Ponte en situación. Acabas de recibir una llamada telefónica del abogado de un familiar del que no sabías nada desde hace tiempo. Te ha dejado en herencia un millón de euros. El dinero está depositado en una caja fuerte de un banco suizo para que lo recojas. Sólo hay un inconveniente: la combinación de la caja fuerte se encuentra en un estuche de plata en la cima del monte McKinley, en Alaska, con una altura de 6.193 metros, la más alta de Norteamérica.
Las instrucciones son precisas: has de coronar la cima escalando y hacerte con la clave. Si cumples el cometido en un plazo de doce meses, el dinero pasará a formar parte de tu patrimonio; de lo contrario, lo pierdes para siempre.
Párate a pensarlo por un momento: ¿Lo harías? ¿Serías capaz de hacerlo? No se trata de un ascenso imposible, muchos escaladores han hecho cumbre allí; eso sí, exige planificación, preparación y entrenamiento físico y mental para conseguirlo.
Te preguntarás porque te cuento esta historia. Muy sencillo. ¿Sabes cuál es el factor más importante para el éxito? La Determinación (por conseguirlo). Hace algunos años la consultora estratégica McKinsey realizó un estudio para conocer cuáles eran los factores más relevantes a la hora de tener éxito –eso que todos deseamos–, y si bien el informe hablaba de un conjunto de factores claves, en el número uno de la lista estaba la Determinación.
¿Y qué es la Determinación? La Determinación es el compromiso con nuestras metas; la Determinación es darlo todo por una causa; la Determinación es hacer lo que haga falta el tiempo que haga falta. La Determinación no admite excusas, sólo resultados.
Sustituye en el ejemplo anterior de la montaña McKinley, la palabra cima por sueño o deseo –el tuyo propio–, y a partir de ahí tienes la ecuación hecha. La cuestión nunca es si algo es o no posible, sino cómo conseguirlo. Sólo se trata de descubrir qué hacer (por ensayo y error) y no parar.
Ya en este mismo portal de Sintetia, en el artículo Media docena de cosas que no debes olvidar, decíamos que «el precio del éxito es el precio del aprendizaje; y el precio del aprendizaje es el precio del tiempo invertido en dominar una tarea». De lo que se trata es de tener una estrategia de salida (meta), diseñar un plan, ponerse en movimiento, focalizarse y comprometerse con el resultado para cuando no haya resultados seguir buscando caminos hasta dar con la tecla. Como apunta Robert Kiyosaki, uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 9ª edición): «Comprometerse con uno mismo es la primera obligación para el éxito. Si tiene un sueño dedique los años necesarios para cumplirlo, que todo gire en torno a él. Aprenda de las personas que admira y han cumplido metas, y relaciónese con gente exitosa que pueda ofrecerle conocimiento y experiencias útiles en la vida».
Si de verdad quieres algo –y no sólo de boquilla–, nada ni nadie te va a impedir que lo consigas, lo cual no quiere decir que sea fácil. Ninguna meta que merece la pena lo es. La vida siempre nos pone a prueba, y la forma que tiene la vida de ponernos a prueba son los obstáculos. Los obstáculos son la forma que tiene la vida de ver si queremos lo que decimos que queremos; los obstáculos son la forma que tiene la vida de distinguir entre dos tipos de personas: los que dicen que quieren algo de los que realmente lo quieren. Los primeros desisten y los segundos insisten.
Si realmente sabes lo que deseas en la vida, el desánimo no es una opción. El éxito es una cuestión de perseverar cuando los demás ya han renunciado. La experiencia demuestra que muchas veces el éxito no tiene nada de especial, simplemente se trata de seguir avanzando sin pararse. Quizás por eso el escritor Honoré de Balzac decía que «la constancia es el fondo de la virtud». Quien resiste, vence. Ningún fracaso puede derrotar a la perseverancia.
Como se dice en Tu futuro es HOY (Alienta, 2ª edición): «¿Tu principal obstáculo? Que pierdas la Fe, que creas que es inalcanzable y entonces abandones. Tu mayor enemigo son las dudas sobre ti mismo. La mayoría de la gente abandona porque al no ver resultados (muchos los quieren de un día para otro), desiste. En esta vida nadie fracasa, sólo hay gente que baja los brazos».
Si deseas algo con toda tu alma, ningún obstáculo será lo suficientemente grande (por más que lo parezca) para hacerte abandonar. Acabarás rebasándolo. Siempre ha sido así a lo largo de la historia. Por el camino tendrás sentimientos de duda e inseguridad, miedos, bajones emocionales, dolores y otras muchas cosas, pero tu férrea Determinación (nada de vaguedades ni condicionalidades) por conseguir lo que quieres te hará vencerlos. Si tienes alguna duda al respecto lee el caso Rocky Balboa del que escribíamos hace ya más de cuatro años. Su historia es un claro ejemplo de de Determinación.
Francisco Alcaide Hernández
Conferenciante, formador y escritor en liderazgo y motivación
Autor del bestseller Aprendiendo de los mejores (9ª edic.) y
Tu futuro es HOY (2ª edic)
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