Por Isabelle Chaquiriand y Leonardo Veiga, profesores del IEEM
Publicado en Café & Negocios, El Observador
El ecosistema emprendedor en Uruguay se ha desarrollado notoriamente en los últimos años. Pero, ¿esto está redundando en mayores y mejores emprendimientos en nuestro país? Lo invitamos a analizarlo juntos.
La palabra emprendedor empezó a sonar en nuestro país hace unos 15 años. Antes los llamábamos empresarios, innovadores, aventureros y hasta locos. Con el nombre llegó también todo el entorno que permitió el impulso de estos emprendedores para llevar adelante su iniciativa empresarial; impulso que se ha desarrollado de manera exponencial en los últimos años, no solo en Uruguay sino en todo el mundo. Pero en qué medida todo este ecosistema está siendo eficaz, generando más y mejores emprendimientos con el impacto en la economía que todos buscamos: más empleo, más crecimiento económico, más riqueza.
El Global Entrepreneurship Monitor
El Global Entrepreneurship Monitor (GEM) es un proyecto de investigación del emprendimiento a nivel mundial que se inició hace 17 años por la Babson College y la London Business School. Su objetivo es medir la actividad emprendedora, las actitudes y las aspiraciones a nivel mundial de los individuos, comprender los factores que determinan su nivel y composición así como proponer políticas que promuevan una contribución eficaz y eficiente de la actividad emprendedora al desarrollo de los países donde se lleva adelante. Actualmente se realiza en 73 países que representan el 90% del PBI mundial y el 73% de la población mundial.
El Global Entrepreneurship Monitor (GEM) es un proyecto de investigación del emprendimiento a nivel mundial que se inició hace 17 años por la Babson College y la London Business School. Su objetivo es medir la actividad emprendedora, las actitudes y las aspiraciones a nivel mundial de los individuos, comprender los factores que determinan su nivel y composición así como proponer políticas que promuevan una contribución eficaz y eficiente de la actividad emprendedora al desarrollo de los países donde se lleva adelante. Actualmente se realiza en 73 países que representan el 90% del PBI mundial y el 73% de la población mundial.
En Uruguay el GEM se realiza desde el 2006 por el Centro de Emprendimientos Deloitte del IEEM y ha sido una herramienta de gran importancia para las políticas públicas, la academia y la opinión pública del nivel de actividad emprendedora en nuestro país y sus diferentes factores que lo determinan.
EL EMPRENDIMIENTO EN URUGUAY
Uno de los principales indicadores del GEM es la TEA (Total Entrepreneurial Activity), que mide la cantidad de personas que se encuentran emprendiendo. Se considera que el inicio del proceso emprendedor comienza con la adopción de las primeras medidas concretas orientadas a conformar una empresa y finaliza luego de 42 meses de actividad económica, momento en el cual se considera que se pasa a ser una empresa consolidada.
Uno de los principales indicadores del GEM es la TEA (Total Entrepreneurial Activity), que mide la cantidad de personas que se encuentran emprendiendo. Se considera que el inicio del proceso emprendedor comienza con la adopción de las primeras medidas concretas orientadas a conformar una empresa y finaliza luego de 42 meses de actividad económica, momento en el cual se considera que se pasa a ser una empresa consolidada.
La TEA en Uruguay era de 12,56% en el primer ciclo que se realizó en el país en el 2006, permaneciendo en torno a 11,5%-12,5% hasta el 2010. En el 2011 se produce una marcada subida, pasando de 11,68% (2010) a 16,72%. A partir de ese momento nunca ha bajado del 14%, y en el ciclo 2014 fue de 16,08%. Eso quiere decir que aproximadamente 16 de cada 100 personas entre 18 y 60 años de edad se encuentran embarcados en la realización de algún emprendimiento, encontrándose en uno de sus picos históricos en nuestro país.
EL EMPRENDIMIENTO POR GÉNERO
Si analizamos estos niveles de actividad emprendedora por género, puede observarse que el salto de 2011 fue muy marcado entre los hombres, pasando de 15% en el 2010 a 21,16% en el 2011, y que a partir de ese momento la actividad emprendedora masculina se ha mantenido estable alrededor del 20%, habiendo sido en el ciclo 2014 de 19,17%. La actividad emprendedora femenina también tuvo ese salto en el 2011, pasando de 8,69% a 12,77%, habiendo sido en el ciclo 2014 de 13,23%. Es decir, que si bien la actividad emprendedora masculina se mantuvo en niveles muy por encima de los femeninos, el aumento de la actividad emprendedora en este período de 9 años se explica más por el aumento del emprendimiento femenino que del masculino.
