Se acerca un mundo donde parece que interactuar con otro humano va a ser una opción y no una obligación. Amazon anunció el 5 de diciembre que abrirá una tienda de comestibles en Seattle, Washington, a principios de 2017, donde los clientes podrán entrar, recoger los artículos que quieren comprar y salir. Para lograr esto, Amazon lanzará una aplicación llamada Amazon Gopara visitar sus tiendas Amazon Go (siempre tan prácticos) en la que los clientes le indicarán a la tienda que están merodeando por ella.
A través de sensores, visión por computadora y ‘deep-learning’, es capaz de rastrear a esos potenciales clientes a medida que se mueven por la tienda, registrando automáticamente qué artículos van capturando. Si los clientes cambian de opinión acerca de un artículo, solo tienen que devolverlo a la estantería y Amazon lo eliminará de la lista provisional de compra. Los clientes serán rastreados mientras se mueven por los pasillos. Big-Data al canto. Una evolución sofisticada que implementaron hace años Home Depot yWal-Mart con el auto-pago, y que ahora está en infinidad de supermercados del planeta.
Curioso ver el video de IBM que mostraba un supermercado similar hace 10 años. También es relevante saber que Tesco intentó algo parecido en UK hace un tiempo con escaso éxito. A veces lo importante es cuando y no qué. Amazon acierta normalmente en el punto de inflexión. ¿Quién no ha deseado entrar en un supermercado, coger lo que quieres y salir sin hacer cola ni atender al pago? Más o menos lo que se ha ido sucediendo en otros sectores como el taxi o los hoteles que ya te permiten indicar el uso que vas a hacer, hacerlo y esperar que te cobren otro día.
Curioso ver el video de IBM que mostraba un supermercado similar hace 10 años. También es relevante saber que Tesco intentó algo parecido en UK hace un tiempo con escaso éxito. A veces lo importante es cuando y no qué. Amazon acierta normalmente en el punto de inflexión. ¿Quién no ha deseado entrar en un supermercado, coger lo que quieres y salir sin hacer cola ni atender al pago? Más o menos lo que se ha ido sucediendo en otros sectores como el taxi o los hoteles que ya te permiten indicar el uso que vas a hacer, hacerlo y esperar que te cobren otro día.
El problema, de nuevo, el empleo. Sólo en Estados Unidos casi 4 millones de personas son cajeros de supermercado. Hay otros casi 5 que son vendedores al por menor y casi 2 y medio que realizan reposiciones y transporte por encargo de estos comercios. Parece que Amazon va a por ellos. De hecho ya utiliza robots en sus almacenes. Los humanos solo intervienen cuando el paquete llega a un punto en el que es precisa su intervención pero también está trabajando en la creación de robots que escaneen estantes a fin de preparar esos productos para el envío ellos mismos. Al invertir el proceso también servirán para reponer los estantes que se vayan vaciando por cierto. Robots ayudando a robots. Venta inhumana. Ni un ser humano allí dónde hace unos minutos había millones de empleos. Ese es el problema. La velocidad en la que todo se está produciendo.
Recientemente el tío Trump ganó unas elecciones prometiendo empleo masivo en su país. ¿Les suena? Es la promesa de siempre. La hacen todos. ¿Quién votaría a un partido que asegurara que el empleo se va a reducir? No ganaría pero sería sincero. Sin embargo, sin abandonar la idea de que el empleo se va a reducir, la cuestión está en como lo vamos a gestionar y que modelo laboral nos tiene que ir quedando con el tiempo. Hay países que ya lo están notando de manera seria. La automatización y robotización va a diferentes velocidades y quien primero la pone en práctica antes se da cuenta del tamaño del problema.
Hay países en el que el asunto en cuestión no parece ocupar a nadie que tenga responsabilidades serias. Como mucho algún titular descontextualizando el asunto por lo llamativo de poner un robot en el paquete de noticias curiosas del día de cualquier informativo. Pero el problema es tremendo. Lo es porque las medidas que me temo se van a tomar son las que ya conocemos y que se tomaron en otros momentos de la historia reciente. Mete pasta en sectores con mucho empleo para que no se destruya (y no tenga movilizaciones callejeras) aun a costa de que lo paguen todos los contribuyentes y se mantenga un negocio en franco retroceso. ¿Les suenan los Plan E o los PIVE?
