Científicos de varias universidades están experimentando de forma exitosa con la neuroestimulación. Han demostrado los efectos beneficiosos de esta técnica para las capacidades cognitivas.
¿Quieres ser más listo y pensar mejor? Hasta ahora tener la habilidad de pensar bien y rápido era algo con lo que se nacía o no. Es posible que de aquí a poco tiempo esto cambie, aunque de momento es sólo una posibilidad. Neurocientíficos de varias instituciones han experimentado con éxito la posibilidad de potenciar la actividad cerebral recurriendo a la electroestimulación, procedimiento que ha sido bautizado con el más que previsible nombre de neuroestimulación.
El proceso se aprovecha del funcionamiento de nuestra mente. Aunque no lo notemos, lo hace a base de pequeños impulsos eléctricos que se producen constantemente. Es algo que ya sabíamos y a lo que la ciencia le lleva décadas dando vueltas, pues si podemos manejar la electricidad a todos los niveles, ¿por qué no hacerlo también cuando ésta fluye por nuestro cerebro?
De ahí al descubrimiento de la neuroestimulación había sólo un paso. Era necesario tener voluntarios para experimentar, pero no han faltado. Desde luego no es agradable que alguien te coloque unos electrodos en la cabeza y te dé calambre, pero no te preocupes, es algo totalmente indoloro. Por ello las pruebas han ido sobre ruedas desde el principio, o así lo dice el compendio de resultados publicados en Science Translational Medicine.
La corriente alterna de baja intensidad, de entre 1 y 2 miliamperios, se introduce desde unas pequeñas pilas hasta nuestro cerebro a través del cuero cabelludo, todo gracias al proceso conocido como estimulación transcraneal de corriente continua. Este nombre, abreviado en neuroestimulación, esconde tras de sí la madre del cordero: gracias a estas pequeñas corrientes, el paciente cero ha experimentado mejoras en su capacidad de atención y reacción.
Lincoln, un anodino desarrollador de software estadounidense, no ha sido el único voluntario que ha probado los beneficios de esta nueva técnica. Los propios científicos que están experimentando con la electroestimulación cerebral se han aplicado a ellos mismos el procedimiento. Han compartido sus descubrimientos de manera global, lo que tranquiliza bastante; si nos vamos a someter a ello en el futuro, mejor que antes lo prueben en sus propias carnes los padres de la criatura.
Dicho esto, no se dejen llevar por el entusiasmo. Aunque hay compañías que venden todo los necesario para probarlo en casa, los investigadores advierten del riesgo que conlleva. Jugar con el electricidad no es recomendable en ningún caso; hacerlo con electrodos conectados a tu cabeza, aún menos. Mucho cuidado con cuánta corriente usas, aunque lo mejor es no usar ninguna si no eres especialistas en la materia.
La electroestimulación está de moda, sólo que hasta el momento únicamente se había probado eficaz para estimular la capacidad motora. Se utiliza sobre todo en rehabilitación, pero también en un creciente número de programas de pérdida de peso. Sus beneficios son muchos y muy conocidos, aunque la utilización intensiva de forma poco ética ha dado lugar a controversia al respecto.
Si la investigación continúa su camino, es posible que poco tiempo veamos anuncios prometiendo mejores en el aprendizaje y las capacidades cognitivas gracias a la neuroestimulación. ¿Quién se resistiría a ser más listo sin tener que memorizar o trabajar durante horas? Desde luego muy poca gente, aunque la utilidad más prometedora no es esta, sino la rehabilitación posterior a lesiones cerebrales.
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