La dopamina es un neurotransmisor encargado de varias funciones en los seres humanos, entre ellas el movimiento, la memoria, los sistemas de recompensa (sensaciones placenteras), el comportamiento y la cognición, la atención, el sueño, el humor y el aprendizaje. Es clave también en Economía, ya que ayuda a definir el valor que le damos a los bienes y servicios en el mercado, y con ello la cantidad de dinero que estamos dispuestos a pagar por ellos.
Descubierta hace medio siglo por los investigadores suecos Carlsson y Hillarp, sin ella es imposible experimentar curiosidad o motivación, y la necesitamos para enamorarnos, para sentirnos rebosantes de optimismo, para apreciar la belleza de un cuadro, y también para pagar altos precios por determinados productos. Tanto el exceso como la deficiencia de esta substancia química vital son la causa de varias enfermedades. El Parkinson y la drogadicción son algunos ejemplos de problemas asociados a niveles anormales de dopamina.
Descubierta hace medio siglo por los investigadores suecos Carlsson y Hillarp, sin ella es imposible experimentar curiosidad o motivación, y la necesitamos para enamorarnos, para sentirnos rebosantes de optimismo, para apreciar la belleza de un cuadro, y también para pagar altos precios por determinados productos. Tanto el exceso como la deficiencia de esta substancia química vital son la causa de varias enfermedades. El Parkinson y la drogadicción son algunos ejemplos de problemas asociados a niveles anormales de dopamina.
Yendo a lo que interesa a la Economía, la dopamina afecta notablemente en el proceso de toma de decisiones, en especial en las llamadas curvas de utilidad del individuo (gustos y preferencias), influyendo a la hora de elegir entre una opción u otra de compra.
Resulta que este neurotransmisor influye en la sensación de placer en el cerebro, y por lo tanto, moldea los gustos y preferencias de los consumidores. Su secreción se da durante situaciones agradables y le estimula a uno a buscar aquella actividad, ocupación o bienes y servicios agradables.
Resulta que este neurotransmisor influye en la sensación de placer en el cerebro, y por lo tanto, moldea los gustos y preferencias de los consumidores. Su secreción se da durante situaciones agradables y le estimula a uno a buscar aquella actividad, ocupación o bienes y servicios agradables.
Se considera a la dopamina como "centro del placer", ya que regula la motivación y el deseo y hace que repitamos conductas que nos proporcionan beneficios o placer. Se libera tanto con estímulos agradables como con desagradables, haciendo que demandemos más de algo, o que los evitemos si el resultado es desagradable. Es muy estudiada también en el caso de adicciones.
El buen funcionamiento de la economía necesita de personas con niveles de dopamina óptimos. El estrés, por ejemplo, disminuye los niveles de dopamina, al igual que el sueño insuficiente (menos de 7 horas diarias). Si no se duerme bien, los niveles de dopamina también aumentarán (y mucho) pero no para hacernos sentir bien, sino al contrario. Otro gran aliado de buenos niveles dopaminérgicos es el ejercicio físico moderado-regular. La meditación también aumenta los niveles de dopamina.
Sistema de Recompensa
El sistema de recompensa en el cerebro se activa frente a un estimulo externo, enviando señales mediante conexiones neuronales, para que se liberen los neurotransmisores responsables de sensaciones placenteras, como la dopamina y la oxitocina.
Su objetivo es claro: hacer que queramos repetir uno o más comportamientos, como forma de asegurar la existencia. Por ejemplo, la sensación placentera que sentimos al tener sexo o comer algo delicioso, hace que queramos repetir la acción, asegurando la supervivencia de la especie mediante la reproducción y/o consumo de alimentos. Es decir, para la Economía la dopamina es de importancia vital, al ser uno de los principales responsables en modelar las curvas de preferencia del consumidor, y con ello el sistema de valoración-precios completo de la economía.
A diferencia de otras actividades, como por ejemplo el habla o pensamiento lógico, el sistema de recompensas no está centralizado en solo una zona del cerebro, sino que está diversificado en cinco áreas:
- Amígdala: regula emociones.
