Los beneficios del ejercicio físico en nuestra salud son de sobra conocidos, pero diversos estudios publicados el último año están poniendo sobre la mesa otra importante ventaja de la práctica deportiva: mejora notablemente nuestra capacidad cognitiva.
La última de las investigaciones en sumarse a la lista, que ha sido publicada en el número de noviembre de la revista Acta Psychologica, asegura que realizar ejercicio físico intenso durante 20 minutos al día puede mejorar la memoria epísodica en los adultos hasta en un 10%.
La memoria episódica es la que nos permite recordar sucesos autobiográficos (momentos, lugares, emociones y todos los conocimientos asociados a un contexto dado), que podemos evocar de forma explícita. Y, según los investigadores del Georgia Institute of Technology, ésta mejora notablemente tan sólo dos días después de empezar a hacer ejercicio.
Anteriores investigaciones habían mostrado que la memoria mejora tras meses practicando deportes aeróbicos, pero esta es la primera vez que los beneficios se muestran después de tan poco tiempo.
Una investigación intensa
Al empezar el estudio, los participantes tuvieron que mirar una serie de 90 fotos en un ordenador. Las imágenes eran positivas (por ejemplo, niños en un parque acuático), negativas (como cuerpos mutilados) y neutras (por ejemplo, imágenes de relojes). A los participantes no se les dijo que tenían que tratar de recordar las fotos.
Tras el visionado, los voluntarios se sentaron en una máquina de gimnasio de extensión de piernas. La mitad de ellos tuvieron que ejercitar cada pierna al nivel máximo que alcanzaran durante 50 repeticiones. Los miembros del grupo de control, simplemente se sentaron en las sillas y dejaron que la máquina y los examinadores movieran sus piernas. Los investigadores monitorizaron en todo momento la presión sanguínea y las pulsaciones cardiacas de los participantes. También tomaron muestras de saliva de los participantes para conocer los niveles de ciertos neurotransmisores ligados al estrés (como el cortisol).
Pasadas 48 horas los participantes volvieron al laboratorio y vieron una serie de 180 imágenes (90 de las que habían visto dos día antes y 90 nuevas). El grupo de control recordó el 50% de las fotos que habían visto en la primera sesión. Los que habían realizado el ejercicio recordaron un 60%.
“Nuestro estudio indica que la gente no tiene que dedicar mucho tiempo para dar a su cerebro un empujón”, asegura Lisa Weinberg, autora principal de la investigación. En su opinión, además, para incrementar nuestra memoria basta con practicar cualquier actividad de resistencia anaeróbica, como sentadillas o flexiones de rodillas.
¿Por qué mejora nuestra memoria?
La investigación parece mostrar que las personas recuerdan mejor las experiencias vividas si estas son seguidas de un episodio de estrés, algo que encaja con anteriores descubrimientos que asociaban diversos marcadores hormonales propios del estrés a una mayor capacidad memorística.
“Sin necesidad de realizar caras resonancias magnéticas nuestros resultados ofrecen una idea de qué áreas del cerebro pueden estar detrás de los beneficios memorísticos asociados con el ejercicio”, asegura Auderry Duarte,profesor de psicología del Georgia Institute of Technology y coautor del estudio: “Estos hallazgos son prometedores ya que son coincidentes con los estudios realizados en roedores, en los que se identificaban exactamente las partes del cerebro implicadas en los beneficios en la memoria que provoca el estrés causado por el ejercicio físico”.
Este nuevo estudio se une a dos investigaciones publicadas este verano que mostraban una asociación entre la práctica de ejercicio físico de los adolescentes y su capacidad cognita.
La primera, publicada en julio en la revista Brain and Cognition, mostró que cuanto mayores son las facultades anaeróbicas de los alumnos de instituto, más veloces son sus conexiones neuronales, lo que se refleja en una mejora de las habilidades lingüísticas y del pensamiento lógico.
La segunda, publicada en agosto, puso de manifiesto que los niños de entre 9 y 10 años que están más en forma tienen más materia blanca en el cerebro. Esta parte del sistema nervioso central es la responsable de trasladar las señales nerviosas de una región del cerebro a otra; y cuanto más compacta es, más rápida y eficiente es la actividad neuronal.
La autora de esta investigación, Laura Chaddock-Heyman, psicóloga de la Universidad de Illinois, fue muy clara en la presentación de su estudio: “Cada vez más escuelas contribuyen a un estilo de vida sedentario eliminando o reduciendo la actividad física que se realiza en horario escolar, pero sabemos que el ejercicio aeróbico está relacionado con el tamaño de las estructuras cerebrales así como con su funcionamiento”.
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