejorar tu vida que la de hacer poquito a poco aquello que sí puedes hacer y olvidar aquello sobre lo que no puedes influir. Puede que ahora te parezca lejano, imposible, irrealizable. Olvida esos pensamientos y pregúntate: ¿Qué pequeña acción podría hacer hoy que me acercara aunque sea ínfimamente a la vida que sueño? Hazla. Olvida el resto. Si te falta inspiración, te invito a que veas este extraordinario video de 5 minutos de un chico africano de 14 años. Quizás te parezca imposible que alguien sin educación, que no habla inglés, que no tiene Internet ni sabe lo que es, pueda llevar al mundo su mensaje inspirador. Pero él lo hizo. Se trata de la historia de cómo sacó a su familia de la hambruna que sufrió su país, Malawi, en 2001 mientras miles y miles de personas morían de hambre (y si estás leyendo estas líneas, estás en infinitas mejores condiciones que él).
Fíjate que el chico no es un héroe. No hizo nada que cualquiera de su entorno no haya podido hacer: simplemente fue a una biblioteca pública. ¿La diferencia? Que él sí lo hizo. Esa simple acción cambió su vida y la de su familia ¿De verdad te sigue pareciendo que no hay nada que puedas hacer para mejorar tu vida?
Todo éxito comenzó con un solo paso. Muchas personas usan la excusa de sus dificultades y sus limitaciones para no dar ningún paso hacia sus sueños. ¿Por qué leer ese libro que me dará herramientas para crear mi destino si no cambiará nada? Cuando termine de leerlo estaré en el mismo lugar. ¿Por qué estudiar ventas y marketing si soy pobre/tengo una familia que mantener/no tengo suerte/nunca llego a nada/en este país no hay oportunidades? Nada va a cambiar. ¿Te suena? Lo peor es que es cierto. Una sola acción no va a cambiar nada. Pero la suma de pequeñas acciones simples una atrás de la otra mueve montañas. Así que da ese paso. Te parecerá que no has cambiado nada, pero lo has cambiado todo: Te has puesto a caminar hacia la vida que quieres. Quizás llegues en 2 años, en 5 o en 10, no importa. Lo importante es que para llegar, hay que moverse. En un post de su blog “Hábitos Zen”, el genial Leo Barbuta dice que hubo un pequeño “medio paso” que le cambió la vida. Gracias a ese paso, se libró de las deudas, se dedicó a algo que ama, perdió peso y vivió una vida más saludable. Ese primer paso fue una acción simple: fue el primer paso. Leer la primera página de un libro, caminar 10 minutos, comer más verduras en la próxima comida, tomarse 1 minuto para reflexionar antes de comprar algo… No cambia nada, pero lo cambia todo.
El éxito es lograr lo que te propones, y la felicidad es estar satisfecho de lo que has logrado. Yo he tenido éxitos antes, pero algunos de esos éxitos no me satisfacían. Por eso cambié de camino. Todavía no lo he logrado, pero te aseguro que estoy dando muchos pasos, uno detrás del otro, y estoy orgullosa de ello. No sé si llegaré en 1, 2 o5 años. No tengo capital, no tengo conocimientos técnicos, no tengo mentores formales, en este país me matan con los impuestos… pero eso es irrelevante. Puedo estudiar, puedo ofrecer valor a otros, puedo crear, puedo aprender, puedo probar y puedo equivocarme, puedo volver a probar. Eso es lo que sí puedo hacer. Y cuando llegue, sabrás que lo he hecho porque un día me he puesto a caminar.
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