Lo sutil
¿Cuántos segundos queda vibrando en el aire el eco de nuestras voces? ¿Cuánto demora en desaparecer el moretón de un golpe o el rubor de una caricia? ¿Cuánto dura el instante de un bello atardecer o laeternidad de un terremoto? ¿Cuánto permanece la fragancia de los jazmines?
Responder estas preguntas en el mundo de las mediciones y los parámetros físicos, no tiene mayor dificultad. Son segundos, minutos o días, cuantificables y exactos.
En cambio, en el mundo de la memoria humana, esas preguntas navegan por océanos misteriosos y sutiles. Los efectos son mucho más profundos y prolongados… Pero como es difícil observarlos, conocerlos, acordarlos, muchas veces terminamos por ignorarlos, no reconocerlos, y lógicamente no hacernos cargo.
Absorbemos, encarnamos nuestro entorno, nuestras experienciasmediante una alquimia que nos transforma y configura, que se ancla en la memoria vital donde los tiempos y las proporciones se distorsionan. No “guardamos” el rastro físico del sonido, el aire, los golpes o las caricias, pero quedan las huellas en nuestras emociones, nuestro cuerpo y nuestras historias. Explorar esas huellas es conocernos mejor, comprender lo que somos, ampliar nuestro presente.
El coro de la historia
En los relatos de la gran Historia de las épicas y las gestas, de loshéroes y las heroínas, las personas comunes nos desvanecemos fuera del foco principal; en el mejor de los casos, jugamos un papel como“extras”, como una especie de coro griego indistinguible. Muchas veces hemos visto esas fotografías o películas sobre procesos sociales donde se ve“la masa”, la “gente”, la “marcha” donde van los sin nombre y sin rostro que sirven de telón de fondo para las abstracciones de la política y de la historia. En esos relatos oficiales de la historia, desaparecen la vida, los recuerdos, la cotidianidad que constituyeron comunidades y culturas, de personas de carne y hueso.
Esa abstracción, cada vez más radical, hace posible tomar decisiones “técnicas” sin preocuparse de los resultados en la vida de las personas. Subir el pasaje del transporte, bajar las tasas de interés, fijar el salario mínimo, decidir qué se cubre o no en la salud pública o cómo es la educación de los niños, son decisiones que se toman en la frialdad de las cumbres del Olimpo desde donde la bruma solo les permite distinguir acá abajo una masa sin nombre ni rostro. Desde esa distancia, no se siente la responsabilidad del impacto de las decisiones tomadas, generalmente no se escucha el sufrimiento ocasionado en la vida cotidiana de las personas. En los casos más extremos esa abstracción que remplaza las personas por etiquetas y números, permite matar o torturar. Hacer desaparecer “una etiqueta” es distinto que hacer desaparecer una persona.
Casasueños
Casasueños es el nuevo libro de mi querida amiga, compañera de Sitiocero y tantas jornadas tratando de contribuir para un mundo mejor. Es una lectura conmovedora y transformadora que va completamente a contramano de las tendencias a la disolución de lo humano y al empobrecimiento del alma que dominan el espacio público del Chile actual.
En Casasueños, Malucha nos comparte el resultado de sus Talleres de la Memoria realizados junto a su compañía Aracataca, en distintos barrios de Santiago. Intuimos e imaginamos el trabajo paciente y amable que hay detrás de cada testimonio, creando espacios creativos de confianza y respeto en el que emerge la memoria de cada protagonista para enriquecer la memoria de la comunidad.
El tejido que nos propone Malucha es profundamente humano, con luces y sombras, con matices y grises, sin juicios categóricos, diría que por ser honesto y respetuoso es en gran medida también sanador. El foco del trabajo está en los movimientos de tomas de terreno, pero en sus narraciones todos reconocemos alguna parte de nuestra historia reciente.No hay nada más universal que un ser humano que abre su corazón para contar su historia.
No es un relato épico en blanco y negro,… de esos donde el movimiento popular por ser popular “son los buenos” y los del sistema por ser sistema “son los malos”, donde la ideología elimina la matizada vivencia cotidiana. Las mujeres y niños son golpeados y abandonados por sus esposos y padres, los hombres que se organizan para vigilar y controlar a los malos elementos que se emborrachan o no quieren pagar el transporte, hay disputas de poder y aprovechamiento, pero también enormes actos decompromiso, humor y generosidad; denuncia y nostalgia, y también autocrítica y arrepentimiento; por supuesto duelos… y también mucha celebración.
Visitar las páginas de Casasueños es adentrarse en una época que dejó huellas profundas en todos los que la vivieron y en las generaciones que les siguen. En más de una ocasión esas huellas son las ausencias dolorosas de familiares, amigos, vecinos, asesinados, desaparecidos, ejecutados. En esos barrios la muerte caminó durante años por las calles; era la pieza más violenta y visible de un engranaje cruel cuya misión era borrar, extirpar físicamente la memoria, eliminando sus huellas e incluso a las personas que la encarnaban. En la época de la desmemoria, se eliminaron personas, se disolvieron comunidades, se reubicó a los habitantes, se quemaron los rastros y los libros.
