Escribo estas líneas sentado en el Ave. Voy camino de Madrid. A un reunión que siento que puede cambiar mi vida para siempre. ¿Cómo me relajo ante esta situación? Escribiendo.
Veo el paisaje pasar a una velocidad de vértigo, pero yo solo pienso en una cosa. Me dirijo directamente hacia la incertidumbre. Y eso le produce a todo ser humano, ansiedad.
Cuando nos encontramos así , nos inventamos y focalizamos en lo negativo de la situación. Nuestro cerebro nos proporciona historias de lo más inverosímiles y siempre con el peor resultado. Pero preocuparse no es lo mismo que prepararse para la situación. Tenemos que ocuparnos de lo que nos podemos encontrar, no “pre-ocuparnos” antes de tiempo.
El tren se balancea, y así estoy yo. Como en un balancín. El tronco que tengo debajo de mis pies gira y gira; y si no quiero perder la estabilidad, tengo que seguir moviéndolo , girándolo más y más. Hacia adelante. Y eso es lo que voy a hacer.
Esta reunión es gracias a un compromiso que tengo conmigo mismo desde hace 2 años. Sé que si fracaso, la responsabilidad será solo mía, pero es mi sueño y voy a por él. Tengo a mi lado el asiento vacío, pero sé que está ocupado por el miedo.
Lo llevo conmigo desde que me comprometí con este sueño y en todo lo nuevo que emprendemos. Pero si quieres bailar, miedo, lo haremos. Aunque con lo malo que soy bailando, seguro que le piso los pies.
Las opiniones de los demás, me han ayudado a empujarme hacia esta reunión, a la que temo. Otras veces hubieran hecho que no creyera en lo que era capaz.
Uno de ellos, me dijo que para él, era un héroe, que él jamás habría arriesgado y yo lo hacía por unas razones muy coherentes.
Me he elegido a mí mismo. Ya vale de esperar, a que otros me eligieran a mí. He cogido la iniciativa de crear mi vida.
Sé que lo que se va a crear tras la reunión, es algo que marcara la diferencia, algo que conectara a mucha gente, y eso es algo que te inunda de emoción.
Lo reconozco, tuve el pensamiento de echarme atrás. Pero si hacia eso, todo estaría Kaputt y esta vez no pensaba permitir que eso sucediera. Iba hacia adelante. Ya valía de ir sobre seguro, ya vale de alejarme de lo peligroso.
Si quería algo, tenía que arriesgar.
Al arriesgarme, surgen las oportunidades y entre ellas, esta reunión. Siento que es una oportunidad que me puede dar la posibilidad de demostrar todo lo que llevo dentro de mí a un nivel nunca inimaginable por mí hasta el día de hoy.
He vivido una batalla entre la búsqueda de mi seguridad y el deseo de sacar delante todo lo que sentía. Son punzadas de dolor que muchas veces hemos intentando acallar por el miedo a qué dirán. ¡¡Ahora, me importa más yo lo que siento, no lo que piensen los demás!!
Empieza a llover, camino de Madrid. Todos usamos paraguas o deseamos usarlo cuando cae agua. Pero si ahora estuviera en la calle, no querría usarlo. Enfrentarse a lo desconocido, salir de tu zona de confort, es decidir no usar el paraguas, no querer seguridad, es querer vivir cada instante. No quiero usar el paraguas.
Pero si me vieran sin él, me intentarían hacer que pasara vergüenza.. Vergüenza al que intenta ser diferente a los demás. Pues seré diferente, no soy como los demás, yo estoy intentando con coraje y esfuerzo realizar un sueño. Mientras otros, se quejan de que jamás lo conseguirán, que no tienen tiempo o ciento de excusas parecidas, pasará el tiempo y jamás lo intentaran.
Me siento vulnerable, lo reconozco y más cuando tenga la reunión, cuando muestre mi proyecto. Me sentiré desnudo, mostrándome quien soy de verdad. Ojala hubiera alguna forma de hacerlo, y no sentirme así, pero es imposible.
Quizá no salga la reunión como yo espero. ¿Qué pasaría si fuera así?. Que seguiré persistiendo. Confío en mi, en mis posibilidades. Seguiré, sea cual sea el resultado, Continuaré.
Ya vale de dolor, de angustia y de desesperación. Quiero magia, hacer realidad sueños y voy hacia ellos.
Estoy llegando, el tren baja de velocidad, pero aumenta mi vulnerabilidad. Si es como así me siento y sentiré cada vez que salga de mi zona de confort, bienvenida sea.
Será así, porque me confirmará esa sensación, que cada vez me voy superando, yendo a por nuevos sueños y subiendo el listón un poco más.
Ya he parado, se abren las puertas del tren. Hay que salir. Doy un paso. Un paso hacia algo nuevo, un paso superando los límites de mi zona de confort. Un paso hacia lo desconocido.
Como dice Seth Godin , en su libro ” V de vulnerable“, la vida está fuera de la zona de confort. Mi vida está fuera del tren. Voy a por ello.
¿Qué te atreverías a hacer si el miedo no te pudiera atenazar? ¿ Dónde se encuentran tus sueños, en tu zona de confort o fuera de ella? ¿Cómo te sientes cuando das un paso hacia algo nuevo para ti? ¿Qué sueño quieres conseguir y te hace sentirte vulnerable?
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