http://www.madrimasd.org/informacionIdi/analisis/opinion/opinion.asp?id=48306 ¿Están nuestros emprendedores preparados para emprender? La tasa de emprendimiento en España es muy baja, de un 4,3%. Esta tasa es preocupante teniendo en cuenta que la media europea es del 10,3% y aún más sabiendo la escasez de trabajos que hay en la actualidad en nuestro país. Surge la pregunta ¿por qué? ¿Por qué no hay emprendedores si no hay trabajo? ¿Por qué preferimos luchar día a día por una empresa que no es nuestra en lugar de luchar por un sueño propio? La respuesta es fácil, no nos han educado para eso.
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Todo comienza desde que vamos al colegio. En clase somos meros espectadores de lo que el profesor nos quiere contar y asentimos con la cabeza haciéndole saber que lo entendemos. Tenemos deberes que hacer en casa para que el profesor no se enfade con nosotros y no reporte a nuestros padres nuestra mala actitud, que gran recuerdo al Empleado-Jefe-Director.
Llegamos a la universidad y parece que todo cambia. Somos responsables de nosotros mismos pero la figura del profesor parece que no varía mucho. Seguimos aprendiendo cosas que nos inculcan y, esta vez sí, aparecen los trabajos en grupo, pero manteniendo el control del estudiante con una temática que nos suele venir impuesta. No existen asignaturas que nos motiven a emprender sino que se nos informa de las oportunidades de mercado laboral aludiendo a ejemplos de éxito en empresas. Nuestro objetivo es llegar a ser uno de esos estudiantes de la universidad que llegó tan lejos en esa multinacional que tanto vale y que tantos productos famosos ha vendido.
Rara vez se nos dice, "¡eh!, tú también puedes crear uno de esos productos famosos gracias a lo que estás aprendiendo aquí". Casi nunca se nos anima a tener esa actitud que ni hemos aprendido en el colegio, ni en muchas universidades, ni probablemente en casa.
La formación para emprendedores debería empezar desde que somos niños. Nuestros padres, nosotros ahora, debemos motivar a los hijos para que sean innovadores, para que tengan ganas de crear algo con sus ideas y de que sea lo más grande posible. En el colegio se podría cambiar la pregunta de ¿tú qué profesión quieres ser de mayor? por ¿qué es lo que más te gusta?, ¿qué empresa te gustaría crear? Son cuestiones aparentemente sin importancia pero que sin duda van creando la conciencia emprendedora desde pequeños.
La universidad, esa fábrica de parados en la actualidad (hace unos años la cosa no era mucho mejor, fabricaba mil-euristas). Muchas universidades no tienen ni han tenido nunca como prioridad fomentar una actitud emprendedora. Los profesores que imparten clases, los ponentes de las conferencias, son personas de gran éxito empresarial que ocupan grandes cargos en sus compañías internacionales. Resulta que cuando uno es emprendedor ocuparía el mayor de los cargos en una compañía, fundador presidente. A pesar de ello, raramente son invitados a impartir conferencias a los alumnos. Bien es cierto que a los emprendedores no les sobra precisamente tiempo, pero estarían encantados de compartir sus experiencias con otras personas.
EL EMPRENDEDOR, ESE BICHO RARO
Pero no, los emprendedores son raros. Son personas con unas ideas alocadas que tan solo se desmarcan de la sociedad para ser diferentes. Son unos ingenuos porque tratan de rivalizar con grandes competidores y eso es imposible de superar. Cuando fracasan son unos fracasados y nos solidarizamos con ellos diciéndoles que encontrarán trabajo, que no se preocupen. Este es otro de los problemas que aparecen por no haber recibido formación.
Un emprendedor es una persona que se ha animado a realizar su sueño porque cree en él. Sabe que todas las grandes empresas han nacido por una idea por lo que tiene el mismo derecho y las mismas posibilidades (si está preparado) de conseguir lo mismo. Si finalmente no es así, si finalmente fracasa (si, fracasa) habrá aprendido algo nuevo para levantarse con más fuerza aún y volver a intentarlo otra vez. Los fracasos son victorias del futuro pero, claro, eso no se enseña en la universidad. Les señalamos con el dedo y les llamamos fracasados para designarlos y en España esa palabra no tiene más que connotaciones negativas.
¿QUÉ NECESITA ESPAÑA?
Nuestro país necesita tomar medidas políticas para incluir en los sistemas de educación el emprendimiento como opción laboral. Se ha de hacer desde que somos pequeñitos en el colegio para crear una actitud emprendedora y después, en la universidad, incluir asignaturas en todas y cada una de las carreras para que enseñen las técnicas necesarias a los emprendedores. Ahora mismo existen muchos emprendedores que están pensando en tomar esta salida pero no llegan a hacerlo debido a que no saben cuáles son los pasos que han de dar para conseguirlo. Por otro lado, las instituciones han de facilitar la burocracia lo máximo posible. Los procesos burocráticos para formalizar una ampliación de capital pueden durar en España 60 días mientras que en países dónde ser emprendedor es algo normal, como en EE.UU. puede realizarse en tan sólo 76 horas.
Debido a la carencia de formación brindada por las instituciones públicas existen infinidad de cursos y eventos privados que tratan de tapar este agujero. En muchos casos estos cursos pueden ayudar mucho a los emprendedores pero antes de participar en ninguno de ellos es necesario informarse. Muchas empresas están tomando iniciativa a la hora de crear estos cursos de formación pero no cuentan con personal cualificado para impartirlos. Son los emprendedores con experiencia los que mejor pueden explicar a los nuevos cómo focalizar su trabajo para llegar al éxito, y si no llegan, explicarles claramente que un fracaso es el comienzo de un éxito.
Por lo tanto se necesita que toda la sociedad trabaje para fomentar el espíritu emprendedor, para crear en nuestro país nuevos éxitos empresariales que, sin duda, crearán muchos puestos de trabajo en el futuro. Los emprendedores forman parte de nuestra sociedad y son un valor que no debemos dejar pasar de ninguna forma ya que generarán innovación, riqueza y empleo para nuestro país.
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