El juego posibilita que cualquier protagonista se introduzca en su esencia, que al jugar se olvide del entorno serio de su vida cotidiana, comportándose sin máscaras, mostrando su personalidad y los rasgos que más transparentemente lo caracterizan y definen. En el deporte se presenta una clara variedad de comportamientos, que junto a una intensa emotividad, y variedad de sensaciones, pasa a traducirse en actitudes tan dispares y variadas como el miedo, la angustia, o la alegría desenfrenada, y la diversion.
Esto es lo que sucedió este lunes en Roland Garros. Antes de que acabara el segundo set, la lluvia obligó a interrumpir por segunda vez el partido unos minutos. Fue allí cuando David Djokovic, jugando con el portugués Joao Sousa, se dio el lujo de compartir ese momento, y hasta brindar con el “ballboy”, o alcanza pelotas. Con esta actitud, el número dos del mundo, aprovechó para meterse también en el bolsillo, al público de la central y reafirmar su confianza en el juego, cerrando el partido con tres sets consecutivos.
David Djokovic se caracteriza por su fuerte personalidad, su capacidad de decisión, fuerte autoestima y poder de concentración. Podríamos definirlo, como un jugador con gran facilidad para entrar y salir de la realidad de un partido, eligiendo un perfil optimista en la percepción del acontecimiento y sus resultados, donde siempre está presente la oportunidad de éxito.
Esto lo demuestra la proyección de una imagen de mucha confianza en sí mismo. Proyecta hacia afuera, la misma situación que siente en su interior, y esta, es una actitud fundamental con la que logra que sus adversarios nunca vean sus inseguridades y puntos vulnerables. La confianza es un estado emocional tranquilizante que se produce de la convicción de la confiabilidad del mundo externo, donde el jugador se percibe bien dispuesto en su objetivo.
Los grandes jugadores siempre exteriorizan estos sentimientos, los cuales están en relación directa con rendimientos de alto nivel. Demuestran relajación, serenidad, baja presión, una tensión altamente positiva y auto-confianza.
Julia Alvarez Iguña
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