Me he criado viendo a David Copperfield saltar por el Cañón del Colorado o volar por las Vegas. Me quedaba ensimismado enfrente de la televisión, preguntándome como una persona así, podía hacer algo tan espectacular.
Con el paso del tiempo, me daba cuenta que existían cosas mágicas en el día a día. La sonrisa de una persona que me hacía ver la vida de otra manera, un abrazo de un amigo, la mirada de la persona que amas , el “Tú puedes” de una hermana ante un reto importante…
Existía magia en mi vida. Me hacía creer en la misma. Me gustaba vivir con la boca abierta, asombrado de lo mágica que era que llamaban rutina.
Cualquier gesto, cualquier situación, te acariciaba el alma, provocándote una ilusión que te hacía confiar de nuevo en la vida, en las personas.
Ayer le pregunte a una persona, si creía en la magia, que si las personas para ella, eran mágicas. Me contesto: “Déjate de chorradas, que la niñez ya paso”.
¡¡Así nos va!!
Y quiero decirte desde aquí, allá donde estés, que eres PURA MAGIA, aunque nunca llegues a saber cómo lo haces.
Vivimos en un mundo en el que nos ponemos millones de mascaras para no mostrar nuestros sentimientos. Mascaras que no nos dejan darnos cuenta, que con el paso del tiempo, arrastramos un peso que nos dejan vivir con libertad y disfrute de nuestro ser, de la vida.
Y cada vez, me llegan más emails, más comentarios, de personas que han perdido la esperanza en el ser humano, en su bondad, en sus valores, en el dar de los demás para hacer crecer al resto de la humanidad.
No podemos hacer nada con esas personas que son así, hasta que ellos no se den cuenta que van por el camino equivocado. Por mucho que intentemos, de buena fe, que cambien, no lo harán, hasta que no “entren en el pozo” y pidan ayuda.
Pero la humanidad, no consta solamente de esas personas, sino también de seres, que hacen magia sin ellos darse cuenta.
¿Quiénes son?
Personas como tú y como yo. Que no sabemos porqué pero no queremos arrancarlas de nuestra vida nunca.
Personas como tú y como yo, que no tienen una formación increíble, pero con su mirada, sabemos que todo reto será superado, por muy difícil que sea. Su mirada nos da tranquilidad y confianza.
Personas como tú y como yo, que sus abrazos, nos despejan del miedo que estaba impregnado en nuestra piel. Nos reportan esa claridad que necesitábamos para seguir mirando hacia la luna , hacia esos sueños grandes que teníamos y que por miedo, se habían ocultado en la niebla.
Personas como tú y como yo, que aunque no lo sepan, provocan magia en nosotros, aunque no sepan como lo hacen. Magia que nos hace ver, que otro mundo es posible, que podemos conseguir eso que nos proponemos, simplemente empezando a dar un paso hacia adelante, por pequeño que sea. Personas que hacen de sus limitaciones, sus activos más importantes, creando de la nada, algo espectacular.
Personas como tú y como yo, que sin darse cuenta nos dicen que en la vida es posible hacer un vuelo sin el motor del qué dirán, de las creencias impuestas, y de los miedos. Sino un viaje guiado por un motor llamado, verdad, corazón y confianza.
Personas como tú y como yo, que nos provocan un pellizco en nuestro corazón.
Personas como tú y como yo, que con una mirada, transforman nuestras limitaciones, en poder.
Seamos canallas, y demos la relevancia que tienen estas personas en nuestra vida y en la sociedad.
Basta ya de dar cabida, en la sociedad, a mentirosos, troleros, enmascarados, manipuladores, que nos hacen creer que un mundo nuevo es posible a través de una “varita” mágica, que nos transporta a un mundo de miedos y limitaciones, no de ilusiones.
Pero no solamente los demás, provocan magia en ti, sino que tú también la provocas, aunque no te des cuenta o no quieras reconocerlo.
Esa mirada a tu amiga cuando está mal, tranquilizándola al instante. Ese “Estoy a tu lado” a tu amigo en momentos de nerviosismo. Ese “venga que tú puedes” a tus hijos cuando se hacen los remolones el lunes por la mañana, ese “te quiero” cuando tu pareja duda de sus posibilidades, o ese proyecto que has creado de la nada, en el cual ayudas a tantas personas a salir adelante y produce tanta felicidad.
Tú creas con acciones espectaculares para esas personas, la magia, que les haces creer que otro mundo es posible. Crees que no son acciones para tanto, relevantes, que son muy pequeñas, que las haría cualquiera, pero para quien la recibe, le hace creer de nuevo en el ser humano, en él mismo.
No hagamos “trucos baratos” porque luego la confianza, la fe de las personas, la motivación se va por el W.C. para no volver, cuando ven que el truco era una chapuza burda.
Hagamos magia en el día a día, a los demás y dejémonos asombrar por lo que hacen las personas que tenemos a nuestro alrededor, ayudando y creando a un mundo mejor. Y solamente creamos magia, cuando damos a los demás.
La magia existe, y promulguémosla más en un mundo en el que solamente está de moda el “baile de las mascaras y la hipocresía” y no el de la autenticidad. Dejemos de cantar en “playback” y cantemos con el corazón, solamente así produciremos una magia espectacular.
Cree en la magia, existe, solamente hay que limpiarse un poco “las gafas” con las que vemos el día a día. Veras cosas increíbles que ahora obviabas.
Haz más magia en tu vida. Creamos más en la magia, produce unos resultados increíbles. Olvídate de los trucos.
¿Quién hace magia en ti? ¿Por qué? ¿Crees que provocas magia en alguien? ¿Cantas en Playback o con el corazón en la ducha?
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