El paso del tiempo es inevitable pero no nos hacemos “viej@s” por eso, sobre todo envejecemos cuando dejamos de aprender. Tenemos que vivir constantemente aprendiendo, adaptándonos y
experimentando, para así ser protagonistas de nuestra vida, estar felices y no descontentos/as con lo que nos ha tocado vivir. En mi caso, llegar hasta aquí ha sido un camino en general satisfactorio, largo y con curvas, y deseo que aún me quede mucho por delante, por lo menos otro tramo igual que el anterior. No me ha dado miedo ir cumpliendo años y hacerme mayor no ha sido un impedimento para aprender. Al revés, creo que he iniciado en los últimos tiempos proyectos personales que antes no hubiera podido y han supuesto un aliciente para mi. Un ejemplo: en menos de un año me inicié en el running para practicar un poco de ejercicio, me enganché más de lo que me podía imaginar y empecé a apuntarme a carreras populares y medias maratones, hasta que se me ocurrió hacer una maratón. Y así lo hice, me preparé y corrí 42 kilómetros a mis 42 años, y la finalicé viva!!
En la actualidad, desde hace 2 meses tengo otro reto, mucho más tranquilo pero complicadísimo, que es aprender a tocar bien la guitarra. No me voy a rendir hasta conseguirlo y ya tengo 3 guitarras para ir practicando…
Os dejo un vídeo inspirador de Densia, el popular producto lácteo que ayuda a fortalecer los huesos, sobre un grupo de mujeres de mediana edad que hacen lo mismo que podría hacer cualquier grupo de veinteañeras: disfrutar de la amistad, hacer deporte, salir de excursión, bailar…Hoy en día no hacemos cosas tan diferentes, como he dicho en algunas conferencias, estamos ante el “fin de las generaciones” gracias a Internet. Interactuamos más, compartimos más espacios y podemos acceder a las mismas cosas si lo deseamos. Yo misma soy testigo en primera persona de esta disolución de las diferencias entre generaciones con su mestizaje de roles, gustos compartidos, acogida de la diversidad, al relacionarme usualmente con gente más joven, como mis alumnos y alumnas, mi hija y muchas de mis amistades.
Está claro que la edad cronológica no es un factor tan condicionante como antes, quizás sí lo sea el cuerpo que tenemos, que somos; soy consciente de que disfrutar y aprender en la vida no solamente depende de una actitud positiva, también de gozar de una buena salud. Ayudar un poco a nuestro organismo físico parece lo más recomendable para no parar…
Como veis, no soy nostálgica del pasado, hoy es el mejor momento. Y el futuro pinta bien, llamadme ilusa, tengo confianza en la humanidad.
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