En el acto espiritual del amor, no solo captamos lo que la persona “es” sino también lo que puede llegar a ser. Lo mismo debe hacer toda psicoterapia siempre y cuando se halle animada por el espíritu. Tiene que esforzarse por llegar a ver en sus más genuinas posibilidades a la persona de que se trata, por anticipar las posibilidades más valiosas del hombre.
La captación de valores solo puede servir para enriquecer al ser humano. A veces este enriquecimiento interior constituye incluso, el sentido mismo de su vida. Por éso el amor enriquece siempre, necesariamente, a quien ama. No existen por tanto, ni pueden existir, amores “desgraciados”; esta frase envuelve una contradicción consigo misma. Una de dos: o amamos de verdad, en cuyo caso nos sentiremos necesariamente enriquecidos, lo mismo si somos correspondidos que si somos rechazados; o no amamos real y verdaderamente, no “mentamos” propiamente la persona de otro ser, sino algunas cualidades físicas corporales que “en ella” vemos o algún rasgo (anímico) de carácter que “posee”; en este caso, si podemos sentirnos desgraciados pero lo que ocurre es que no es el nuestro un verdadero amor.
La captación de valores solo puede servir para enriquecer al ser humano. A veces este enriquecimiento interior constituye incluso, el sentido mismo de su vida. Por éso el amor enriquece siempre, necesariamente, a quien ama. No existen por tanto, ni pueden existir, amores “desgraciados”; esta frase envuelve una contradicción consigo misma. Una de dos: o amamos de verdad, en cuyo caso nos sentiremos necesariamente enriquecidos, lo mismo si somos correspondidos que si somos rechazados; o no amamos real y verdaderamente, no “mentamos” propiamente la persona de otro ser, sino algunas cualidades físicas corporales que “en ella” vemos o algún rasgo (anímico) de carácter que “posee”; en este caso, si podemos sentirnos desgraciados pero lo que ocurre es que no es el nuestro un verdadero amor.
Viktor Frankl
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