Dolors Reig (dreig) | Thursday, January 12th, 2012 | 1 Comentario / Referencia »
La semana pasada nos asustaba a unos/as cuantos/as un estudio en el British Medical Journal que llegaba a la conclusión de que el declive de nuestras capacidades cognitivas empieza a los 45. Pues bien… puede ser así en cuanto a memoria, velocidad de razonamiento, etc. (de hecho el deterioro en estos temas empieza antes pero el estudio parte de una muestra de edad mínima de 45) pero en otros aspectos ligados al aprendizaje, evidentemente y como se sabe desde hace tiempo, no es así.
El vocabulario, por ejemplo, se desmarca de los resultados del estudio, así que escritores y blogueros, comunicadores en general tranquilos: las capacidades cognitivas en cuanto a lenguaje durarían bastante más, por lo menos hasta los 60, que hasta ahora eran los años de excelencia cognitiva que se nos pronosticaban.
Tampoco se es peor a partir de los 45 en otros aspectos, sobre todo los más vinculados a la inteligencia emocional. La sensación de mayor competencia nos hace en general más felices, más capaces de controlar nuestras emociones, más valientes, con menos neurosis (o miedos irracionales), más abiertos a nuevas ideas, más reflexivos y más flexibles, como muchos de los que hayáis tenido la suerte de compartir momentos con gente de avanzada edad habéis podido disfrutar.
Todo ello porque parece que sí, que podríamos volvernos más resilentes, más capaces de acentuar lo positivo y eliminar lo negativo de nuestros cerebros con la edad. Así lo muestran otras investigaciones, como las de investigadores de la Universidad de Wisconsin que utilizando técnicas de neuroimagen encontraban que en gente joven la amígdala, vinculada a las emociones, se activaba en mayor medida que en adultos cuando se les exponía a ambos a imágenes negativas. Si bien se reaccionaba igual ante estímulos positivos (imágenes agradables), los adultos tenían la habilidad de reducir la aparición de emociones negativas.
Un estudio en 2011 iba en el mismo sentido: ante imágenes neutrales los mayores eran más proclives a positivizar las cosas.
Puede que la explicación, en términos de neurobiología, esté en que a partir de ciertas edades hemos tenido la oportunidad de aprender cómo afrontar muchas más cosas, creando nuevos circuitos neuronales para muchas más situaciones. Como siempre he pensado, debemos dejar actuar más a los jóvenes y preguntar más a los mayores…
En fin… volviendo al tema original del artículo, creo que no se refería tanto al aspecto emocional, del cual, al fin y al cabo no se habla en el estudio del BM, como al tema cognitivo. En este sentido también existe evidencia de que contra la creencia popular de que perdemos neuronas, la materia blanca, los nervios y neurotransmisores presentes en la denominada sustancia mielínica continúan aumentando con la edad. Es lo que lo científicos denominan reserva cerebral. El célebre estudio de los taxistas en Londres así lo indicaría: cuanto más experimentado es el taxista, mayor es la zona de su hipocampo, área vinculada a la memoria.
El estudio de BMJ olvida, además, controlar factores que claramente han demostrado poder reducir los efectos del envejecimiento neuronal. Cosas como la obesidad, la ausencia de ejercicio físico, la falta de estímulos intelectuales acentúan el deterioro.
Afortunadamente, como veremos en un artículo posterior, no son estímulos cognitivos lo que nos falta en internet. Tampoco sociales, elemento que también otros muchos estudios han mostrado como fundamental.
En este sentido puede resultar buen colofón a este artículo la charla Ted que veía anoche, sobre los factores que predisponen, si no a la longevidad, sí a un envejecimiento más feliz:
Singh-Manoux, A., Kivimaki, M., Glymour, M. M., Elbaz, A., Berr, C., Ebmeier, K. P., Ferrie, J. E., et al. (2012). Timing of onset of cognitive decline: results from Whitehall II prospective cohort study. BMJ, 344(jan04 4), d7622-d7622. doi:10.1136/bmj.d7622
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