- Núcleo Accumbens: controla liberación de dopamina.
- Área Tegmental Ventral: libera dopamina.
- Cerebelo: controla funciones musculares.
- Glándula Pituitaria (hipófisis): libera endorfinas y oxitocina, es responsable del alivio del dolor, y emociones como el amor y los lazos positivos, entre otras.
Todas estas zonas del cerebro funcionan como un circuito bien aceitado que capta la acción y genera la sensación de agrado-placer, todo mediante un veloz proceso en estas cinco diferentes estructuras cerebrales. Además, el sistema de recompensa no sólo responde con placer o bienestar ante una acción o actitud, sino que también es responsable de aprender ese comportamiento para luego repetirlo, asociándolo a la sensación agradable.O sea, el sistema de recompensa es clave para el Marketing (hacer que el cliente vuelva, la fidelidad a la marca, etc).
Dopamina y valor económico
Cuando se potencian los efectos de la dopamina, se hace evidente cómo este componente químico del cerebro afecta a la toma de decisiones, al influir sobre las expectativas de agrado-placer. Cuando consideramos opciones de compra, la dopamina tiene un papel clave en la señalización de la utilidad (placer) esperada de esos posibles eventos futuros.De esta forma, el estudio de la dopamina se vuelve clave para la Microeconomía, al ser el conducto más importante en la determinación del valor económico de cualquier bien o servicio.
En un experimento reciente del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging, del Colegio Universitario de Londres, los investigadores examinaron estimaciones de placer antes y después de la administración a humanos de un fármaco llamado L-DOPA, conocido por aumentar el funcionamiento de la dopamina en el cerebro, y que también se utiliza en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.
Los 61 participantes del estudio tenían que valuar sus expectativas de felicidad si se iban de vacaciones a cada uno de 80 destinos, desde Tailandia a Grecia. Se les proporcionaba L-DOPA o placebo y se les pedía que se imaginaran de vacaciones en estos destinos.
Las valoraciones de determinados destinos aumentaron fuertemente después de que fueran recreados bajo la influencia de L-DOPA. Los investigadores pensaban que la dopamina aumentaría las expectativas de placer de los participantes, pero se sorprendieron de la fuerza de este efecto. El aumento duró al menos 24 horas y fue evidente en casi el 80 por ciento de las personas", concluyó el estudio del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging, del Colegio Universitario de Londres en Reino Unido, publicado en la revista Current Biology.
Las valoraciones de determinados destinos aumentaron fuertemente después de que fueran recreados bajo la influencia de L-DOPA. Los investigadores pensaban que la dopamina aumentaría las expectativas de placer de los participantes, pero se sorprendieron de la fuerza de este efecto. El aumento duró al menos 24 horas y fue evidente en casi el 80 por ciento de las personas", concluyó el estudio del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging, del Colegio Universitario de Londres en Reino Unido, publicado en la revista Current Biology.
Concluyendo
Sin lugar a dudas, el estudio de los circuitos de la dopamina en el cerebro es de importancia vital para la Economía y el Management, al ser este neurotransmisor uno de los principales responsables en modelar las curvas de preferencia del consumidor, y con ello todo el sistema de valoración-precios de la economía.
De esta forma, en las próximas décadas, el estudio del cerebro, y en especial del sistema de recompensa cerebral, serán de gran importancia para aggiornar el Marketing y la Microeconomía a la revolución que se viene dando con las Neurociencias, a partir del boom de la tecnología en neuroimágenes y demás avances experimentales neuro. ¿Impactará toda esta nueva evidencia empírica en el corpus teórico económico tradicional? Quién sabe.
De esta forma, en las próximas décadas, el estudio del cerebro, y en especial del sistema de recompensa cerebral, serán de gran importancia para aggiornar el Marketing y la Microeconomía a la revolución que se viene dando con las Neurociencias, a partir del boom de la tecnología en neuroimágenes y demás avances experimentales neuro. ¿Impactará toda esta nueva evidencia empírica en el corpus teórico económico tradicional? Quién sabe.
Autor: Sebastián Laza (economista, MBA)
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