María, Yungay. “Yo todavía tenía algunos libros que con mucho esfuerzohabía adquirido a lo largo del tiempo. No eran libros políticos, eran novelas, revistas, cancioneros. Algunos me los habían regalado, otros yo los había comprado con tanto amor. Un “cabrito” chico con su arma fue sacando todo de mi casa. Ellos habían armado una pira gigante ahí en la esquina. Le prendieron fuego a todos los libros de la población. Las llamas subían muy arriba. Nosotros mirábamos sin poder aguantar las lágrimas. Juanito mi hijo chico, tenía apenas cinco o seis años mi chasconcito, estaba aterrorizado. De repente lo veo salir disparado con sus libros de la escuela y los tira al fuego… de un dos por tres.”
Jaime, Ex Asalto al Cuartel Moncada, hoy Villa Los Copihues.“Borraron de la tele, de las radios, de los diarios, las conversaciones que hablaban de que teníamos derechos y que éramos personas. Todo se dio vuelta y ahora el mundo es de otra laya. Es que es completamente diferente, como si eso otro nunca hubiera sido. Te diré que hasta nosotros nos olvidamos.
Ante tanta crueldad y violencia, uno se pregunta ¿Qué querían borrar, qué borraron de manera tan sistemática y planificada? Testimonios de otro capítulo de Casasueños podrían dar algunas pistas…
Ricardo, Lo Hermida. “Había muchos eventos culturales siempre teníamos visita de conjuntos musicales. Imagínate que vino el Teatro Nacional a presentar una obra de Bertolt Brecht. Vinieron los mejores actores y actrices de esos tiempos. Un lujo. ¡Hasta la Sinfónica estuvo metida aquí en el barrio! Había mucha inquietud cultural entre los pobladores. Los vecinos se “cacharpeaban” para asistir. No iban así no más. Era todo un evento, una ocasión. Después de las presentaciones venían las preguntas, la conversación. Los artistas completamente disponibles para conversar, responder. ¡Bonito! Los chicos, callados, atentos, con todo el respeto“.
Tomás, Ex Nueva La Habana, hoy Nuevo Amanecer. “A veces hacía guardia toda la noche, porque podía suceder que podían venir algunaspersonas extrañas a tomarse los terrenos destinados a futuras plazas para los cabros chicos. También podía llegar la “repre” o entrar extraños a crear daños porque, sobre todo, se combatía la delincuencia. El que llegaba ebrio y era aniñado, esa noche quedaba detenido. Si teníamos algún personaje golpeando a su mujer o sus hijos, quedaba detenido. Porque había un modelo que se quería lograr, era un modelo que no se había dado nunca en el país, con gente de trabajo y de buen vivir. Había milicias sanitarias teníamos centros de recuperación para personas que salían del hospital, teníamos jardines infantiles, teníamos escuelas, que eran unos buses antiguos que habían dado de baja y en esos se daban las clases.”
Pinina, La Victoria. “Lo primero que se construyó fue el consultorio y la junta de vecinos y de a poquito se empezó a hacer una escuela que era de adobe y era redonda. Todos participaron en la construcción porque había buenos dirigentes que decían clarito cuantas platas “habían”, todo transparente. “
Ayala, 6 de Mayo. “Cuando me fui de mi 6 de mayo esta ya no era una población como la de aquellos años por la sencilla razón que mucha gente se fue. Ahora hay muchos que no vivieron en el campamento ni pasaron las pellejerías que pasamos. Mucha gente no tenía historia en común ni se emocionaba con las mismas cosas. ¿Saben lo importante que es emocionarse con las mismas cosas? Es una corriente que te junta, como una ola que te hace estar cerca, tener algo en común.”
Ese fue el mundo que se borró. Ese tejido invisible de las comunidades constituidas con esfuerzo y amor, que se hacían cargo de sí mismas y de cada uno de los suyos, que disfrutaban y valoraban la cultura y conocían el poder de la organización y de pertenecer, de tener identidad y sueños, de ser un poco dueños y participes de la esperanza.
El tiempo de lo humano
Decía al comienzo que el tiempo físico de la recuperación de un golpe o de la piel erizada y ruborizada por una caricia, dura un tiempo muy preciso, un breve instante, pero que las huellas sutiles que quedan en el corazón tienen una profundidad y un tiempo diferentes.
Casasueños nos lleva a ese terreno de lo sutil, del tiempo humano. Leyendo estos testimonios de la cotidianidad personal y colectiva unoconfirma la intuición de que en ese Chile se estaba construyendo un mundo que hoy parece una utopía inalcanzable. No se trataba solo de que hubiera casas, edificios para escuelas y consultorios, calles pavimentadas, más dinero,… eso es lo evidente y lo medible. También estaba la dimensión sutil y humana que requería/requiere un trabajo delicado y prolongado, cuyas huellas son invisibles para el que mide todo con indicadores, metros cuadrados y kilómetros.
Casasueños nos muestra que se trata de tener la casa, pero también la plaza, la presentación de la Sinfónica, la rehabilitación para los patos malos, el goce con el vecino, la historia y las emociones compartidas: lo sutil y profundo que hace la dignidad de ser persona, de todas las personas.
*Comentario en la presentación del Libro “Casasueños” de Malucha Pinto realizada en el Teatro El Zócalo de la Universidad de Las Américas.
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