En un artículo reciente hablaba sobre qué debería cambiar en las escuelas para fomentar el emprendimiento entre los estudiantes, pero ésa es una tarea y responsabilidad compartida también por los padres que deben tratar de capacitar e incentivar a sus hijos para arraigue la cultura emprendedora en su desarrollo a través del valor de esfuerzo y de una mentalidad creativa.
El transmitir a futuras generaciones el inconformismo y la permanente búsqueda de escapar del área de confort que además incrementa y mejora habilidades como el liderazgo y la creatividad, esenciales para la puesta en marcha de cualquier actividad.
Involucrarnos en su desarrollo
Cuanto antes seamos capaces de involucrarlos, las probabilidades de que en un futuro se desarrollen con éxito son mayores. Pero antes de transmitir nuestros anhelos y expectativas, es vital averiguar lo que les gusta, lo que les interesa y lo que les mueve, no la simple satisfacción de los deseos de los progenitores, debe existir un sustrato básico sobre el que trabajar.
Algunas maneras para redondear esas habilidades:
Lo más importante es pulsar sus deseos, sus gustos y motivaciones, qué es lo que les mueve. es esencial el conocer sus intereses y animarlos a perseguir sus sueños. Esto exige tener la mente abierta acerca de la pasión de su hijo y no forzar su propio sueño en ellos.
Algunas maneras para redondear esas habilidades:
Lo más importante es pulsar sus deseos, sus gustos y motivaciones, qué es lo que les mueve. es esencial el conocer sus intereses y animarlos a perseguir sus sueños. Esto exige tener la mente abierta acerca de la pasión de su hijo y no forzar su propio sueño en ellos.
Incentivar una mente abierta y solidaria, si algo arruina el deseo emprendedor es la frase de un padre diciéndote que encuentres "un trabajo de verdad". Nada frustra más los deseos que ese mazazo lingüístico. Si su hijo está mostrando pasión para lanzar su propio negocio – animénlo!, no apaguen su deseo. Cualquier acción que desencadene afectará la confianza de sus hijos, por lo que infundir el refuerzo positivo en sus esfuerzos empresariales dará sus frutos a medio plazo.
Invertir en los sueños de sus hijos y enseñarles a invertir también. Entendiendo por inversión el ayudarles en su camino con pequeños pasos: invertir en libros, conferencias, cursos y otros materiales de capacitación que mejoren su pensamiento y afinar sus habilidades. No es el dispendio es el tránsito hacia el objetivo.
Si es dueño de un negocio, contrate a su hijo. Desde el principio, puede enseñarle cómo administrar un negocio. Deje que su niño conozca las diferentes áreas de su negocio y desarrolle sus áreas de interés, e incluso que se forme un criterio que pueda contrastar con sus ideas. Además de valorar el esfuerzo, obtendrá una recompensa. Enséñele a administrar sus ingresos, abra una cuenta bancaria con acceso, revise los estados mensualmente. Que vean crecer su dinero cuando ahorren y que descubran que las inversiones también salen de ahí. Esto les ayudará a desarrollar un sentido de responsabilidad y aprender a invertir.
Seguro que hay más recetas para conseguir inculcar esa energía emprendedora a futuras generaciones pero estas pequeñas lecciones dosificadas con criterio pueden dar muy buenos frutos y sobre todo tienen recorrido en el medio plazo, no son flores pasajeras de un día que después de mostrar todo su potencial se marchitan.
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