por sfogel
Si hay algo que definió al campo de la biología en los últimos 50 años, fue la genética. Comenzamos entendiendo qué son los genes, luego conseguimos decodificar el genoma humano, a precios cada vez menores. Más adelante, logramos implantar nuevos genes en organismos. Hoy tenemos hasta “impresoras de ADN“, que generan una molécula de ADN a partir de una secuencia de letras (ACGT). Con esas impresoras, podemos crear seres vivos sintéticos (cosa bastante aterradora si es mal utilizada).
Pero lo que no es posible aún es modificar el genoma de un ser vivo con facilidad. O al menos no lo era. Una nueva tecnología llamada CRISPR permite “editar” el ADN de una célula viva. Podemos “cortar” un pedazo de un cromosoma, e incluso reemplazarlo por un trozo nuevo.
Tal vez lo más increíble es que no es un invento humano. Es un mecanismo que existe hace millones de años, pero que recién ahora comenzamos a entender. Las bacterias tienen una parte de su código genético que hasta ahora se desconocía su cometido, con una forma muy particular. Hay una secuencia, repetida varias veces, separada por otros nucleotidos. Por ejemplo, se vería así: abc xyz abc tuv abc qrs abc nop abc.
Recientemente los científicos han descubierto el funcionamiento de este código. Los marcadores (abc) separan entre muestras de código enemigo. Cada vez que la bacteria encuentra un código maligno (por ej xyz), saben que deben cortar allí. Es un mecanismo de defensa ante virus conocidos, lo que llamamos habitualmente anticuerpos.
Si generamos un código como el de arriba, podemos crear un editor genético, que elimine o reemplace un gen particular. Inyectamos ese ADN en una célula, y en unos minutos el código fue eliminado. Nos queda solo reemplazarlo, pero aparentemente eso es más fácil.
Por supuesto que esto modifica sólo una célula. Un cuerpo humano tiene más de 10,000,000,000,000 de células, y no podemos modificar cada una de ellas. Sin embargo, con este mecanismo podemos hacer tres cosas. La primera es modificar una célula y luego duplicarla. Esa célula puede ser una semilla, o un embrión. Recientemente en China utilizaron ese mecanismo para modificar un embrión humano, lo cual generó un conflicto ético.
Otra posibilidad es extraer algunas células (células madre sobre todo), modificarlas y devolverlas al cuerpo. Otro enfoque posible es generar un virus “benigno” que recorra el cuerpo, “infectando” con el corrector de genes.
El CRISPR fue descubierto en el año 2011, y recién ahora empieza a llegar a aplicaciones prácticas. Seguramente en los próximos años surja una enorme cantidad de startups usando esta tecnología.
Nos queda mucho por ver.
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