“Siempre ganar y nunca perder no puede ser”. La vida es
un mar de alegrías y tristezas, aciertos y errores, éxitos y fracasos,
con sus pleamares y bajamares. Los auténticos deportistas
aprenden, desde pequeños, a saber ganar y a saber perder. Se
juega para ganar y se aprende, pero cuando se pierde se aprende
más.
Saber competir, ganar y perder… sin ansiedadEl miedo al fracaso y el algo más complicado miedo al éxito tienen sus raíces
en lo que podríamos denominar ansiedad al competir. La competición existe en
el mundo simultáneamente a la cooperación. Desde pequeños cooperamos y
competimos con nuestros hermanos, amigos y compañeros de trabajo. El competir
con o sin ansiedad está fuertemente ligado al aprendizaje con nuestros padres y
a los mensajes recibidos, fortaleciendo o no nuestra autoestima y haciéndonos sentir
bien, o mal, ganando o perdiendo, respectivamente.
A los obsesionados con ganar es bueno recordarles que hay dos dramas en la vida: uno
A los obsesionados con ganar es bueno recordarles que hay dos dramas en la vida: uno
es no lograr un objetivo deseado; el otro, lograrlo. Ni ganar es tan bueno ni perder es
tan malo. No hay que bajar en autoestima al perder ni subir en prepotencia al ganar,
sino aprender en cada caso, y siempre estar a gusto consigo mismo.
Lo que genera el miedo al fracaso y el miedo al éxito es no tener resuelto el
Lo que genera el miedo al fracaso y el miedo al éxito es no tener resuelto el
dilema de competir, ganar y perder con una ansiedad normal (necesaria),
no excesiva (superflua).
El miedo al fracasoReside en el supuesto básico, consciente o inconsciente, de que hay que ganar
en todo. Ganar es la mejor dicha, y perder, la peor desdicha: ser César o nada. Esto
genera en unas personas una obsesión compulsiva por “ganar” que, a veces,
termina influyendo en “perder” (extravertido compulsivo). Y en otras, que rehúyan competir
por miedo a no estar a la altura y no poder lograr sus metas (tímido introvertido).
La ansiedad superflua está ligada a la inadecuación entre nuestras capacidades y
La ansiedad superflua está ligada a la inadecuación entre nuestras capacidades y
objetivos en la vida. Debemos tratar de “ganar”, pero sin que se resienta nuestra
autoestima si “perdemos” o nos equivocamos ocasionalmente; y sin que nos lo
creamos demasiado en los aciertos y “éxitos” cuando “ganamos”.
El miedo al éxitoReside en el supuesto básico, consciente o inconsciente, de que solo se puede
triunfar o alcanzar el éxito a costa de otros, pisando el camino a los demás: Yo
gano, tú pierdes. Es el complejo de Macbeth, que, en su tragedia, terminó
asesinando a todos sus potenciales competidores en su sangriento camino hacia
el trono, ya fueran amigos o enemigos. La corona descansa sobre una cabeza
atormentada por una ambición insaciable y por el sentimiento de culpa sobre cómo
logró sus éxitos.
De esta forma, el éxito viene acompañado de la necesidad de deshacer lo que se
De esta forma, el éxito viene acompañado de la necesidad de deshacer lo que se
ha hecho. Se pone en marcha la conducta opuesta a la que llevó al éxito. Cuando este
está a punto de alcanzarse, la persona se sabotea a sí misma, evitando así el éxito
culpable. Esto se observa en muchos actos, aparentemente fallidos, que cometen
algunas personas, estropeando el resultado en el momento en que estaba a punto
de ser alcanzado. Más que traicionarnos, el inconsciente nos guía.
ConclusiónEl miedo al fracaso (si tú ganas, yo pierdo), el miedo al éxito (si yo gano, tú pierdes)
y sus raíces de no saber competir, ganar y perder se basan en considerar las
situaciones como juegos de suma cero, donde si uno gana, el otro pierde. Así ocurre
a veces, pero la mayoría de los juegos son de suma no nula, donde cooperación y
confianza inteligentes generan opciones gana-gana a ambas partes.
Quienes practican el juego yo gano, tú pierdes olvidan que en todos estos juegos
Quienes practican el juego yo gano, tú pierdes olvidan que en todos estos juegos
aparece siempre un tercer jugador, que es la vida. Esta nos enseña a ganar y a
perder, y termina por colocarnos en el lugar que nos corresponde y que nosotros
mismos hemos buscado.
ESTRATEGIA
José Medina, presidente de Odgers Berndtson Iberia.
Artículo publicado en Executive Excellence nº105 sep13
No hay comentarios:
Publicar un comentario