Si analizamos estos niveles de actividad emprendedora por género, puede observarse que el salto de 2011 fue muy marcado entre los hombres, pasando de 15% en el 2010 a 21,16% en el 2011, y que a partir de ese momento la actividad emprendedora masculina se ha mantenido estable alrededor del 20%, habiendo sido en el ciclo 2014 de 19,17%. La actividad emprendedora femenina también tuvo ese salto en el 2011, pasando de 8,69% a 12,77%, habiendo sido en el ciclo 2014 de 13,23%. Es decir, que si bien la actividad emprendedora masculina se mantuvo en niveles muy por encima de los femeninos, el aumento de la actividad emprendedora en este período de 9 años se explica más por el aumento del emprendimiento femenino que del masculino.
EL EMPRENDIMIENTO POR MOTIVACIÓN
El GEM distingue entre el emprendimiento por necesidad y por oportunidad. En el caso del emprendimiento por necesidad el encuestado declara que está emprendiendo debido a que no tiene opciones, a diferencia de quien declara emprender por oportunidad. El emprendimiento por necesidad refleja problemas en la economía del país donde se manifiesta, que no es capaz de generar suficientes puestos de trabajo asalariados, o que la persona en cuestión tiene graves deficiencias formativas, no logra reunir los conocimientos y habilidades mínimos para ser empleable.
El GEM distingue entre el emprendimiento por necesidad y por oportunidad. En el caso del emprendimiento por necesidad el encuestado declara que está emprendiendo debido a que no tiene opciones, a diferencia de quien declara emprender por oportunidad. El emprendimiento por necesidad refleja problemas en la economía del país donde se manifiesta, que no es capaz de generar suficientes puestos de trabajo asalariados, o que la persona en cuestión tiene graves deficiencias formativas, no logra reunir los conocimientos y habilidades mínimos para ser empleable.
El 2011 fue un momento de inflexión en este aspecto. Las tasas de emprendimiento por oportunidad tuvieron un salto significativo que se ha sostenido en los últimos años. Más aún, la relación entre la cantidad de emprendimientos por oportunidad por cada emprendimiento por necesidad se ha mantenido en los niveles más altos de América Latina en los últimos años, ocupando el primer lugar en el 2014.
ACTIVIDAD INTRAEMPRENDEDORA
Analizar la actividad emprendedora mirando solo las nuevas empresas es mirar una sola cara de la moneda. La actividad emprendedora suele canalizarse a través del intraemprendimiento en aquellos países donde el tamaño de las empresas permite a sus colaboradores desarrollar nuevas iniciativas empresariales como parte de su trabajo. Favorecen esta actividad los fuertes sistemas de seguridad social que desincentivan salir del régimen asalariado para volverse independiente. Por ello, es importante ver las dos caras de la misma moneda, analizando ambos aspectos para entender el nivel de actividad emprendedora global de una economía.
Analizar la actividad emprendedora mirando solo las nuevas empresas es mirar una sola cara de la moneda. La actividad emprendedora suele canalizarse a través del intraemprendimiento en aquellos países donde el tamaño de las empresas permite a sus colaboradores desarrollar nuevas iniciativas empresariales como parte de su trabajo. Favorecen esta actividad los fuertes sistemas de seguridad social que desincentivan salir del régimen asalariado para volverse independiente. Por ello, es importante ver las dos caras de la misma moneda, analizando ambos aspectos para entender el nivel de actividad emprendedora global de una economía.
En Uruguay los indicadores en este sentido son exponencialmente positivos. En el 2006 los niveles de actividad intraemprendedora rondaban el 3,5% y luego de un crecimiento sostenido y exponencial, en el 2014 nos encontramos con un 15,68%, ocupando el cuarto lugar en América del Sur y el octavo a nivel mundial de los países que participan de la muestra del GEM.
En Uruguay no solo la palabra emprendimiento se ha metido en nuestra sociedad. Los niveles de actividad emprendedora son muy alentadores, por lo que pareciera que el ecosistema está haciendo su trabajo.
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