Lo fundamental es sacarse las ideas de la cabeza, poder visualizarlas, trasladarlas a historias y así poder discutirlas con otras personas.
CONTAR Y CREERSE EL CUENTO
Por Ricardo San Martín.Fernando Herrera es un destacado arquitecto chileno que trabaja en Skidmore, Owings & Merrill, una de las oficinas de arquitectura e ingeniería más grandes del mundo. Joven, vivaz, con ojos inquietos y dueño de una gran amabilidad y sencillez, hace poco nos recibió en su oficina en San Francisco, Estados Unidos.
“SOM diseñó el edificio Burj Khalifa, la torre más alta del mundo en Dubai. Para diseñar proyectos tan innovadores como este y otros, nuestra estrategia consiste en primero explorar ideas multidisciplinariamente sin imponerles restricciones. Una vez que tenemos un concepto definido empezamos a resolver los problemas. Si uno parte con los problemas, las ideas se restringen y las soluciones se reducen”, nos dice.
Luego, con gran entusiasmo nos mostró un simple muro blanco de corcho donde cuelgan las soluciones preliminares de un proyecto. “Este es uno de los lugares más importantes de nuestra oficina. El objetivo es poder visualizar las ideas que uno está imaginando y compartirlas tanto con el equipo como también con el resto de la oficina. Así, otros profesionales de SOM pueden contribuir con sus comentarios e ideas”.
Esto me recordó un excelente video del creador de Twitter y Square, quien insiste en lo fundamental que es sacarse las ideas de la cabeza, poder visualizarlas, trasladarlas a historias y así poder discutirlas con otras personas (http://goo.gl/7qaJqM).
Reflexión: En uno a dos párrafos, pon tu idea en un formato de historia, lo más atractiva posible y nárrasela a por lo menos cinco personas que no sepan nada al respecto. Registra sus comentarios para mejorarla.
¿Qué nos enseña esto y cómo lo trasladamos a Chile? Retomemos la clase anterior en que un grupo de alumnos me pedía mi opinión sobre su idea.
Lo primero que siempre me gusta entender es de dónde proviene la idea. Les pido que me cuenten su idea como una historia. Primero deben narrar lo que ocurre hoy (lo normal), luego el conflicto o problema que queremos resolver, y, por último, el final feliz con la solución propuesta.
¿Se trata de resolver un problema relevante, o simplemente es algo que podría no importarle a mucha gente? Si el problema que están resolviendo no es algo que afecte la vida de muchas personas (ojalá en todo el mundo), probablemente no justifique el gran esfuerzo de comenzar algo nuevo. Problemas pequeños dan origen a oportunidades pequeñas.
Luego es clave examinar qué tan dispuestos están a mostrar su idea para que más personas opinen, como en el caso de SOM. (El profesor Leatherbee hablará acerca de cómo este comportamiento influye en el descubrimiento de oportunidades innovadoras en la clase 4.)
Mostrar la idea significa mostrarla en persona a potenciales usuarios. No a los amigos o a la familia, sino a desconocidos que pagarían por nuestro producto o servicio. Esto parece obvio, pero a los innovadores nacionales les cuesta mucho. Cuando uno les pide que cuenten su idea de forma de recibir comentarios y mejorarla, sienten que mucha gente se las podría “robar”.
Esta actitud se basa en exagerar el valor de una idea, sin darse cuenta de que una idea no vale nada sin un equipo de personas y recursos para llevarla al mercado. Eso es lo que realmente tiene valor.
Con el ánimo de evitar encuentros directos con personas muchos recurren a frases como “Profesor, no sabe la cantidad de gente que nos dice que nuestra idea es súper buena….”. Sin embargo, cuando insisto y les pido que me digan el número exacto de personas que han entrevistado y qué tan desconocidas son para ellos, muchos se dan cuenta de lo limitado de sus supuestos. Otros simplemente se molestan y no me vienen a ver más.
Hay otros grupos que piensan que solo buscando información en internet pueden armar un buen proyecto. Sin duda que la información en internet, si es debidamente interpretada, puede dar órdenes de magnitud del mercado al que quieren acceder. Sin embargo, es solo eso. Un orden de magnitud que no garantiza nada.
