Juan Merodio me pidió una pequeña entrevista para su libro sobre transformación digital, titulado “10 Business Factors”, disponible en formato electrónicoen su página y en Kindle. A continuación, el texto completo de las cuatro preguntas de la entrevista:
P. ¿Cuáles son para ti principales factores de negocio que influyen en el éxito de una empresa?
R. En el éxito de una empresa influyen las personas. Lógicamente, la idea tiene que tener sentido, pero a estas alturas ya he visto demasiadas ideas buenas fracasar por problemas derivados con el equipo, y demasiadas ideas mediocres o no especialmente brillantes triunfar gracias a un equipo entusiasta y comprometido. Visto así, parece una obviedad, pero tras muchos años trabajando con emprendedores y proyectos, sigo pensando que lo fundamental es saber alinear los intereses y las pasiones de las personas que participan. El liderazgo consiste en saber disponer a las personas adecuadas en las posiciones adecuadas, y sacar lo mejor de cada una. Así de sencillo… y así de complicado!
P. Si tuvieras que realizar solo una acción en una empresa para obtener resultados positivos ¿qué harías?
R. Tratar de coordinarla internamente y con el mercado utilizando como herramienta la formación. Cuando llevas más de veinticinco años trabajando con un martillo, todo lo que se mueve te parece un clavo, y ese es precisamente mi caso: cuando trabajo en formación con empresas, sé que puedo utilizar esa formación no solo para dotar a las personas de las habilidades oportunas, sino también para diagnosticar problemas, identificar carencias, corregir actitudes y crear aptitudes. Administrada de la manera adecuada, me parece una de las herramientas más potentes con las que puede contar un directivo. Y sin embargo, se utiliza poco y se menosprecia en muchísimas ocasiones: se tiende a creer que la formación es una herramienta coyuntural, que puede proporcionar cualquiera, vinculada a un tema concreto y específico, en lugar de plantearla como una cuestión de pura salud empresarial. La empresa que no se forma de manera constante y habitual es exactamente igual que la persona que no hace nada de ejercicio.
P. ¿Qué peso en % crees que tiene lo digital, en toda su amplitud, en el éxito no solo presente sino futuro de la empresa?
R. Lo digital es un componente del entorno. Ha adquirido una importancia fundamental por lo que tiene de cambio disruptivo, de modificación dimensional que deja fuera a aquellos que no la entienden, que “se la pierden”, que la desprecian pensando que “solo es una moda” cuando en realidad implica cambios dramáticos que afectan a muchísimas variables fundamentales, pero lo importante no es el conocimiento específico de lo digital, sino la sensibilidad con el entorno. No tenemos que volvernos locos adoptando todo lo digital, sino entender lo que esos cambios significan para nuestro entorno, y fundamentalmente, para quienes compran nuestros productos y servicios.
P. ¿Crees que las empresas deben hacer una transformación digital de negocio en sus compañías tanto a nivel interno como externo?
R. Por supuesto. El entorno se ha transformado, y si no lo entiendes y no te transformas para adaptarte a él, surgirán otras empresas que sí lo hagan y te desplacen del mercado. Los componentes interno y externo son una cuestión de coherencia: resulta difícil imaginarse que una compañía sea capaz de llevar a cabo un proceso de transformación que realmente altere las percepciones que el mercado tiene sobre ella, si a nivel interno no ha conseguido llevar a cabo una transformación que haga que esas percepciones sean reales. La empresa que interpreta lo digital como una capa de maquillaje fracasa sistemáticamente, y suele reforzar el gap de expectativas que sus clientes tienen sobre ella, con todo el peligro que ello conlleva. Lo fundamental son actitudes abiertas, capaces de entender que lo que sabían hasta el momento, toda su experiencia y todo el saber hacer acumulado a lo largo de una vida profesional puede convertirse en inútil si no se logra evolucionarlo con el mercado. La experiencia es un grado, pero para que de verdad se convierta en una ventaja competitiva hay que dotarla cada vez más de componentes de sensibilidad con los cambios del entorno que la maticen y la orienten. Lo digital es uno de esos componentes, el protagonista y responsable de una desmesurada cantidad de los cambios que estamos viviendo en las últimas décadas a todos los niveles, y las empresas que lo ignoren o pretendan que no merece atención, fracasarán.
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