lunes, 2 de noviembre de 2015

¿Cambio de hábitos?

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Hasta hace poco se pensaba que modificar y automatizar un hábito requería 21 días. 

¡Demasiado optimismo! Un estudio reciente de Jane Wardle, del University College 

de Londres, publicado en European Journal of Social Psychology, afirma que para 

convertir un nuevo objetivo o actividad en algo automático, de tal forma que no 

tengamos que tirar de fuerza de voluntad, necesitamos 66 días.

Sinceramente, ¡qué más da que sean 21 o 66! Lo interesante es que somos capaces 

de aprender, entrenar y modificar lo que elijamos y deseemos. El número de días es 

relativo. Depende de factores como la insistencia, perseverancia, habilidades, de las 

variables psicológicas de la personalidad y del interés. El cambio ronda en torno a 

los dos meses y pico. ¿Qué son dos meses en el ciclo de nuestra vida? Nada. Se 

necesita ese tiempo para ser capaces de dar el cambio que deseamos. Y esto nos 

hace libres y poderosos.

Diez consejos para empezar con lo que desee:

1. Elija su propósito y conviértalo en su proyecto. Seguro que, si 

confecciona una lista, se dará cuenta de que tiene muchas inquietudes. Pero no 

podemos cambiar o embarcarnos en todo a la vez. Olvide su cerebro multitarea y no 

quiera modificar todo de golpe. Cuando consiga automatizar el primero, pase al 

segundo.

2. Reflexione sobre su meta. Si contesta a las siguientes preguntas en relación a 

su objetivo, su compromiso con él aumentará: ¿qué quiero?, ¿por qué?, ¿para qué? 

y ¿con qué? El "con qué" hace referencia a sus fortalezas, valores y actitud para 

lograrlo. Cuando se enfrenta a algo nuevo, y dado que eso supone salir de la zona 

confortable, es recomendable tener la seguridad y la confianza de que está 

preparado, que tiene capacidad y que va a poder lograrlo. Aunque sea difícil.

3. Hágale hueco. Sea lo que sea lo que desea aprender o iniciar, necesita tiempo. 

Si no le busca un espacio en su agenda y lo convierte en rutina, lo normal es que 

termine postergando lo que ahora no forma parte de su vida.

4. Resáltelo. Todo aquello que no forma parte de nuestro orden habitual es fácil 

olvidarlo. Si tiene una agenda, márquelo con fosforito. Si utiliza la alarma del móvil, 

póngase una diaria con el nuevo objetivo. No abuse de su memoria o del "debería 

acordarme".

5. Rodéese de todo lo necesario, así no tendrá excusa para no 

empezar. Por ejemplo, si está a dieta, compre los alimentos del régimen; si 

empieza a hacer deporte, busque la ropa que va a ponerse, o si se inicia en la 

fotografía, prepare el material.

6. Empiece hoy. No hay ningún estudio con rigor científico en el que se relacione 

el lunes o el primero de enero exclusivamente con el comienzo de un nuevo hábito. 

El martes o el jueves son tan buenos días como cualquier otro. Retrasar todo para el 

lunes es otra manera de postergar y de dejar que la pereza venza a su fuerza de 

voluntad. El mejor día para iniciar algo es hoy.

7. Emociónese. Las emociones avivan el recuerdo, le producen bienestar, y estar 

apasionado con lo que se hace fideliza el hábito. Busque cómo se siente, lo que va a 

conseguir, cómo mejorará su vida personal o profesional. Disfrute y esté presente.

8. No escuche a la voz interna que le dice que está cansado, que qué 

sentido tiene y que la vida tiene cuatro días y son para disfrutarlos. Nuestro cerebro 

está muy entrenado para buscar excusas y seguir en la zona confortable. Esa voz 

interior es muy pesada y puede llegar a ser muy convincente.

9. Sea disciplinado. Tómese en serio su hábito. Tomarlo en serio no significa que 

se ponga serio, sino que sea una prioridad para usted, algo a lo que dedicarle su 

valioso tiempo. Y que ocupe un lugar especial en su agenda.

10. Convierta su nuevo hábito en su filosofía de vida. Esto le dará otra 

dimensión y calma. No se trata de aprender algo ya, sino de que lo disfrute y sepa 

que tiene toda la vida para practicarlo. Si, por ejemplo, ha decidido empezar con la 

actividad física, no se sienta mal si un día falla. Tiene mañana, pasado y toda la vida 

para hacerlo. No se trata de llamar a la culpabilidad. Esa emoción no arregla nada. 

Solo hay que ser disciplinado y tener serenidad. Si de verdad es algo importante, 

mañana volverá a la carga. No es todo o nada. Se trata de incorporar algo bueno 

para cada uno y encajarlo en la vida para disfrutarlo, no para que sea un 

sufrimiento más en el caso de no poder cumplirlo un día.

Fuente: El Pais Semanal


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-- 
Jaume Guinot
Psicòleg col·legiat 17674

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