UN ERROR CLÁSICO
El clásico error es mostrar un Excel con un mercado inmenso (mundial en muchos casos), y luego asumir que si el nuevo emprendimiento desde Chile capta solo el 5% de ese valor, las ganancias serían altísimas. Si esto no viene acompañado de encuentros directos con potenciales compradores, que demuestren que existen personas dispuestas a pagar por la solución, esta no tiene mucha validez.En resumen, debemos atacar problemas cuya solución sea atractiva para un alto número de personas, visualizar nuestras ideas en dibujos, historias o prototipos y mostrarlas al mundo para recibir opiniones, críticas y más ideas. Esto implica mostrarlas a personas fuera de nuestra zona de confort.
A los innovadores chilenos les cuesta mucho mostrar una idea a sus potenciales compradores, porque creen que se la van a robar. Eso es confiar demasiado en algo que aún no es una innovación.
LA EXPERIENCIA ES FUENTE DE INNOVACIÓN
Por Michael Leatherbee.La mayoría de las ideas innovadoras tienden a nacer en las empresas establecidas. Irónicamente, la mayor tasa de mortalidad de ideas innovadoras también se encuentra en estas mismas empresas.
¿Por qué un lugar tan fecundo para el nacimiento de potenciales innovaciones es, a su vez, un lugar tan hostil para la implementación de dichas oportunidades de innovación?
Esta tensión se explica en la coexistencia de individuos con alto potencial innovador y organizaciones que sofocan el potencial de dichos individuos. Mientras los primeros son una fuente de ideas creativas, las últimas contienen anticuerpos que atentan contra el desarrollo de esas ideas.
Para el individuo innovador, el desafío es sortear el campo minado de la organización para desarrollar sus potenciales innovaciones. Para el gerente (orquestador de la organización), el desafío es desminar la organización para que sobrevivan los innovadores. En esta clase veremos la perspectiva del individuo innovador. La próxima clase veremos la de la organización.
EL QUE SABE, SABE
Hace poco conocí la historia de un joven emprendedor chileno que tenía una excelente solución para la industria de los medios publicitarios. Al menos eso creía él. Comenzó a desarrollar una solución para ese “problema”, solo para descubrir —luego de considerable tiempo, esfuerzo y recursos— que el “problema” que había detectado, en realidad no era un gran problema para la industria de medios publicitarios. En otras palabras, como vimos en la clase pasada, el “valor del problema” no era considerablemente superior al “costo de la solución”. En la práctica, no existía una oportunidad de emprendimiento que valiese la pena perseguir.Este tipo de situaciones les ocurre frecuentemente a personas que tienen poca experiencia en una determinada área. Teresa Amabile sugiere que la creatividad es producto de tres elementos: técnicas para fomentar el pensamiento creativo, la motivación y la experticia. Este último elemento se adquiere a través de años de trabajo en un ámbito.
En otras palabras, las personas que tienen vasta experiencia en una industria específica conocen mejor que nadie dónde están los problemas más importantes que aquejan a dicha industria. Al tener tan desarrollado uno de los tres ingredientes de la creatividad (la experticia), tienen una ventaja competitiva inimitable por otras personas sin dicha experiencia. El desafío, tal como lo planteó el profesor San Martín en la clase pasada, es pensar en grande, creerse el cuento, y tener la convicción de que uno tiene lo que se necesita para concebir una idea que tenga un alto potencial innovador.
Las personas con mucha experiencia, frecuentemente trabajan en empresas establecidas. Esa experiencia es un activo importante que facilita la detección de oportunidades para innovar. Si eres una de estas personas (y muy probablemente lo seas), debes permitirte confiar en este potencial que tienes de descubrir oportunidades que solo pueden ser detectadas por personas que tienen tu experiencia única. Tómate unos minutos para pensar en los grandes problemas que ves a tu alrededor.
Puedes aumentar las probabilidades de descubrir esos problemas cuando estás más alerta a tu entorno. Como diría Tom Kelley, de IDEO, debes caminar por tu vida diaria como si fueras un turista:http://goo.gl/6wi7er.
Una vez descubierto el problema, piensa en distintas maneras de solucionarlo.
Finalmente, imagina qué tendrías que hacer para liderar una iniciativa para resolver dicho problema.
Terminando este simple ejercicio, habrás dado el primer paso importante para ser un innovador. El paso siguiente es buscar la forma de defender tu innovación de los anticuerpos organizacionales. De esto hablaremos la próxima clase.
Reflexión: ¿Has pensado alguna vez que no eres capaz de llevar a cabo una idea audaz? ¿Por qué crees que te autorrestringiste? ¿Qué harías diferente en el futuro?
Hasta el próximo miércoles.
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