La idea más acertada es, de nuevo, abrazar la tecnología y buscar el punto exacto dónde el ser humano es más eficiente y valioso. Yo pagaría más por tratar con un vendedor. Sólo dejaría de pagar ese extra cuando tengo prisa o no tengo ganas de que me mareen. Si lo que busco es un trato cercano, detallado, cuidadoso con mis necesidades, espero un empleado para ello, no un robot, de momento.
La nueva experiencia de compra de Amazon tal y como la están publicando parece una certificación detallada de la destrucción masiva de empleos en el sector de los supermercados y no debería de ser así. La capacidad de ofrecer un servicio que muchos clientes precisas, rapidez y falta de interferencias entre selección y compra, comodidad diría yo, puede compartirse con otros nuevos servicios a ofrecer por seres humanos en esos mismos centros comerciales. La venta al por menor lo requiere ahora y lo requerirá siempre pero, de nuevo es evidente, el empleo no se debería a destruir aquí, sino que se debería de transformar. O menos tiempo trabajando u otro modo de hacerlo. Esa es la clave.
Si es más eficiente coger un producto, metértelo en el bolso e irte sin decir nada a nadie sabiendo que ya te llegará la factura a tu aplicación, que esperar en una cola para pagar, al final será. Eso es indiscutible. Ante la eficiencia, lo económico y la falta de fricción siempre gana una máquina, un robot, un automatismo. Si la moneda es sólo esa, perderemos. Si la divisa es otra, relación, proximidad, creatividad, menos tiempo trabajando en aspectos puramente humanos por un sueldo similar, ganamos. De eso se trata, de que se empiecen a preparar países, empresas y personas a esa nueva competición. La que nos interesa. La otra es cosa de robots.
Recientemente el tío Trump ganó unas elecciones prometiendo empleo masivo en su país. ¿Les suena? Es la promesa de siempre. La hacen todos. ¿Quién votaría a un partido que asegurara que el empleo se va a reducir? No ganaría pero sería sincero. Sin embargo, sin abandonar la idea de que el empleo se va a reducir, la cuestión está en como lo vamos a gestionar y que modelo laboral nos tiene que ir quedando con el tiempo. Hay países que ya lo están notando de manera seria. La automatización y robotización va a diferentes velocidades y quien primero la pone en práctica antes se da cuenta del tamaño del problema.
Hay países en el que el asunto en cuestión no parece ocupar a nadie que tenga responsabilidades serias. Como mucho algún titular descontextualizando el asunto por lo llamativo de poner un robot en el paquete de noticias curiosas del día de cualquier informativo. Pero el problema es tremendo. Lo es porque las medidas que me temo se van a tomar son las que ya conocemos y que se tomaron en otros momentos de la historia reciente. Mete pasta en sectores con mucho empleo para que no se destruya (y no tenga movilizaciones callejeras) aun a costa de que lo paguen todos los contribuyentes y se mantenga un negocio en franco retroceso. ¿Les suenan los Plan E o los PIVE?
La idea más acertada es, de nuevo, abrazar la tecnología y buscar el punto exacto dónde el ser humano es más eficiente y valioso. Yo pagaría más por tratar con un vendedor. Sólo dejaría de pagar ese extra cuando tengo prisa o no tengo ganas de que me mareen. Si lo que busco es un trato cercano, detallado, cuidadoso con mis necesidades, espero un empleado para ello, no un robot, de momento.
La nueva experiencia de compra de Amazon tal y como la están publicando parece una certificación detallada de la destrucción masiva de empleos en el sector de los supermercados y no debería de ser así. La capacidad de ofrecer un servicio que muchos clientes precisas, rapidez y falta de interferencias entre selección y compra, comodidad diría yo, puede compartirse con otros nuevos servicios a ofrecer por seres humanos en esos mismos centros comerciales. La venta al por menor lo requiere ahora y lo requerirá siempre pero, de nuevo es evidente, el empleo no se debería a destruir aquí, sino que se debería de transformar. O menos tiempo trabajando u otro modo de hacerlo. Esa es la clave.
Si es más eficiente coger un producto, metértelo en el bolso e irte sin decir nada a nadie sabiendo que ya te llegará la factura a tu aplicación, que esperar en una cola para pagar, al final será. Eso es indiscutible. Ante la eficiencia, lo económico y la falta de fricción siempre gana una máquina, un robot, un automatismo. Si la moneda es sólo esa, perderemos. Si la divisa es otra, relación, proximidad, creatividad, menos tiempo trabajando en aspectos puramente humanos por un sueldo similar, ganamos. De eso se trata, de que se empiecen a preparar países, empresas y personas a esa nueva competición. La que nos interesa. La otra es cosa de robots.
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