Debemos aprender a sacar nuestra sonrisa verdadera, porque este enmascaramiento solo nos hará sufrir más. Nunca dejes de sonreír, pero sonreír de verdad. Las sonrisas sinceras serán las que de verdad funcionen, las que te harán mostrar la felicidad que realmente te embriaga.
Comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo
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