por Hugo
Nada más importante para un líder que el encuentro con su misión en la vida, con el llamado de su propio destino. Esto parece a menudo un acto sobrenatural, que cuando acontece cambia completamente la perspectiva e ilumina a la persona con respecto cuál es el camino a seguir.
¿Han escuchado ustedes cómo fue que la Madre Teresa decidió seguir el llamado y la entrega total al servicio?. Esto es lo que dice ella en su biografía:
Sucedió después de la segunda guerra mundial. Un día me encontraba fuera del convento, en las cercanías de hospital Campbell, cuando mis ojos vieron el espectáculo de una pobre mujer que agonizaba por el hambre. Me acerqué a ella. La tomé entre mis brazos y traté que la aceptaran en aquel hospital. No me escucharon porque se trataba de una mujer pobre. Murió en medio de la calle.Una lectura del Evangelio me golpeó particularmente, cuando Cristo afirma que lo que hagamos a los más pequeños, a los que tienen hambre, a los enfermos, a los rechazados, es como si se lo hiciéramos a Él. De este modo, tuve la impresión de haber descubierto mi verdadero camino y acepté aquello que se me presentaba como un maravilloso regalo de Dios.Fue como una llamada dentro de otra llamada. Algo parecido a una segunda vocación. Fue un mandato interior a renunciar a la congregación de Loreto, donde seguramente yo era muy feliz, para ponerme al servicio de los pobres de las calles.En 1946, mientras me dirigía en tren hacia Darjeeling para hacer los ejercicios espirituales, sentí nuevamente una llamada para abandonarlo todo y seguir a Cristo en los suburbios y servirlo en los más pobres de los pobres. Comprendí que eso era lo que Cristo quería de mí.
Así que vemos el llamado a la misión de la Madre Teresa como un evento que la marcó profundamente, y que le mostró su razón de ser en este mundo.
Curiosamente, esta semana recordé otra experiencia similar de la cual había leído, y que le permitió a Jaime Jaramillo, conocido en Colombia como Papá Jaime, entender mejor cuál era su misión en la Vida.
Este gran líder colombiano se ha dedicado por varias décadas a sacar a los “gamínes” o niños de la calle, de las alcantarillas de las grandes ciudades. Por qué de las alcantarillas? porque los niños se esconden allí para que los grupos de limpieza social no los maten. De esta forma ellos viven entre desechos humanos, ratas y mucha oscuridad. Papá Jaime ha sido alguien que les ha tendido la mano y a la fecha ha servido a más de 50,000 niños que han pasado por su fundación.
Pero cómo descubrió él su misión en la vida?. De forma similar a la de la Madre Teresa!. Veamos lo que sucedió en palabras del mismo Jaime Jaramillo:
Desde muy pequeño sentía una gran sensibilidad por las cosas que pasaban y por los niños pobres. El arranque grande fue en la navidad del año 1973. Hace más de 30 años iba caminando por la calle, pasó un carro, del carro cayó una caja de una muñeca al piso, los niños de la calle salieron corriendo y una niña levanto la caja de la muñeca. Estaba feliz, ella me miraba y por estar mirandome no se dio cuenta que venía una tractomula, golpeó la niña y ella cayó sobre el pavimento.Cuando vi que esa niña murió por una caja de una muñeca que no tenía nada en su interior, entendí cuál era mi misión en este mundo. Y fue así como una navidad del 73 con todo el frío en el alma, el dolor, el resentimiento, salí disfrazado de Papá Noel a repartir regalos a los niños de la calle. Fue así como nació la “Fundación Niños de los Andes” y el Papá Noel de los niños de la calle, siempre con la filosofía “No hay que dar el pescado sino hay que enseñar a pescar”.
Por lo tanto, vemos que uno de los más grandes regalos que la vida le entrega a un líder, es esa experiencia única que enlaza al líder con su misión. Es esto suerte?
Quizás si, entendiendo la suerte como la describió alguna vez Miguel Angel Cornejo: “suerte es la mezcla del talento y la oportunidad”.
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