Shakespeare, Da Vinci, Picasso, Orson Welles, todos genios, todos ladrones. El arte de estos hombres no aparece de la nada, sino de “robar” a los artistas muertos, a los coetáneos, a sus maestros. Cada uno de ellos es un ejemplo de una cita del pintor malagueño:
Los grandes artistas copian, los genios roban.
De esto se habla en el post, de genios ladrones y qué pueden enseñarnos.
Tu idea vs. la originalidad
Acabas de tener una gran idea. Estás eufórico y piensas:
“Esta tarde empiezo y no paro. Y la próxima semana la acabo”.
Y se lo cuentas a tu madre, a tu pareja, a tus amigos… quieres que el mundo se entere de tu gran idea. Y llega la tarde, y te sientas a trabajar en la idea, y nada… La idea está en la cabeza, hasta da patadas para salir, pero has puesto un freno:
“Bueno, igual no es tan original…”
Y la idea muere prematuramente, sin balbucear, sin haber dado sus primeros pasitos. Manda a paseo a la señora originalidad y piensa que los genios no se paran a pensar en la originalidad: roban.
Recicla, tunea
Hay películas, novelas, pinturas que recuerdan a otras películas, novelas, pinturas… Imitaciones vulgares cuyo objetivo es el lucro inmediato. Lo curioso es que genios como Shakespeare‘roban’ argumentos y personajes ajenos, y el mundo aplaude.
¿Por qué?
Shakespeare ‘tunea’ una obra ajena; convierte un vehículo corriente en una pieza única.
Shakespeare toma material ajeno como punto de partida, no como fin; aporta lo que falta al original: pasión, el detalle psicológico, el lenguaje elaborado. Piénsalo así: Shakespeare ‘tunea’ una obra ajena; convierte un vehículo corriente en una pieza única.
El genio es el estilo
Cuando hablamos de una obra, sea una pintura, una novela o una película, decimos que tiene “el toque de…” o “el estilo de…”. Rara vez decimos que nos ha sorprendido el tema. Una chica que busca a una chica desaparecida puede ser una película de domingo por la tarde o un vehículo para los ‘desvaríos’ de David Lynch. Un hombre maduro que se enamora de una jovencita puede ser una excusa para desnudos gratuitos o una obra de Woody Allen.
No rompas con la tradición, entra más en el bosque
“Quiero romper con la tradición”, puede conducir a la frustración. El arte es un camino que llega hasta el bosque: unos se adentran un poco, otros un poco más y otros atraviesan el bosque…Piensa en Leonardo: alumno de Verrocchio, adelantó al maestro y asimiló y superó los estudios sobre la pintura de sus coetáneos.
Leonardo escribe en sus notas que hay dos artes: uno es puramente imitativo y solo está destinado al lucro (a lo que gusta en el momento); otro, va unos pasos por delante y está destinado a la gloria.
A veces, el atrevimiento son dos metros. En muchos casos, dos metros es una transgresión.
Si has atravesado el bosque, toma caminos olvidados
Puede que hayas atravesado el bosque o puede que te llame la atención un pequeño camino antiguo… Tómalo. Piensa en Picasso. Asombró al mundo con Las señoritas de Avignon.
¿La receta?
Un arte extranjero, un arte antiguo, una corriente recién muerta (fauvismo) y dos metros más allá que Cezanne. Mezclar, agitar y no tener miedo a servirla.
‘Robar’, mezclar y agitar es también lo que hizo Orson Welles con Ciudadano Kane. Welles tomó la biografía de un personaje real, rehizo a su estilo el guion de Herman J.Mankiewicz, la fotografía de Gregg Toland… Welles ejerce como demiurgo más que como creador: ordena las distintas partes para crear una pieza única.
Parece que la osadía es la característica principal del genio; la osadía y “algo que contar” porque hay obras osadas pero vacías. El genio es como el niño que pega lentejas en un folio:
MAMÁ TE QUIERO
El niño no repara si otros niños a su alrededor escriben MAMÁ TE QUIERO. El niño hace una pieza única para una madre única. En estas lentejas está el alma del niño y la madre lo sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario