martes, 22 de marzo de 2016

El sentido del amor

En el acto espiritual del amor, no solo captamos lo que la persona “es” sino también lo que puede llegar a ser. Lo mismo debe hacer toda psicoterapia siempre y cuando se halle animada por el espíritu. Tiene que esforzarse por llegar a ver en sus más genuinas posibilidades a la persona de que se trata, por anticipar las posibilidades más valiosas del hombre.
La captación de valores solo puede servir para enriquecer al ser humano. A veces este enriquecimiento interior constituye incluso, el sentido mismo de su vida. Por éso el amor enriquece siempre, necesariamente, a quien ama. No existen por tanto, ni pueden existir, amores “desgraciados”; esta frase envuelve una contradicción consigo misma. Una de dos: o amamos de verdad, en cuyo caso nos sentiremos necesariamente enriquecidos, lo mismo si somos correspondidos que si somos rechazados; o no amamos real y verdaderamente, no “mentamos” propiamente la persona de otro ser, sino algunas cualidades físicas corporales que “en ella” vemos o algún rasgo (anímico) de carácter que “posee”; en este caso, si podemos sentirnos desgraciados pero lo que ocurre es que no es el nuestro un verdadero amor.
Viktor Frankl

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