¿Y si el único que no manda en tu trabajo eres tú?
DESARROLLO DE CARRERA
Mucho jefe para poco indio. Así se define un exceso de jerarquía al que no son ajenas las organizaciones matriciales: aquí todos y ninguno mandan. Tendrás que organizarte si no quieres descuidar tu trabajo.
En una barca a la deriva plagada de jefes, el remero es el incompetente. Puede sonar a chiste, de hecho lo es, pero no resulta nada excéntrico pensar en un mundo en el que los jefes superen en número a los empleados. La antítesis al panorama sin jefes -holacracia- que ya propugnan algunas start up, está más cerca que nunca. Las empresas más tradicionales siguen apostando por este modelo, y las organizaciones matriciales, con una línea de reporting funcional que traspasa fronteras, también implican rendir cuentas a otras personas para que todo funcione.
Quién quiere qué
Camilla Hillier-Fry, socia de People Matters, señala que este tipo de estructuras complica el reporte, "porque el empleado necesita atender tanto al superior funcional como al local, de manera continua. La productividad de los profesionales tiene que medirse en términos de resultados y éstos deben negociarse y acordarse entre el empleado y el jefe. Se trata de medir la contribución del profesional y los equipos a los objetivos de la compañía".
Gestionar distintas opiniones, críticas y alguna albanza formará parte de tu trabajo diario
Este sistema lleva implícita otra actitud: la responsabilidad. José Manuel Chapado, socio de Éthica Consultores, aclara que en esta situación las peticiones llueven por todos lados y quienes las reciben "deben dar prioridad a lo que consideran más esencial, conjugando urgencia e importancia según su propio y leal criterio". José Ignacio Jiménez, socio de Talengo, ofrece una receta: "Lo urgente tiene que ver con lo táctico y el día a día; es la actividad del corto plazo, la atención a un cliente, un tema de financiación o cash flow. Es la gestión de la cuenta de resultados pero priorizando siempre el ingreso. Lo verdaderamente importante, por su parte, está relacionado íntimamente con lo estratégico y, por lo tanto, con el medio y largo plazo. Es más el 'qué' del trabajo".
La teoría parece clara. Ponerla en práctica, no tanto. Lo más fácil es caer en la redes del reporting y descuidar tu trabajo, aquello para lo que has sido contratado, el valor que aportas y por el que te pagan. Quien vive esto en directo cada día es Óscar Massó, director de estrategia de Sodexo BI. Afirma que en su trabajo diario "hay tantas estrategias como jefes. Lo que no debe buscarse es agradar a toda costa. En ocasiones incluso hay que 'tensar' la cuerda para obtener lo mejor de nuestros jefes".
Y, si se trata de gestionar a los jefes, quien también cuenta su experiencia es Alfonso del Gallo, director general de Experian Marketing Services: "Se deben conocer los objetivos de los jefes, que han de estar abiertos a compartir. Suele ser un elemento importante, ya que en la medida en que se sea capaz de alinear y compartir objetivos, estos serán más fáciles de conseguir, si afectan de manera positiva a ambas partes. Estar dispuesto a ayudar y estar abierto al cambio también es crucial".
En ocasiones conviene 'tensar' la cuerda para obtener lo mejor de los jefes que te rodean
Lo que sí puede ayudarte en un mundo de jefes es identificar a aquellos que más te aportan. Andrés Fontenla, director general de Fontevalue Consulting, asegura que es "el supervisor que te reta y consigue llevarte a tus mejores decisiones y más alto nivel de desempeño. Es el que más conviene frecuentar, al margen de que puedas cuestionarte sus modos o incluso constatar que sus intereses no son necesariamente de inspiración altruista".
Gestionar distintas opiniones, críticas y alguna albanza formará parte de tu trabajo diario
En ocasiones conviene 'tensar' la cuerda para obtener lo mejor de los jefes que te rodean
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